sábado, junio 29, 2019

HABITACIÓN


Ramón Masat, Tomelloso, Ciudad Real 1960


(Al hilo del eslogan que el recién elegido alcalde Pablo Hermoso de Mendoza ha propuesto a la ciudad de Logroño: "Crear, crecer y cuidar" (junio del 2019), subo a la red este apasionado artículo aparecido en la página 12 del Diario La Rioja de 9 de septiembre del 2000, cuyo contenido creo que linda con la noción del tercero de los términos)


         Hace cuatro o cinco años, en la Jornada de Clausura del I Congreso Nacional de Arquitectura celebrado en Barcelona, la arquitecta Carmen Pinós dijo una de esas frases-eslogan que los periodistas recogen con prontitud y fidelidad, y que fue publicada al día siguiente en casi todos los medios de comunicación nacionales con la propia noticia de la celebración del Congreso. “La Arquitectura es algo tan importante que no deberíamos dejarla sólo en manos de los arquitectos” -dijo la ya por entonces ex-esposa y ex-colaboradora del ahora recién desaparecido arquitecto Enric Miralles.

         Yo no tengo ningún aprecio por la arquitectura de Pinós ni por la de Miralles, pero aquella maldita frase me ha estado dando vueltas en la cabeza -como otras veces el pepino del gazpacho en el estómago- y trayéndome muchas veces a la memoria a esa “artista” de la arquitectura que no me interesa lo más mínimo. De alguna manera yo estaba de acuerdo con la frasecita de marras pero no me encajaba con la personalidad de quien la decía. Así que en una de las calurosas noches del mes de Agosto en que es tan fácil desvelarse por el sudor, dí con el remedio.

         No señora, la Arquitectura es cosa de arquitectos y nada más que de arquitectos, mismamente como la Medicina es cosa de médicos. Son saberes específicos y desarrollados en teorías y manuales a los que no todo el mundo tiene fácil acceso. Otro asunto es la habitación del hombre; como otra cosa es también la salud. “La Habitación es algo tan importante que no deberíamos dejarla sólo en manos de los arquitectos”  es la frase correcta -me dije entre las sábanas desordenadas por el calor-, aunque dudo mucho que si Carmen Pinós la hubiera dicho así los periodistas la hubiesen apuntado tan deprisa en sus cuadernos. Y es que la idea de “habitar” ha caído en el olvido y no da para un titular.

         Sigo un poco más con la semejanza respecto a la Medicina para constatar que los médicos han operado lingüísticamente de forma inversa: no sólo no se han olvidado de la palabra Salud sino que se han apropiado de ella, y a los Centros donde ejercen su Medicina hoy se les llama pretenciosamente Centros de Salud. Pero aunque los Arquitectos no se denominen expertos en Habitación, lo cierto es que la sociedad ha hecho la misma dejación en su responsabilidad habitadora que en el caso de la Salud. La Habitación se la hemos dejado a los arquitectos y la Salud a los médicos; pero la Habitación, -digámoslo como tesis o como jaculatoria-,  no es cosa de arquitectos ni la Salud es cosa de médicos, aunque no por ello vamos a negar la validez y la autonomía de los saberes de los arquitectos y de los médicos.

         La confusión entre habitar y construir es uno de los grandes males de nuestro tiempo; es una de las tragedias de las Escuelas de Arquitectura y, digámoslo de paso, es también la causa del solemne aburrimiento de esta página de Arquitectura del diario La Rioja. Y es que los saberes respecto a la historia de los estilos, la autoría de tal o cual edificio, los análisis compositivos de una fachada y de sus detalles constructivos, por no decir también las alabanzas e inciensos a todo el santoral que esa historia y esos saberes han ido creando, son tan aburridos que, incluso yo, que soy arquitecto y lector metódico, rara vez consigo acabarme esta página. 

         En consecuencia con lo que digo, mi obligación es intentar explicar poco a poco (y a ser posible sin aburrir) qué es lo que ha de entenderse cuando decimos Habitación en vez de Arquitectura. No me va a ser fácil, porque ni yo mismo lo tengo claro, pero en mi ayuda ha acudido en el mismamente caluroso mes de agosto una fotografía de Ramón Masat colgada en la Sala de Exposiciones del Ayuntamiento que dice todo lo que yo quiero decir, y encima con una gran belleza.

         Como la mayoría de las fotografías de Masat, no posee título y sólo tiene como referencia, Tomelloso (Ciudad Real), 1960; pero bien podría titularse “Habitación” y así nos daría la primera pista en nuestra investigación. Nosotros entendemos comúnmente el habitar en el aspecto restringido de ocupación de un espacio construido (una casa está habitada cuando hay alguien habitualmente en ella), pero esta fotografía muestra que habitar no sólo es ocupar un lugar sino también “ocuparse de él”. Y es en ese sentido cuando debemos decir que una casa está habitada no sólo cuando hay gente dentro sino cuando alguien “se ocupa” habitualmente de ella. Mientras que el “ocupa” es un invasor (y escrito con K expresa aún mejor ese sentido de agresividad), el que se ocupa de la casa es el que la habita. Habitar es hacer la casa: como el pájaro hace su nido o el caracol segrega su cáscara. 

         Cada día, la casa y el trozo de calle al que da frente la casa son  aseados por su habitante. Y cada año en primavera, la casa es blanqueada de nuevo, y una mujer dibuja la línea decorativa que expresa la diferencia entre la casa y la calle.

     La distancia entre la manera de habitar nuestras casas y ciudades (nuestra manera de habitar Logroño sobre todo) y la fotografía tomada por Ramón Masat es tan grande que la emoción nos embarga. Me consta, sin embargo, que en cada tiesto de balcón, en cada trocito de acera barrido por un tendero, o en cada visillo de ventana de nuestra ciudad, hay gestos similares. No son esos los gestos de los arquitectos modernos (quienes lógicamente aborrecen los tiestos y los visillos) ni hay políticos al lado haciéndose las fotos con su inauguración o empresarios y constructores haciendo millones, pero yo os digo, habitantes de Logroño y La Rioja, que esa es la más hermosa Arquitectura que imaginarse uno pueda: la que nunca hay que dejar en manos de los arquitectos.