martes, julio 22, 2025

MONASTERIO DE IRANZU

 

Hace poco más de un año, en una pequeña salida montañera (v Montes2 17jl24) descubrí, así como de soslayo, el Monasterio de Iranzu, primera casa del Císter en España si es cierto lo que dice el folleto editado por la Curia Provincial de los Clérigos Regulares Teatinos que te dan en la entrada, un folleto de aire "publicitario" con mensajes del tipo "no se pierda una experiencia única" o "un lugar excepcional para disfrutar del silencio..." etc.

Hombre, "interesante" sí que es el lugar, pero calificarlo de "excepcional" es algo exagerado. Dentro del grupo de pequeñas montañas situadas al norte de Estella el cañón del río Iranzu que sale por Abárzuza a tierras más abiertas para entregar sus aguas al río Ega, tiene como un pequeño llano en el centro del mismo bajo una gran pared de roca llamada peña del Sacristán, en donde sorprendentemente se instalaron los cistercienses a finales del siglo XII.

 
Abriendo el campo de visión, observamos en esta otra foto aérea al río Iranzu (a la derecha) con el monasterio en su pequeño cañón (punto amarillo de arriba) y al río Ega abajo pasando por Estella y recibiendo poco antes de su núcleo urbano al también famoso río Urederra que nace en un lugar quizás más "excepcional", el llamado "Balcón de Pilatos" de la Sierra de Urbasa. 

Sea como fuere, lo que sí que nos había brindado la pequeña excursión montañera fue una perspectiva aérea del monasterio desde la Peña del Sacristán, que sí que podía calificarse de "excepcional", porque desde el sendero que recorría la parte alta de la peña podía verse perfectamente que el edificio, fiel a su tipología monástica, se encerraba espacialmente sobre el propio claustro, como olvidándose del espacio exterior. Solo la pieza del lavatorium, elemento excesivamente escultórico que siempre me ha intrigado, rompía ese vuelco hacia el patio interior como ocupándolo excesivamente, pero bueno, dejemos ese asunto ahora porque son muchas otras cosas las que quiero comentar aquí.

Ya cuando llegamos y empezamos nuestra excursión, nuestro amigo Alberto Pérez Nalda le hizo esta foto desde fuera, mientras que yo le prestaba poca atención a su arquitectura por el aspecto tan renovado que parecía tener: "ya lo veremos con detalle en la bajada",—les dije—, y eso fue lo que hicimos. 

La llegada al monasterio como punto final de nuestro recorrido no fue muy brillante que digamos, porque lo primero que salió a nuestro encuentro fue un par de pabellones ganaderos cubiertos de uralita que al parecer dan aún otra vida económica al lugar.

Luego entramos al espacio de recepción, y a la vista de lo aseado que se veía todo, agradecí de veras que, al menos en fotografías, se diera cuenta del estado de ruina a que había llegado todo aquel monasterio durante el siglo que va desde la desamortización de Mendizabal (1839) hasta el año 1943 en que se hicieron los Teatinos con él. Por aquellas mismas fechas (1940) se había creado el poderoso Instituto Príncipe de Viana de la Diputación Foral, que con su "ingente apoyo" (como dice el folleto mencionado) inició las labores de reconstrucción.

Seguimos nuestro recorrido viendo los elementos fundamentales de todo monasterio, como el  escultórico lavatorium, todo como recién hecho...


... o esta sala capitular, estilo "todo piedra" en la que ya empecé a preguntarme quién podría haber sido el arquitecto director de tanta "intervención".

Tardé bastante en obtener la respuesta, pero ese es el estupendo resultado de proponerme escribir algo en estos tiempos de la información al alcance de un click: que un año después de mi visita a Iranzu descubro la importante figura ("excepcional" cabría decir también ahora, o "imponente"quizás mejor) del arquitecto José Yarnoz Larrosa (1884-1966).  

Yo ya había escrito el nombre de José Yarnoz Larrosa en la página 217 de la Guía de Arquitectura de Logroño cuando busqué al autor del arquitecto del Banco de España sito en la calle Vara de Rey, pero en aquel entonces estaba muy atareado como para tirar del hilo y descubrir la "ingente" obra y la impresionante trayectoria vital de semejante personaje, empezando por sus obras en Villaba; siguiendo por la famosísima reconstrucción del Castillo de Olite; continuando por la dramática ruptura con su hermano y colega arquitecto, Javier, dos años menor que él, quien se se autoexilió ante el fusilamiento de su cuñado y se pasó al bando republicano (historia humana estremecedora); y acabando por la fecunda etapa como arquitecto del Banco de España, en que además del de Logroño, también construyó en La Rioja el de Haro...; y mientras, trabajaba también para la Príncipe de Viana en reconstrucciones como la de Iranzu o la de Leire, de donde he tomado la foto de arriba cuando le mostraba a Franco los documentos de su trabajo en 1952. Un personaje tan excepcional ¡y del que sabía yo tan poco! Qué ignorancia la mía.

Evidentemente, la ruina no era el fuerte de nuestro personaje. Ruina fue la revolución francesa y la desamortización consecuente, y ruina fue desde luego nuestra guerra civil; y por lo que se ve,Yarnoz no estaba para evocaciones del pasado sino más bien para construir el futuro. ¿Qué futuro? Seguramente no lo sabía, pero él seguro que pensaba en futuro, como la mayoría de la gente en aquellos años de postguerra.

Sólo en los alrededores de la ermita de San Adrián situada fuera del monasterio me sentí propiamente como en las ruinas exquisitamente (excesivamente) cuidadas de National British o Scottish Trust (ver RUINAS, PATRIMONIO y TURISMO en este mismo blog).

Volvimos al claustro a continuar la visita...

...donde solo las carpinterías de las ventanas de las fachadas altas chirriaban un poco, aunque no tanto como las habituales "de la vergüenza"


La iglesia estaba más desnuda que una Afrodita...

...o que un templo luterano; menos mal que al menos había bancos y una puerta de madera en la entrada

Finalmente llegamos... "hasta la Cocina" (aquella cabecera que le di a los monográficos de elhAll) para decir que parecía de Eurodisney y que la "intervención" y los trabajos por el futuro parecían muy recientes...

Le pregunté al ChatGPT sobre ello y me dijo que la última fase de la restauración se había realizado entre el 2019 y el 2024..., ¡caramba! por lo visto lo vimos al poco de quitar los andamios; y según decía la IA, la última intervención había consistido en una exhaustiva limpieza de la piedra. Pregunté por el arquitecto y me señaló como responsable a José Luis Franchez Apecechea bajo encargo de la actual Príncipe de Viana, que ahora es una Consejería más del Gobierno Autonómico. Me interesé por Franchez y me salió esto ay, Y ya lo dejé que bastantes cosas me estaba dando tan pequeña excursión. 


José Luis Franchez, arquitecto


domingo, julio 13, 2025

CASTILLO DE MIRAVET

 


Yo no sabía que el castillo de Miravet había sido tan importante hasta que leí sus historias en el libro de Jesús López-Peláez Casellas LAS FORTALEZAS DE DIOS, ed Espasa 2018, pp 191 a 204 y notas pag 416. Habíamos llegado hasta allí en el 2003 buscando los escenarios de la Batalla del Ebro porque había leído en algún periódico que la famosa fotografía de los soldados republicanos cruzando el Ebro desde la margen izquierda hacia Miravet había sido una simulación o un fotomontaje de propaganda. 


Nosotros también habíamos llegado por la carretera de la margen izquierda (actual C-12), y desde el embarcadero donde se coge el transbordador que pasa el río ya pudimos comprobar que la curva que hace allí el Ebro ha tenido que ser siempre imposible de vadear. 


En la visita del pasado mes de junio del 2025 fuimos a Miravet, sin embargo, por la tortuosa carretera que va desde El Pinell de Brai y entramos a Miravet por la parte nueva y llana, es decir, por la más moderna y fea, sin saber muy bien qué nos íbamos a encontrar. 


Aparcamos con dificultades en la plaza triangular del Arenal donde un montón de jubilados (¿del Inserso?) estaban tomando ya el café como si hubieran hecho la visita al castillo a primera hora de la mañana, mientras nosotros nos dispusimos a subir andando al castillo por los senderos señalizados, descubriendo que el pequeño pueblo antiguo de Miravet estaba escondido detrás de una peña:

La antigua iglesia es el edificio más sobresaliente de la subida, pues hace de hito entre el río y el castillo

Tiene una volumetría muy limpia y el aparato decorativo de su interior parece inspirado en la célebre capilla Pazzi de Brunelleschi en Florencia, pero no pudimos verla porque estaba cerrada y, según leo en la red, desacralizada. 

internet obra el milagro de que la veamos

En lo alto del castillo había una enorme grúa pluma...

...y en el recorrido de acceso pudimos comprobar (como en la Acrópolis de Atenas) que el castillo-ruina se está convirtiendo en castillo-museo de sí mismo para su nuevo uso industrial (si tomamos al turismo por una industria, claro está, porque como enriquecimiento cultural parece que no funciona).

Sobre los contenedores de las obras puestos en la explanada inferior vemos las últimas curvas del Ebro antes de llegar a Miravet. La carretera que va al transbordador sigue el trazado de la secante de la curva que más se ve.

Para ver el río yéndose hacia Tortosa hay que subir a la terraza por una escalerita de caracol habilitada con un semáforo, como en las carreteras donde se corta un carril por obras. La torre del homenaje, a la derecha y delante en la foto, aún no se visita pero todo se andará (y nunca mejor dicho).

En un mapa que había en la terraza decía que por esa línea diagonal que clarea en la parte izquierda de la foto estaban las posiciones del ejército de Franco, pero según lo que he podido leer del asalto de los rojos, las primeras refriegas se produjeron en el mismo castillo, aunque eso no creo que lo vayan a contar en su industrialización.

De lo poco que me entero yo cuando visito un monumento del que no sabía nada es que esto era el refectorio que construyeron los templarios cuando se hicieron con la alcazaba mora anterior. Es curioso saber que en el relato que he leído del asalto de las tropas rojas al castillo se encontraron con un destacamento moro enrolado en las tropas de Franco al mando de las ametralladoras.

el patio de armas tenía una galería potente y una escalera apañada

En su interior tenía hasta una capilla de aires románicos con una aspillera para que el cura pudiera elegir si ponía allí el sagrario o sacaba la metralleta. Justo desde donde hacía la foto estaba el semáforo y la escalerita de caracol. Como no había mucha gente subiendo y bajando de la terraza, nadie respetaba el semáforo. 

Como cuenta López-Peláez, el castillo de Miravet fue uno de los últimos bastiones de los Templarios (1308), y antes de ello (s XIII), una de las fortalezas más importantes en el avance de la Reconquista. Pero eso mejor leerlo donde he dicho que no en los paneles o folletos que dan con la entrada (4€ jubilados), porque si los lees cuando tienes que disfrutar del lugar no te enteras de nada y disfrutas del paseo o de la estancia la mitad de la mitad. 



(Gracias a una de las notas del libro mencionado descubro también un auténtico arsenal de documentación histórica monumental española que vale la pena tener a mano: la web de jdiezarnal.com)

En el libro CASTILLOS Y FORTALEZAS, Miguel Sobrino hace una breve reseña del castillo de Miravet dentro de un capítulo más amplio sobre "la espada y la cruz" en un epígrafe dedicado a los monasterios de frontera, con un dibujillo muy majo de Miravete en la página 273.

martes, julio 08, 2025

TORTOSA

 


¿Un graderío para contemplar la cabecera de la catedral de Tortosa? Seguro que esto no era así y que son cosas que se les ocurren a los arquitectos actuales. Tampoco los bajos del castillo fueron así. Eso es más evidente: todavía se ven los interiores de las habitaciones de las casas que hubo entre catedral y castillo. ¿Y los cipreses que ablandan la imagen del castillo? Eso sí también es de arquitecto, seguro: allá donde pone la mano un arquitecto surge un ciprés, el árbol-columna. Pero no sólo por aquí faltan casas y dudamos de la empresa restauradora (luego seguimos con ello). Lo importante para nosotros en esta visita fue descubrir que desde esa torre circular que hace las veces de proa del castillo es desde donde se consigue ver la imagen icónica de Tortosa:

esta de la de la catedral desde arriba, como si fuera una maqueta, con el río Ebro pasando por delante de su fachada... mmmm.. ¿pasando por delante de su fachada...? digo...


En la breve visita que hicimos a Tortosa en abril del 2003 hice una foto de la fachada de la catedral que muestra las sombras de algunos edificios interpuestos entre el río y el templo

Sin embargo, en la visita, también breve, realizada en junio de este año (2025) no hay edificios delante... (???) amén de unas puertas nuevas que da grima verlas

Veo en esta no muy vieja foto de google que todas esas casas situadas a la izquierda del palacio episcopal han volado

en Google Street View he llegado a tiempo para hacerme con una imagen de las obras de derribo

En esta otra foto subida también a google, tenemos el resultado final visto desde la otra orilla

Cuando subimos al castillo para hacer la foto icónica, vimos que estaba en obras

El castillo es un parador al que suben los coches...

...para aparcar en el patio (o explanada) de armas

En la foto aérea de google se aprecian bastante bien las terrazas fluviales de la margen izquierda del Ebro que son las que van recortando la planta de la pequeña ciudad (35mil hb en 2024)

El Hospital hace las veces de castillo de la zona de desarrollo hacia el Este


Si se baja andando desde el castillo a la catedral se da cuenta uno del calado urbanístico de la museificación de la parte alta

el minimalismo de estos Jutjats forma parte del estilo de inversión de dineros públicos por mantener con vida la zona baja 

Para echar un trago de agua mineral con gas dimos con el Forn de la Canonja y el lugar nos dio un poco de oxígeno.

Como en la visita del 2003, nos asomamos al río y al monumento a la Batalla del Ebro levantado con buen criterio en medio del cauce para evitar el vandalismo que sufren todos los restos de nuestra historia.

Y de camino al sitio donde habíamos aparcado la furgo le hice una foto a este espléndido edificio del Mercado que, como no podía ser menos, también tenía vallas y obras en la entrada.

En resumidas cuentas, la visita me dejó con la conocida impresión de que cuanto más dinero público se gasta en "restaurar" los cascos históricos, más se les hace la puñeta.