miércoles, mayo 31, 2006

21. JUAN LANZAGORTA, arquitecto




Si todo le va tal y como lo tiene planeado, el domingo 4 de junio pasará por Logroño andando a Santiago un arquitecto mexicano un tanto... peregrino, por el que siento un gran afecto: Juan Lanzagorta Vallín.

En verano del 2002, con una previsión más anglosajona que latina, me pidió intercambiar su casa de Guadalajara (Jalisco) por la mía en Santa Lucía de Ocón (sistema de vacaciones que vengo usando desde 1996 y sobre el que ya comenté algo en el hC17 de elhAll 79), y en el verano del 2003 hicimos realidad nuestros planes. El quería venir al norte de España para indagar sus orígenes familiares y geográficos, que resultaron localizarse en las proximidades de Balmaseda, aunque según sus pesquisas previas, algún antepasado suyo (no muy formal porque no debió de cumplir con el contrato) debió de trabajar como cantero en alguna obra menor de la Iglesia de Murillo de río Leza hacía dos o tres siglos.

Entre que me pidió el intercambio y lo hicimos realidad, nuestro contacto se vio aumentado y enriquecido por el hecho de que el etnógrafo riojano Luis Vicente Elías se fue en otoño del 2002 a dar clases a la Universidad de los Franciscanos en Guadalajara (México) y puesto que yo tenía ya un contacto allí con Juan Lanzagorta, se lo facilité. Luisvi fue acogido generosamente en el círculo cultural y amistoso de mi aún desconocido arquitecto de Jalisco, y para cuando yo fui allí me encontré con un sin fin de numerosos e interesantes contactos.

Pero como esta página es de arquitectura y no de sociedad, lo que quería contar es que, además de un amigo, encontré en Lanzagorta una vida profesional muy interesante, y en algunos aspectos, hasta próxima. Dado que él estaba aquí mientras yo estaba allí, mi descubrimiento tuvo que ver con un par de libros suyos.

El primero, como arquitecto investigador, tenía como objeto el estudio de la figura de Rafael de Urzúa, arquitecto local completamente ignorado que compartió estudio con Luis Barragán en los años anteriores a la marcha de éste a México DF. La asimetría vital entre Barragán y Urzúa era tan notoria que resultaba atractiva: mientras Barragán acabaría por ser un santón de la arquitectura nacional, Urzúa se retiró a un pueblecito de las montañas (Buenos Aires de la Concepción) donde vivió una plácida madurez haciendo las pequeñas cositas que le pedían los vecinos, entre ellas una preciosa entrada al cementerio que algún día mostraré aquí.

El segundo, como arquitecto proyectista, tenía por objeto la publicación de su obra en los doce primeros años profesionales (1972 - 1983) y en ellos pude descubrir su gran ilusión por crear viviendas llenas de vitalidad, intimidad, formas, colores y misterios, así como por experimentar en edificios más urbanos con alegres texturas o atrevidas estructuras.

Supe por terceros que Lanzagorta había sido también un polemista crítico en su ciudad, usando los periódicos como tribuna para defender causas urbanas y arquitectónicas contra los abusos del poder o la ignorancia e insensibilidad; y supe también, aunque directamente de él, que finalmente había abandonado (o semiabandonado) la construcción para dedicarse a la enseñanza de arquitectura en la prestigiosa Universidad del Iteso (Jesuitas). Como es fácil deducir para quien me conozca,con estos mimbres los lazos estaban ya más que anudados, así que en cuanto le pasé el manuscrito de mi Manual de Crítica, hizo lo imposible para que lo publicara su universidad, cosa que al final consiguió en simultaneidad con la edición española.

Volviendo a lo social, para su estancia en La Rioja le puse en contacto con José Miguel León y la relación también fructificó con el viaje de la exposición La Arquitectura y el Comic a Guadalajara y con otras conferencias que Josemi dio allí y que tuvieron como epílogo aquel hC22 de elhAll84 titulado Puentes a México.

Ahora lo vamos a tener otra vez entre nosotros, pero justo de paso, como peregrino; y algo me dice que, en su peregrinar, entre otros misterios personales seguro que también estará buscando alguna clave que le haga más entendible nuestra profesión y sus santos, así como la arquitectura que nos ha tocado ver, vivir, hacer, y renunciar a hacer.

20. EL ESTILO DISIMULO





Hay una cierta simetría de fechas entre dos de los momentos estilísticos más notables del siglo XX. En su adolescencia, entre los años 14 y 20 el pasado siglo nos dio el llamado estilo internacional o racionalista, con la pretensión de ser un no estilo, es decir, de acabar para siempre con los estilos y la historia que los fundó. El procedimiento era bastante sencillo de enunciar, aunque no tanto de cumplir: para conseguir dicho "no estilo" la arquitectura debería ser sincera, es decir, mostrar la verdad -de su época, de sus materiales, de sus funciones, de sus pretensiones, etc-, y todo saldría a pedir de boca.

En su vejez, digamos que entre el año 80 y el 86 para hacer bonita la simetría, el siglo XX produjo un nuevo estilo completamente opuesto al juvenil, que algunos lo han venido llamando estilo remordimiento y también estilo comisión (dando por supuesto que todos entienden que se trata de la del Patrimonio), aunque yo prefiera llamarlo estilo confusión, o aún mejor, estilo disimulo. Se aplica preferentemente en los cascos históricos de las ciudades, o incluso en las proximidades de algún edificio del ensanche, y consiste en que, sea como fuere la planta, el sistema constructivo, el uso o las pretensiones del nuevo edificio, la fachada tiene que hacer como que se parece a los edificios del entorno, o incluso, a los edificios que sustituyó.

Como es sabido, en Logroño no pudo nacer con mayor fortuna, pues lo hizo de la que pronto iba a ser la mano más famosa de la arquitectura nacional, el único premio Pritzker de la arquitectura de nuestro país, el grande entre los grandes, don José Rafael Moneo Vallés. Todo un trozo de ciudad, entre la calle Rúa Vieja y la calle San Gregorio fue recompuesto en hormigón y tipologías variables, como si… se tratara de casitas góticas individuales, hechas una a una por distintos propietarios y arquitectos de la ciudad. El ejemplo cundió, la Comisión del Patrimonio y la Oficina de Rehabilitación del Ayuntamiento lo hicieron doctrina propia, y los arquitectos lo aprendieron al primer expediente: adiós verdad, bienvenido disimulo.

Como la prudencia es una gran virtud urbana, nadie ha visto mal (ni ha dicho esta boca es mía) contra el consenso universal de hacer casas con disimulo cuando el contexto es evidente y la pieza a incorporar un intruso; pero hete aquí que como el tiempo corre y las casas viejas siguen cayéndose, el estilo disimulo se está extendiendo de tal manera que dentro de poco ya no se va a saber a qué imita y qué es lo que disimula.

Al datar todas y cada una de las casas del casco viejo de nuestra ciudad y al descubrir la cantidad de ellas que hay ya en estilo disimulo he pensado que está al caer el día en que nos encarguen una casa entre dos de estilo disimulo, así que…, ¡ah! ¿qué pasará? ¿nacerá el estilo redisimulo u ocurrirá algo impensado en arquitectura?

Nunca me han gustado los vaticinios pero en buena lógica algo tendrá que pasar, así que os lo aviso para tener bien abiertos los ojos: como en los casos del mildiu en las viñas, el LHD dará un premio a quien traiga el primer indicio de la aparición de algo nuevo.

martes, mayo 30, 2006

19. SALUDOS URBANOS


No hay como enseñar tu ciudad a otros para encontrar en ella elementos insospechados o profundizar en su conocimiento. Gracias a las espontáneas observaciones de estos visitantes ocasionales para los que de vez en cuando hay que hacer de anfitrión, he llegado a descubrir que uno de los principales componentes de la vida urbana, -algo así como su argamasa- son los saludos.

Lo más normal en un recorrido de dos o tres horas desde el Ayuntamiento a Murrieta, y entre el Ebro y la Gran Vía, es que te cruces cuando menos con media docena de personas que te digan ¡adiós Juan!, o que se paren incluso un par de minutos a preguntarte por tu vida y a curiosear sobre tus acompañantes. Lo digo porque, acabado el recorrido, a no pocos de estos turistas ocasionales que proceden de países lejanos o de ciudades de tamaño e idiosincrasia diferentes a la nuestra, lo que más les ha llamado la atención de la visita no han sido las obras monumentales de Logroño o nuestras singularidades urbanísticas, sino precisamente ese divertido y azaroso tejido urbano que se construye con el saludo y desde el saludo.

Hecho el descubrimiento, siempre me han entrado ganas de hacer una analítica pormenorizada de los saludos callejeros porque, cuando te das cuenta del valor que tienen para la convivencia y la ciudad, llegas a pensar que hasta podrían alcanzar la categoría de obra de arte y que, en consecuencia, serían susceptibles de ser almacenados en una buena colección. Un amigo mío, literato de profesión, solía dar un significado especial a este tipo de encuentros casuales (¿por qué justamente hoy te has encontrado con ese tipo, me preguntaba y sugería, y no hace un mes o quizás no te lo encuentres hasta dentro de cinco años….?), pero yo solía discrepar y hasta enfadarme con él porque lo suyo me sonaba a embrujos o a juegos de superstición. Pensando luego en nuestra diferencia, he conseguido entender que mientras él veía el encuentro casual como el arranque o el nodo de una historia personal, que acaso le diera argumento para un cuento o una novela, para mí era algo tan sencillo, próximo y normal como la misma materia de la que está hecha la ciudad. En la conferencia que di en Nápoles en el otoño de 1999 (la incluí en el recopilatorio de artículos "Una Voz en un Lugar" que no conseguí publicar, pero creo que esa conferencia salió en un número de la revista "en constraste" dedicado a la condición del ciudadano) llegué a usar los saludos urbanos como prueba o certificado de la ciudadanía: cuando a uno le saludan en las calles o en los establecimientos públicos de una ciudad ya puede decir entonces que "es" de esa ciudad. Los saludos son como pequeñas "mónadas" de convivencia, pero también inestimables fuentes de información, porque en el breve lapso de tiempo que dura el cruzarse en una acera, renovamos la relación con el otro, expresamos nuestro estado de ánimo, y hasta nos contamos sin preparación previa el asunto que más nos atañe en ese preciso momento. Es divertidísimo analizar el golpe de vista que antecede al saludo; el movimiento de acelerar el paso o ralentizarlo para advertir que uno quiere pararse a contar algo o que no está para quedarse a hablar; o finalmente, el mecanismo por el cual se da conocer que el otro se está enrollando más de la cuenta y que está abusando del encuentro casual: se da un paso en el mismo sentido en el que se venía y se prepara uno para el inmediato saludo de despedida. Hay saludos sorprendentes por lo inesperado, o saludos casi de complicidad por lo frecuente del caso. Uno de los más graciosos y emotivos es el que nos damos en la ciudad los que somos de pueblo: es el caso de gente que apenas te saluda en Anguciana, y que de repente te lo encuentras en Logroño y se le ilumina la cara y te abre los brazos como si fuera de tu familia.

Con todo, el caso más singular y doloroso es el de quien después de haberte reconocido en la calle hace como que no te ha visto para no tener que saludarte. Te quedas con la duda de si el problema eres tú (¿te rechaza? ¿te ningunea? ¿te odia?) o si es él (¿me ha hecho algo malo y se avergüenza de saludarme? ¿se habrá vuelto tonto o asocial? etc). Seguramente que mi amigo el literato encontraría en los no-saludos el indicio de un montón de turbias historias personales que se aprestaría a imaginar y urdir para una narración, pero yo que soy más simple y más urbano, lo único que veo es que quien obra así no se merece la ciudad en la que vive ni las calles por las que camina.

lunes, mayo 29, 2006

18. DE BERLÍN A CURITIBA




Cuando fui por primera vez a Berlin en 1995 con el viaje del COAR, el hecho aún latente de la división de la ciudad y el anuncio de su recomposición eran los temas que más nos fascinaban. Para hacerme una idea de su pasado urbano me compré varios libros de fotos antiguas de Berlín, y entre ellos uno que trataba del periodo de reconstrucción del sector occidental entre 1945 y 1965.

Diez años después, si dices a alguien que vas a ir a Berlín y que eres arquitecto te contesta con la misma tontería: “uy, lo que vas a disfrutar con tanto edificio nuevo y de arquitectos importantes que se ha hecho allí”. Yo fui justamente en el 2005, esta vez con los alumnos de la Escuela de Arte, pero los edificios nuevos me dejaron bastante indiferente, por no decir asqueado. Sin embargo, sí hubo algo me fascinó: como nuestra infraestructura de viaje era muy elemental y nos tuvimos que mover mucho en tren, metro, tranvía y autobús, me di cuenta de que lo mejor de Berlín no eran sus edificios o sus calles, sino la extraordinaria calidad y eficacia de su transporte público.

Con esa nueva idea en mi cabeza desempolvé aquel libro de la reconstrucción de Berlín y me quedé prendado de una serie de fotos de los años cuarenta que muestran que, mientras el caserío destrozado por los bombardeos de la guerra aún no había sido reconstruído y ni siquiera desescombrado, los tranvías ya transitaban perfectamente por las calles limpias de la ciudad. En España algo así hubiera sido impensable: para nuestra mentalidad, la ciudad son los edificios y luego, ya se verá.

En América Latina, nuestras viejas ciudades crecieron tan desmesuradamente en el siglo XX que para referirse a ellas casi se prefiere hablar más bien de aglomerados urbanos que de ciudades. El tejido urbano suele ser caótico y la arquitectura no tiene fuerza alguna para ordenar la ciudad: simplemente racionaliza aquí y allá de un modo discontinuo la inversión inmobiliaria. Tanto es así que cuando un arquitecto de Guadalajara (México), ciudad de seis millones de habitantes, visitó Logroño, lo primero que dijo (para mi sorpresa) es que en nuestra ciudad, de tan sólo ciento cuarenta mil habitantes, había bastante más arquitectura que en la suya. Y como al poco, visité Guadalajara, comprobé que tenía razón.

Pero el mayor problema de estas gigantescas aglomeraciones urbanas del siglo XX no es que carezcan de arquitectura sino de un sistema de transporte público que las irrigue internamente con la fluidez que requieren los tiempos. Aunque fuera en otro ámbito cultural y geográfico no puedo dejar de recordar el asombrado comentario de Javier Martínez Laorden (viaje COAR 2005) ante el caos circulatorio de El Cairo: “sin metro esta ciudad es imposible que funcione”. Como cuentan las guías, El Cairo intentó hacer un metro, pero el subsuelo arenoso puso enormes dificultades y se paró. Además del problema del subsuelo, el metro es caro, muy caro y las ciudades del tercer mundo no pueden permitirse una inversión tan grande.

Hace unos pocos años me enteré de que en Sudamérica algunas “aglomeraciones” habían iniciado algo así como una revolución urbana que pretendía sacar sus ciudades adelante a partir de pequeños e ingeniosos inventos aplicados a la red de autobuses públicos. Como el más famoso parecía ser el del proyecto “Transmilenio” de Bogotá, en el congresillo donde yo me enteré de todo esto (véase Grandes Proyectos Urbanos en el hC 20 de elhall 82), un asistente brasileño protestó diciendo que en Curitiba, ciudad de casi dos millones de habitantes, capital del Estado brasileño de Paraná, el alcalde y arquitecto Jaime Lerner llevaba con ello más de veinte años.

Es por eso que en el viaje a Brasil que proyecté para septiembre de este año (y que el COAR sigue pendiente de apoyar aunque ya estamos apuntados 35) incluí una visita a esta ciudad que promete ser de lo más interesante. Para la preparación del habitual dossier del viaje, Javier (MLaorden) me ha pasado un número monográfico de la revista Carreteras de mayo del 2004 dedicado a estas económicas experiencias de mejora del transporte urbano. El tema promete, así que seguiré informando.

viernes, mayo 26, 2006

17. LA LENGUA ABSUELTA


No todo se puede decir; y mucho menos, escribir. Entre otras muchas cosas, la convivencia es un pacto tácito de silencios.

Charlando una vez entre arquitectos cuando aún coordinaba elhAll, recuerdo que al oír un comentario incisivo sobre otro compañero alguien dijo: "ten cuidado porque luego va Juan y lo publica" ….. Vaya hombre -he pensado luego muchas veces al recordar ese comentario maledicente-, cómo si yo no me callara cosas…; miles de cosas oídas durante todos estos años de convivencia entre arquitectos.

Lo que ocurre es que siempre he pensado que si los silencios se agrandan más de lo justo, la convivencia degenera en cementerio; o cuando menos, en rebaño. Somos personas porque nos contamos cosas; y construimos sociedades civilizadas porque usamos la palabra pública, y no el murmullo ni la violencia de los actos (entiéndase, acuerdos de Junta, por ejemplo), para el noble combate entre las distintas formas de ver las cosas.

Reflexiono estas frases porque, a propósito del contenido del LHDn5, Luis Ortiz de Zárate me escribía el mismo miércoles 10 de mayo una breve carta en la que me que señalaba que el artículo "Nuestros Modernos" parecía estar escrito desde mi "resquemor" a Domingo García-Pozuelo.

Nada más lejos de mi forma de ver las cosas, le respondí de inmediato: los más viejos del Colegio puede que recuerden con regocijo que en la primera Asamblea que hubo después de que se publicara la Guía de Arquitectura, me levanté indignado para protestar por las bobadas que se decían en ella (concretamente arremetí contra la interpretación que se hacía de los Laboratorios Orive), y para llamar ignorante a su autor. Era muy joven entonces, casi un salvaje, así que las benevolentes sonrisas de mis compañeros mayores me enseñaron que si tenía que vivir con mis compañeros no podía ir por ahí diciendo esas cosas.

Como he escrito abundantemente (y más que lo voy a hacer), soy consciente de que en muchos casos habré traspasado el límite de lo prudente, pero también puedo decir con orgullo que aquellos a quienes más he podido herir con mis comentarios críticos hoy me saludan con el aprecio de quienes saben que siempre lo he hecho desde la nobleza del campo de batalla y no desde la inquina personal o la maledicencia sibilina e interesada.

No es el caso de lo que ahora ocurre con los miembros de la Junta de Gobierno y su Decano a la cabeza. Con el acuerdo de febrero del 2005 sobre elhAll se quebró gravemente la convivencia conmigo, porque como razoné ampliamente en mi respuesta (v Ya saldrá el Jol, elhAll 89 p 4) la Junta confundió un debate personal con un acuerdo institucional. Y aunque he esperado más de un año a ver si se daban cuenta del error o hacían gestos por recomponer esa convivencia rota, he podido constatar varias veces que no era ese su deseo: el rechazo a presentar públicamente mi Manual de Crítica, el desprecio a mi propuesta de organizar un nuevo Viaje Colegial, el desinterés por el seguimiento del trabajo de la Guía de Arquitectura que me habían encargado previamente, la complicidad con el director de La Rioja en el silenciamiento cultural de mi persona, y finalmente (trascendiendo de mi persona al colectivo) el ninguneo que se me ha hecho al no invitarme a participar en la Jornada de Celebración con el Consejo Superior (v LHD8), son muestras inequívocas de que no están por recomponer la convivencia conmigo, sino al contrario, por ahondar las distancias y la ruptura.

He esperado algo más de un año, insisto, pero con el episodio de las últimas elecciones (v LHD 3) los plazos se han acabado. La convivencia se ha roto definitivamente y el posible "resquemor" (restos de la quemazón) del golpe inicial se ha apagado del todo. Si Domingo y su Junta dan muestras tan evidentes (otro día os contaré otra cosa....) de negarme la convivencia, yo no puedo cambiar eso.

Volviendo a las reflexiones iniciales, el círculo lógico me lleva a concluir que si no hay convivencia tampoco hay pacto tácito de silencios. Ahora tengo la lengua suelta (o más bien absuelta, como decía Canetti en sus memorias) para decir lo que quiera sobre la Guía anterior, sobre Domingo, y los miembros de su Junta. Y sin resquemor alguno.

jueves, mayo 25, 2006

16. PECIOS







Recorriendo calle a calle y casa a casa todo Logroño para hacer un tipo de Guía de Arquitectura de nuestra ciudad más atenta a la importancia de cada lugar que al encumbramiento personal de nadie, no pocos días me he topado con la sorpresa de encontrar algunas humildes casas venidas de otros tiempos, que parecían haber llegado hasta nosotros sorteando todas las tentaciones y riesgos de la especulación inmobiliaria. Aburrido tantas veces de lo vulgar y lo esperado, de repente aparecía ante el objetivo de mi cámara una casa que no pertenecía a la generalidad de la calle, y entonces me quedaba plantado delante de ella como extasiado ante un viaje en el tiempo, admirando su larga singladura, imaginando las extrañas razones por las que había llegado hasta mi vista, y disfrutando finalmente de uno de esos ratos de contemplación que te dejan siempre una plácida sonrisa en la boca.

Aunque la desaparición de esas casas no solía ser noticia, el periódico La Rioja ha llegado a un nivel de costumbrismo tal, que ahora envía a su experto en bares y restaurantes para hacer un reportaje de su muerte desviando la atención hacia asuntos menores. De esta manera, el viernes 19 de mayo publicaba en su página 14 que las casas número 33 y 35 de calle Portales (situadas al Oeste de la embocadura de la Travesía de San Juan) van a desaparecer, llevándose por delante la mitad de ese pequeño grupo de cuatro casas que nos cuentan cómo era Portales antes de 1876 cuando el arquitecto Francisco de Luis y Tomás proyectó los nuevos arcos o soportales que iban a convertir esta calle en el primer gran espacio de representación burguesa en la ciudad. Mientras que en el siglo y pico de vida de esta nueva época de la calle, algunas de esas casas han sido construidas dos veces (por ejemplo la de la esquina con MVallejo, o sea, la de Don Claus, que no es de Agapito del Valle como dice Eduardo Gómez, sino de Félix del Valle y José Ramón Basterra (1976) quienes la edificaron derribando una anterior de Agapito que a su vez sustituyó a una “medieval” o “popular” previa), sólo estas cuatro casas han llegado hasta nosotros más o menos en su forma original, cruzando los tiempos como aquellos pies descalzos que salían inmunes pasando entre nubes de escorpiones.

Una vez más diré, que aunque malo es que desaparezcan, lo peor es que no podamos disfrutar con la arquitectura de las casas que las sustituyan, porque según anuncia el titular del reportaje mencionado, las que vengan ya están condenadas a ser “Nuevo con estilo antiguo”.

Pero para no caer en la nostalgia, la pena o el cabreo, acompaño este comentario con otras tres fotos de varias casas que aún podemos contemplar como pequeños tesoros, o acaso como pecios del naufragio de ciudades anteriores a la nuestra: la de esa casa con galería en el número 31 de la GranVía; la del número 15 de la calle Chile; o las 35 y 37 de la calle Rey Pastor, que traen hasta el 2006 los ecos de un Logroño pretendidamente burgués, suburbano o netamente pueblerino. Lo curioso es que esas cuatro casas tuvieron ya arquitecto, y de lo más renombrado, pero eso no viene al caso ahora.

miércoles, mayo 24, 2006

15. EL SUEÑO DE TRIUNFAR




No sé muy bien por qué, todo joven arquitecto sale de su Escuela con ganas de triunfar y con alguna imagen o ensoñación de arquitectura con la que cree que alcanzará el éxito.

Eso es justo lo que me hizo pensar la conferencia que el pasado día 17 de mayo dió la arquitecta Blanca Lleó en mi Escuela, pues de alguna manera, las ensoñaciones de mis primeros años de ejercicio profesional tenían que ver con cosas parecidas al bloque de viviendas del grupo R, o acaso más complejas y evolucionadas en donde los pasajes de acceso discurrían por itinerarios poco acostumbrados y los volúmenes de las viviendas en dúplex se articulaban con una libertad ajena a todo esquema acumulativo. Proyectos complicados de maclajes imposibles en los que no me hubiera importado nada derrochar todo el trabajo del mundo si hubiera tenido la suerte de encontrar al cliente que los hiciese realidad.

Veinticinco años después y completamente desengañado de aquellas arquitecturas y de aquellos sueños de triunfo, al contemplar la alegría con la que Blanca Lleó contaba que había hecho realidad mi sueño en su persona, sentí algo así como que había tenido yo la gran suerte de no haberlo conseguido.

Quizás por ello, aunque era tan fácil desmontar el discurso teórico de Blanca Lleó, no quise hacerlo, porque despertar a alguien en su mejor sueño es una canallada. Pero es obligado mencionarlo entre los que estamos en vigilia, para no confundirnos, y creer que la vida es sueño.

Para justificar el bloque de San Chinarro que le ha lanzado al estrellato mediático, Blanca dijo (transcribo literalmente porque tomé notas en directo) que "la manzana es una isla de ciudad autista que se mira hacia dentro, hacia el hueco del patio interior (…) es decir una solución inadecuada de hacer ciudad" y que ante ello, atraída por "ese elemento arquitectónico tan poderoso que es el vacío" había concebido junto con MVRD, bien la torre gigante con una gran ventana al horizonte (bloque de San Chinarro), o bien la manzana en celosía o en colador (obra en Madrid actualmente en ejecución). ¡Madre mía…! ¿cómo se puede ignorar que si hay una arquitectura parlante, una arquitectura que hace de la ciudad un lugar abierto de representación social, esa es la que, a partir de las experiencias renacentistas y barrocas se generaliza con la manzana burguesa y las calles que la rodean?¿Cómo se puede decir que esa es una forma inadecuada de hacer ciudad, cuando es la forma más conseguida y depurada que nos ha legado nuestra profesión? ¿O cómo se puede ignorar el significado del "vacío" y confundirlo con la riqueza histórica del espacio arquitectónico"?

Blanca Lleó no es una inculta, ni mucho menos. Ha estudiado mucho, ha leído mucho, y el otro pilar de su actual triunfo es un libro recientemente publicado por la Gustavo Gili (ahí es nada) titulado "Sueño de Habitar" (vaya titulito más tonto: ¿tendrá que ver con la dificultad de comprar vivienda?) que recoge su tesis doctoral. Lo compré en febrero de este año y he intentado leerlo tres o cuatro veces, pero siempre se me ha caído de las manos. Es el libro de una estudiante que rinde culto a sus profesores y a los maestros de sus profesores y que cree que la modernidad es una religión que aún vale la pena practicar. En la conferencia de Logroño, para situar su posicionamiento teórico dijo que ella ve "un clarísimo diálogo entre Le Corbusier y Rem Koolhaas…" no sé yo muy bien si ignorando lo que es un "dialogo" o si exteriorizando con ello visiones suyas extrasensoriales.

Lo único que uno saca en limpio de "Sueño de Habitar" es el capítulo de agradecimientos (pag 236): la referencia a sus profesores, y especialmente a las "inestimables enseñanzas y sabios consejos" de Rafael Moneo, nos ponen en la pista de que el verdadero sueño en el que vive Blanca Lleó es el "sueño de triunfar".

No voy a ser yo quien la despierte, pero si consigue hacerlo, estaré encantado de echarle una mano para sacarla del desengaño. Parecía una chica muy alegre.

martes, mayo 23, 2006

14. TALA DE ÁLAMOS EN PRIMAVERA






Caen los Álamos a pares, o al menos eso se anuncia en esta primavera, sin que nada ni nadie lo remedie. A falta de Baronesa, bien nos vendría un Titín o una cantante (¿tenemos alguna cantante famosa en Logroño?) para oponerse a los nuevos proyectos subiéndose al tejado; no sé, quizás un Bernardo Sánchez o un Santiago Tabernero, pero éstos aún están haciendo carrera hacia la fama y no se la van a jugar en la calle.

Pero si la primavera ha sido cruel con la noticia de la tala del Servicio Doméstico y de los Misioneros del Sagrado Corazón de Jesús (otro estupendo Alamo de 1925 menos conocido del que muestro la fachada del proyecto), los preparatorios de la salvaje poda que se fraguó en el pasado invierno de otros dos Alamos aún fueron más crueles pues contaron con la santa bendición de los Concursos de Arquitectura: las Escuelas Gonzalo de Berceo se quedarán en la ridícula mascarilla de un “escultórico edificio” con el que los jóvenes zaragozanos ganadores de ese concurso parecen querer ponerse a la cola del estrellato; y las Escuelas Trevijano perderán toda su simbología y encanto, para convertirse en algo así como un contenedor de feria.

Cada uno de los casos es merecedor de un comentario exclusivo, así que, si los agrupo no es para rasgarme las vestiduras con mayor desesperación, ni para lloriquear más fuerte de nostalgia, ni para pedir como los socialistas o como el Decano del COAR “¡más protección, más normativa de protección!” (LR 10 y 14 my06) sino para decir que lo que se va con ellos no son obras de arquitectura maravillosas y ni siquiera nuestra “memoria histórica” (expresión tonta donde las haya para uso de políticos y periodistas) sino una forma de entender y proyectar los equipamientos públicos o los edificios institucionales (y los de la iglesia lo eran siempre) como hitos o nodos significativos de la trama de la ciudad.

Sin poder saber aún qué será del edificio de los Misioneros a partir de la noticia que daban los periódicos de la permuta del edificio por suelo inmobiliario, sí puede decirse que el caso más notable de esta forma de destrucción de la ciudad es el del Servicio Doméstico por cuanto ya se conoce por un dibujillo de lo más rancio, que el edificio que sirvió para crear al propio Fermín Alamo la Avda de la Paz y la calle Doce Ligero en 1913 (véase la pag 50 del libro de Inmaculada Cerrillo, La Formación de la Ciudad Contemporánea, ed IER) se convertirá en un conjunto de bloques cuyo orden se correspondería más bien con la huerta del Seminario o con la “ordenación” (por decir algo) de Lobete.

El problema no es que se mueran los Alamos, porque alguna vez tendrán que morir. El gran problema de las nuevas plantaciones que se proponen desde la indigente arquitectura de nuestro tiempo, falta de teoría y crítica, y embobada con el espectáculo mediático, es que no llegan ni a matas de caparrón.

lunes, mayo 22, 2006

13. HNOS MOROY 1. Logroño




El gran caserón que ocupa la esquina noreste de lo que fuera el solar del antiguo Seminario, y que administrativamente responde a Hnos Moroy 1, tiene también algunos elementos interesantes que abundan en esa confusión entre modernidad y clasicismo sobre la que ya hicimos un primer análisis en el lado sur de ese gran solar, es decir, el frente del Gobierno Civil que da al Espolón (“Nuestros Modernos”, LHD5).

Las grandes ménsulas, cornisas y pilastras que modulan y enmarcan a la severa parrilla (casi loosiana) de ventanas, son signo inequívoco de que en la arquitectura de postguerra y en un solar tan importante, no había que andarse con chiquitas. Pero, sin embargo..., la dinámica curva del torreón de la esquina con Marqués de Vallejo (que acaba por moverla de arriba a abajo) y los no menos expresivos escaparates curvos del portal, te llevan a pensar que por ahí se cuelan algunos tics del aquel expresionismo de entreguerras que se expandió entremezclado con las formas más “modernas” de los internacionalistas.

El proyecto está fechado en 1946 y es trabajo de Luis González Gutiérrez (padre del arquitecto Luis González Palomo y abuelo de la arquitecta Araceli González Flores), quien según la extinta Guía de Arquitectura del COAR parece ser que no existió, aunque de su tablero salió algún que otro edificio singular de Logroño, como por ejemplo la Estación de Autobuses, la esquina NE de Pérez Galdós con Chile o el grupo de las Gaunas, a los que volveremos a prestar atención en el LHD.

Lo gracioso del caso de Hnos Moroy 1, y lo que aumenta la intriga de esta confusión entre modernidad y clasicismo decorativo es que en el proyecto de González Gutierrez no hay esa mezcolanza, pues tanto el torreón como la puerta de entrada están en la misma línea clasicista del resto de la fachada. ¿Cómo es que se cambiaron en obra por formas tan contrapuestas? ¿Lo modificó el propio arquitecto? ¿Lo pidió la propietaria y promotora del inmueble, doña María Castañares Ramírez? Si alguien sabe algo, sería de agradecer que lo contase.

En la rehabilitación que se hizo del edificio a finales de los noventa la fachada cambió de color con bastante buen gusto (de gris gobierno civil a verde grisáceo) pero perdió la puerta original, sustituyéndola por la de madera tan chirriante que luce en la actualidad. He intentado saber quién dirigió las obras de rehabilitación pero en el Archivo Municipal de Logroño (AML de ahora en adelante porque lo citaré mucho) no está aún el expediente por ser demasiado próximo en el tiempo. Quizás nos pueda decir algo Luis Ortiz de Zárate que vive en esa casa desde hace bastantes años y es suscriptor del LHD.

Como queda un huequecillo, comento como información complementaria que la planta de cuatro viviendas por rellano organizada en torno a una gran escalera de tres tramos, la amplitud de los pasillos y la generosidad de espacio en las habitaciones son valores arquitectónicos que, al margen de los signos estilísticos o decorativos, empezamos a estar ya en condiciones de apreciar.

viernes, mayo 19, 2006

12. ELHALL Y EL SOTERRAMIENTO


Refiriéndose a la nueva época del elhAll, algunos compañeros se lamentaron de que los rollos psico-argentinos que le aportó Martín Sáez lo apartaron del comentario de nuestra realidad; otros me dijeron que la propuesta de un tema genérico por número no conseguía vertebrarlo porque las aportaciones no tenían, ni probablemente iban a conseguir nunca tener, la sustancia suficiente como para servir de material de consulta o referencia; y finalmente hay quien lo llama “elhAll colorín” dando a entender que es poco más que un objeto más o menos bonito y superficial para rellenar el hueco que dejó el anterior.

Como padre de la criatura me dolió que en el alumbramiento de la octava época no se hiciera la más mínima mención a su historia, pero los padres somos hacia los hijos tan tontos como benévolos, y aunque nos ignoren o repudien, como mal menor nos alegra que por lo menos sigan vivos.

Al recibir este último número, sin embargo, y colocarlo junto a los anteriores me he percatado de que, amén de invertebrado y grasiento, con esa letra de palo seco que se lee tan mal, y con… unas cuantas faltas de ortografía (de las elementales, ay), me he percatado, digo, de que no para de engordar. Nació en el n 90 con 12 páginas; en el 91 pasó a 16; en el 92 a 20; en el 93 a 24 y este último está ya en las 28. No sé cuál es la dieta que le dan desde la Junta de Gobierno, pero me temo que de seguir así vamos a tener que llamar a un especialista en bulimia o en obesidad. ¿Engordar para hacerse más importante o engordar para morir?

Sé de primera mano que la mayor ilusión de Domingo es la de llegar al número 100 para hacer una fiesta y salir en los periódicos. Al ritmo que vamos eso será para septiembre del año que viene, y si la progresión de crecimiento se mantiene, para entonces ya tendrá la nada despreciable cantidad de ¡52 páginas!

Amén de otras cosillas que habrá para comentar más adelante, con la lectura del 94 he tratado de desentrañar el galimatías de las últimas páginas de los tres últimos números referentes al Concurso de Soterramiento. Como no entendía nada de lo que leía, ni acertaba a descubrir quien escribía, he abierto por fin la página www.lif2002.com que mencionan en el 92 como origen de todo ello, y me he leído de un tirón el abigarrado diálogo entre Federico Soriano y Manuel Gausa en torno a las cinco propuestas del Concurso del Soterramiento (34 páginas que hubieran dado para un número monográfico y con nervio y no para el engorde fofo de varios de ellos).

Desde que vi las maquetas empecé a construir una opinión que dice que el fallo en favor del huevo frito sin yema y con picatostes de Abalos y Herreros es un fallo de verdad o un fallo con apellido, es decir, un fallo garrafal: porque hurtar una Estación de Ferrocarril a la ciudad metiéndola debajo de un falso parque, convirtiéndola al fin en algo que Gausa acierta a llamar una gran “rotonda” (ahhhhhhhhh) es una de las soluciones más tristes que imaginarse pueda (volveremos otro día con la “rotonditis” cuando recordemos el concurso de Europan en la Circunvalación)

En el diálogo de Gausa y Soriano, entre muchísima paja y un deseo de quedar bien con todos se dicen algunas cosas interesantes, pero para que os hagáis una idea de lo fino que hilan estos aristóteles os cito literalmente el párrafo en el que “explican” que el proyecto de Abalos y Herreros ha ganado “porque lograba conjugar, equilibradamente,
apuestas y respuestas, combinando solicitaciones locales y referencias
globales, concepción cosmopolita y metodología “propia”, en una
solución correctamente “codificada” y oportunamente “des-codificada”. Y
eso también resultó ser un activo”.

Yo no sabría escribir algo así ni harto de vino. Quizás por eso me quitaron elhAll: para que no dijera nada sobre el Concurso de Soterramiento que Domingo García Pozuelo y su Junta bendecían desde un asientito en el Jurado.

No quiero acabar esta nota sin comentar que en el mismo número 94, Pablo Larrañeta llena mucha página dándole vueltas a la cosa como queriendo decir que el de Koolhaas era mucho más interesante (quizás ya le haya llegado mi opinión porque aquí corren las noticias que es un primor) pero como no quiere quedar mal con su amo, luego dice que la propuesta de Abalos y Herreros era “la más correcta y expresiva”…..

¡Menuda empanada! No me extraña que engorde elhAll. Pobrecillo. (Ah! ¿y lo de Menorca? ¿qué me decís? bueno, bueno… eso sí que es pienso de engorde para los pollitos…: “Circunstancias diversas que concurren en cada lugar y en cada momento condicionan la valoración del orden establecido en la clasificación expuesta. El primero puede pasar a tercero, viceversa o todo lo contrario…”uff, no sigo porque me puedo contagiar y se me va a engordar también el LHD)

jueves, mayo 18, 2006

11. SERT EN BOSTON



Una de las veces que más eché en falta el cuadernillo hC de elhAll durante el año pasado fue a la vuelta de una estancia en Boston en la que recorrí buena parte de la obra de Sert y en la que, al paso, fui encontrando no pocos ejemplos de los lamentables efectos de su "magisterio" en la ciudad.

Los estudiantes de los setenta siempre tuvimos muy cerca sus dos etapas extremas, es decir, las primeras obras con la cuadrilla de LeCorbu y el Gatepac, y su retorno triunfal a Barcelona con la Fundación Miró en Montjuich, arquitecturas ambas que siempre se me antojaron algo distantes. Su gran etapa central de Boston era más lejana aún, así que para hacerse una idea o para sentir sus valores era más que necesaria una visita.

Como estos articulillos o cartas del LHD no dan para más, pondré unas pocas fotos y contaré las conclusiones que saqué de mi pequeña investigación sin entrar en más descripciones o argumentos.

Mirando en positivo, creo que Sert aporta a Boston, y especialmente a Harvard, algo así como una alegría o un revulsivo a la modorra tradicionalista anglosajona. Los edificios de Sert en Harvard tienen una volumetría juguetona, unas invenciones de huecos divertidas y unas combinaciones de materiales muy novedosas con toda la gracia y el desparpajo de los experimentos del neoplasticismo de entreguerras pero utilizados a otra escala y en ámbitos tan comprometidos como un campus muy conservador o como en las amplias perspectivas del río Charles.

Por el lado negativo, hay que decir que en los interiores siempre se echan en falta espacios interesantes o emotivos. Por usar la famosa interpretación de Zevi, Sert sería más un escultor que arquitecto, aunque como digo en mi Manual de Crítica yo no estoy muy de acuerdo con esa simpleza (¿cómo habría que llamar entonces a todos esos escultores a gran escala o a todos esos "peleteros" que llenan en los últimos tiempos las revistas de arquitectura?). Sert es, en ese sentido, un arquitecto limitado o algo incompleto y no hay que darle más vueltas a la cosa.

Señalado lo bueno y lo malo, ahora cabe decir que lo peor de Sert en Boston es el magisterio de su obra, es decir, los edificios de sus admiradores, epígonos, competidores o alumnos; quienes, incluso, por seguir en la línea del maestro de Sert, también rindieron culto a una de las peores obras de Le Corbusier que yo haya visitado nunca: la que construyó en el mismo campus de Harvard. Hay en Boston unos cuantos edificios feísimos y desolados de volumetrías torturadas y con hormigón por doquier que es muy fácil emparentar con las obras locales del director de Harvard y con la de su maestro: desde el propio Ayuntamiento de la ciudad, hasta grandes hospitales, parkings y edificios públicos, pasando por el más significativo o el más influyente de todos ellos: la propia Escuela de Arquitectura de Harvard.

Algunos dirán que uno no es responsable de la obra de sus imitadores, pero cuando se es a la vez arquitecto y director de la Escuela de Arquitectura más prestigiosa de la ciudad, y quizás del mundo, ese juicio podría ser muy benévolo.

miércoles, mayo 17, 2006

10. SATISFACCION UNÁNIME ENTRE LAS FUERZAS POLÍTICAS Y SOCIALES SOBRE EL NUEVO PROYECTO DE AMPLIACIÓN DEL MUSEO DE LOGROÑO





JDC. LOGROÑO

Pocos proyectos habían concitado mayor unanimidad y satisfacción ciudadana como la reforma de la ampliación del Museo proyectada por Moneo i Monís, de la que dábamos cuenta en nuestra edición de ayer.

El edificio de Logroño será la primera obra en la que se aplique la teoría del Banco de España por lo que se convertirá en una obra de referencia.


JOSE MUSITU, CONCEJAL DE URBANISMO: “Es el fin de una pesadilla”

A pesar de la contrariedad porque el proyecto se hubiera presentado en Madrid y el PSOE se hubiese apuntado el tanto, el concejal del PP José Musitu señaló que su partido estaba satisfecho porque así habría más obras en la ciudad y se crearían nuevos puestos de trabajo.
“Además -dijo Musitu- esa solución nos ha dado ideas para intervenir en el Casco Antiguo y conseguir la homogeneidad que buscamos”.


DOMINGO DORADO, PSOE: “Éxito del Gobierno Central”

“El gobierno central del PSOE -manifestó Domingo Dorado- ha demostrado que hace más por La Rioja y su capital que todo el Gobierno Autonómico y el Ayuntamiento de Logroño juntos”.
“El tiempo dirá que lo que a algunos les pueda parecer ahora una solución poco progresista, en realidad se adelanta a los tiempos más de dos siglos, como en otras tantas propuestas de nuestro partido”.


ANGEL VAREA, PARTIDO RIOJANO: “Una solución más riojana”

El Concejal del partido riojanista en declaraciones al LHD señaló que “los riojanos no entendíamos el estilo de la ampliación anterior y que por lo tanto, el diseño de una fachada que vuelve a las raíces riojanas del monumento es una buena noticia para su partido y para la ciudad.
“Lo ideal -señaló Varea-, hubiera sido que el arquitecto hubiera sido riojano, pero Moneo es casi como de casa”


GARCIA POZUELO, DECANO DEL COAR: “La arquitectura sale ganando”

“Es un broche de oro para tantos esfuerzos puestos en el debate de Intervención en el Patrimonio organizadas por el COAR” dijo el actual Decano del Colegio de Arquitectos y principal animador de la restauración en nuestra capital. Por otra parte señaló que “Moneo es una garantía para la arquitectura aunque algunos indeseables estén empeñados en su desprestigio, pero por suerte les tenemos controlados”.

martes, mayo 16, 2006

9. EL MINISTERIO DE CULTURA ENCARGA A MONEO I MONÍS EL PROYECTO DEFINITIVO DE LA AMPLIACIÓN DEL MUSEO DE LOGROÑO





J.D.C. LOGROÑO

El Director General del Patrimonio D. Gervasio Manzano Pociño y la Presidenta del Patronato de Cultura doña Magdalena Soternes Vago presentaron ayer en Madrid la fachada definitiva de la ampliación del Museo de La Rioja, según diseño del prestigioso arquitecto navarro don José Rafael Moneo i Monís.

El retraso que venían sufriendo las obras de rehabilitación del interior de lo que fuera el Caserón de don Baldomero Espartero bajo la dirección de unos arquitectos poco prestigiosos de la misma provincia, y el rechazo popular a la fachada de la ampliación, acabada hace un año y aún no inaugurada, han sido determinantes en la decisión de los actuales administradores del inmueble.
Según declaraciones de la señora Soternes, el éxito popular y de crítica de la ampliación del Banco de España en Madrid, la dilatada experiencia de Moneo en diversas y variadas actuaciones en Logroño, y la urgencia de la intervención, fueron argumentos decisivos en su apuesta por recurrir una vez más al arquitecto navarro.

Consultado a los expertos, se ha podido saber que el artículo de Luis Fernández Galiano "Una lección de arquitectura" referido a la ampliación del edificio del Banco de España, ha puesto fin a casi un siglo de dudas arquitectónicas sobre cómo ampliar un edificio histórico. En referencia a la ampliación del edificio del Banco de España Galiano escribía: "es posible que recién acabado se note un poco la diferencia entre el original y la ampliación, pero en cuanto pasen unos meses y la polución se haga cargo de la pátina superficial, la integración en el paisaje urbano madrileño será perfecta". Dado que en Logroño los niveles de polución son inferiores, Moneo afirmó que el asunto no le preocupa demasiado porque la sombra del edificio de Correos creará el disimulo necesario hasta que la integración sea perfecta, para lo que estima un plazo no superior a cinco años.

Por otra parte se ha sabido de fuentes bien informadas que el embajador de Suecia en Madrid Gunnar Sörensen se ha lamentado de que las visitas de estudiantes de arquitectura a Goteburg hayan descendido notablemente en el último trimestre, por lo que ya ha cursado instrucciones al Ministerio de Justicia sueco para que tomen ejemplo de Logroño y reformen el famoso edificio de Asplund adaptándolo a las nuevas teorías de la arquitectura.

(Pie de foto: Simulación por ordenador del definitivo proyecto para el Museo de la Rioja, diseñado por Moneís e imagen del modelo en Madrid)

lunes, mayo 15, 2006

8. TELÉFONO / RUBÉN


A los pocos días de los actos de conmemoración del veinticinco aniversario de la fundación de nuestro Colegio de Arquitectos como institución independiente de Aragón, me llamó Rubén San Pedro por teléfono para hacerme un pregunta…, un poco…, indiscreta, -me advirtió. Adelante Rubén, pregunta; si puedo contestar lo haré -le dije.

"Mira -continuó Rubén (transcribo de memoria)-, el jueves por la tarde recibí una llamada de Elena Solozábal, secretaria del Colegio, invitándome a mí y a mi mujer a una comida con los miembros del Consejo Superior de Colegios de Arquitectos de España en calidad de haber sido uno de los Decanos de nuestro Colegio en estos veinticinco años. Como rechacé la invitación porque me parecía improcedente la forma y premura en que se me hacía, me gustaría saber, si es que no te importa decírmelo, qué hiciste tú".

Le respondí que yo no había podido ni rechazar ni aceptar la invitación porque a mí no me habían llamado en absoluto, y ante su sorpresa, le confirmé que la tarde en que le llamaron yo había estado trabajando en casa todo el tiempo y que, por si fuera poco, llevaba también en el bolsillo el teléfono móvil al que Elena Solozábal me suele llamar cuando me pregunta por algún asunto de la biblioteca del COAR.

Me contó a continuación que le había echado un chorreo de mil demonios a Gerardo Cuadra por haber aceptado, pues las formalidades institucionales, argumentó, son patrimonio del colectivo y hay siempre que cuidarlas escrupulosamente. Yo tragué saliva entonces y le dije que le agradecía sinceramente la lección, porque seguramente, y al igual que Gerardo, no hubiera sabido estar a su altura. Soy muy torpe y lento en las formalidades y en las situaciones personales, y de ahí que me refugie en la escritura donde, aunque no siempre lo haga, tengo tiempo de pensarme dos veces lo que digo.

Pero consternado con mi respuesta, Rubén ya no atendía a mis disculpas. "No lo entiendo, de verdad que no lo entiendo", me decía una y otra vez. "No puedo entender que no te hayan invitado; por encima de lo que opinen de ti o de tu gestión, tú has sido representante de todo el colectivo y no pueden dejarte al margen. No lo entiendo, no lo entiendo, cada vez entiendo menos al Colegio y a mis compañeros. Iba a escribir una carta a Carlos Hernández Pezzi, que fue compañero mío en el Consejo Superior, para ofrecerle una explicación de mi ausencia, pero ahora ya no sé ni qué hacer…"

Cuando acabé la conversación telefónica me quedé pensando que es rara la vez que hablo con Rubén y no aprendo algo. Es un poco pesado y egocéntrico hablando (como probablemente también lo sea yo, o lo somos todos a partir de cierta edad) pero lo cierto es que vale la pena aguantarle porque casi siempre se aprenden cosas de él. También me dio por pensar entonces que en el pequeño acto de homenaje que se celebró en el COAR el viernes 28 de abril, no se hizo mención alguna al momento más crítico que ha sufrido nuestra institución en estos veinticinco años, a saber, la enorme duda que se generó sobre la supervivencia, continuidad o reconversión de los Colegios cuando se liberaron las tarifas. Ahora lo entiendo, -me dije-, entonces era Decano yo, y el esfuerzo que hicimos para tender puentes y que el Colegio no se desmembrara no merece recuerdo alguno.

De todos modos, me consolé pensando que aunque yo no exista ahora para los que representan y menoscaban a nuestra institución faltando al respeto a sus antecesores y a todos aquellos a quienes representaron en su momento, al menos Rubén ha vuelto a existir para Domingo García Pozuelo. El descarado y vergonzante ninguneo que le hizo en su Guía de Arquitectura aún está por saldar. Pero eso lo contaré otro día.

viernes, mayo 12, 2006

7. PREMIADOS




En tiempos de la decanatura de Pedro Moral y cuando a elhAll le crecían las telarañas, la archivera provincial Micaela Pérez empezó a preparar un artículo para nuestra publicación sobre los “Premios de Arquitectura” de los años cuarenta que nunca llegó a terminar (probablemente por falta de estímulo). Así que hacia febrero del año pasado (justo cuando me limpiaban a mí elhAll, y no precisamente de telarañas) pasé un día por el Archivo y me dio el material que tenía más o menos ordenado pidiéndome que fuera yo el que lo completara y lo diera a conocer. Con los meses que han pasado desde entonces y sin medio donde escribir, ya tenía olvidado el encargo, pero el lunes pasado, cuando fui en búsqueda del ansiado expediente del Gobierno Civil (ver LHD5) me lo volvió a recordar y me facilitó las mismas fotos que me había mostrado entonces, pero ya escaneadas. Teniendo ahora a mi disposición el LHD ya no me podía escaquear.

La historia es que un buen día, ordenando los archivos que le habían pasado del Gobierno Civil, encontró un sobrecito con unas fotos de edificios de los años cuarenta en las que, por detrás, ponía el nombre del promotor/propietario y el año de concesión de un premio de arquitectura. Intrigada por el dato, buscó en el Ayuntamiento, lo relacionó con ordenanzas y confeccionó una ficha algo imprecisa de localización de las casas, fechas, conservación y nivel del premio. Debido a las dudas que me suscitan esos datos y al escaso interés que tiene si fueron primer premio, segundo o tercero, prefiero dar sólo su localización y arquitecto. Queda así:

República Argentina 5 y 7: Gonzalo Cadarso
Avda de Colón 10 12: Luis González Gutierrez
Gral Primo de Rivera 18: José María Carreras
República Argentina 27 29: Gonzalo Cadarso
Avda de la Paz 42: Gonzalo Cadarso
Duquesa de la Victoria 6: Agapito del Valle
Pérez Galdós 73: Gonzalo Cadarso

Como puede verse el campeón indiscutible fue Gonzalo Cadarso, pero no nos hagamos ilusiones los arquitectos porque como bien se especifica en las ordenanzas que regulaban el concurso, el premio era para las casas que “presenten mejor aspecto exterior” y los premiados eran los promotores y no los arquitectos. El premio consistía en el doble de los derechos municipales de construcción y en la exención de arbitrios municipales de toda clase durante cinco años.

El premio se concedió entre 1942 a 1945; y en 1946, estimando seguramente que la cuantía era excesiva, el Ayuntamiento lo recortó dejándolo tan sólo en el primero de los conceptos. De ese año 1946 no hay ninguna foto de casa premiada, y de 1947 sólo hay ya una casa (Duq Victoria 6) por lo que la fiesta se debió acabar ahí.

Digo fiesta y creo que digo bien, porque eso de los premios, concursos y selecciones (nótese que ninguno de estos edificios estaba recogido en la extinta Guía de Arquitectura de Logroño) siempre me han parecido, en general, cosa festiva y de escasa relevancia. Y eso mirándolos con indulgencia, porque cuando los premios son más bien publicidad encubierta, como por ejemplo ese del mejor libro de arquitectura del vino para el de "Vivankamon", que nos informaba La Rioja el sábado pasado, mejor verlo como un anuncio, pasar página y no hacer mal café.

6. CONCEPTO, CONCEPTO




Cuando estuve en la Expo de Lisboa en el año 1998 llegué a pensar que los portugueses eran algo así como nacionalistas catalanes pero hablando gallego. En las previsiones económicas de aquella fiesta confiaban en que fuéramos los españoles quienes les salváramos del dispendio con nuestras visitas, así que para recibirnos y para que estuviéramos contentos de sentirnos en el extranjero, pusieron los rótulos en todos los idiomas del mundo menos en español. Sólo en los pabellones de algunas naciones (recuerdo con gratitud el holandés) había algunas explicaciones en nuestra lengua. Con esa definición en la recámara y con la decepción que me causaron las cuatro o cinco obras suyas en las que he estado, (especialmente el muy feo Museo de Arte Contemporáneo de Santiago) siempre he sospechado que Siza Viera no era sino un invento de Bohigas. La única virtud que he podido apreciar en Siza ha sido la de que ha sabido moverse por los cenáculos de Europa con más habilidad que esa otra franquicia que abrió Bohigas en el País Vasco y que a la postre le costaría el destrozo de la plaza mayor de Lérida. Siza ha sido más cauto que Peña Ganchegui en su arquitectura y por lo visto más hábil en politiqueo, así que no ha parado de cosechar éxitos y amigos por todo el mundo, probablemente, pienso yo, por esa habilidad suya para hacer dibujillos que gusta mucho a los periodistas, a los beatos y a los arquitectos que no saben dibujar. (Anuncio que si me equivoco lo reconoceré públicamente; ya me pasó con Alvar Aalto, al que consideraba un tipo hosco y un bluff hasta que recorrimos su obra en aquel viaje del COAR de 1998 y me la tuve que envainar; claro que... con Aalto no necesité ni cinco obras para caerme del caballo....).

Bueno, el caso es que estos días es noticia que unos cuantos madrileños con su Agustina de Von Thyssen a la cabeza están poniendo en apuros al portugués, y el otro día apareció en la prensa junto a Gallardón con cara de pocos amigos y, como siempre, haciendo dibujillos en sus cuadernos. Todo lo que los periodistas cuentan que dijo fue algo así como que "el jurado seleccionó un concepto y que abandonar ese concepto es un cosa distinta a debatir o a dialogar. Eso no. Eso que lo haga otro equipo" (El Mundo 9my06 p54). No entiendo mucho la frase, pero deduzco de ella que él se sitúa a sí mismo por encima de los torneos de la razón, es decir, de los diálogos entre conceptos. Normal, es un Artista. Que debatan otros. Y en esas parece estar su colega del equipo Tragineros (¡?) Juan Miguel Hernández de León, a quien no tengo el gusto de conocer pero cuyas cartas de presentación nunca me han resultado muy atractivas.

Para defender el "concepto" lo primero hizo burla de la Agustina diciendo que se subiera a los árboles, y como le salió mal, se descolgó luego en El País (martes 9 de mayo) con un artículo algo cursi y muy flojito en "conceptos" (El collar de oro); sobre todo, si lo comparamos con el que el día anterior, en la misma Tribuna de Opinión, publicaba el menos afamado arquitecto Luis Felipe Alonso Teixidor titulado "Un proyecto innecesario". No era brillante Teixidor con la pluma pero con los "conceptos arquitectónicos" era demoledor y la conclusión que podía extraerse era más clara que el agua: el proyecto del Paseo de Prado es otra de tantas operaciones político-arquitectónico-mediáticas donde los arquitectos y los políticos no van a arreglar la ciudad sino a abrirse hueco en el mundo de las revistas del corazón. El problema es que esta vez se han topado con la baronesa, que en esas lides les lleva años luz y les va a dar sopas con honda. Es obvio que frente a la prensa del corazón el debate sobre la arquitectura de la ciudad no le importa a nadie. Y de ahí que Siza se agarre a lo del concepto, concepto, el concepto; que no me toquen el concepto….

miércoles, mayo 10, 2006

5. NUESTROS "MODERNOS"




La investigación sobre la construcción del tramo de Muro de la Mata entre Sagasta y Marqués de Vallejo que estoy realizando para una nueva Guía de Arquitectura de Logroño, además de arrojar una serie de importantes datos sobre esta singular pieza arquitectónica de nuestra ciudad, pone al descubierto la frivolidad con la que se ha investigado e interpretado la arquitectura del siglo XX en temas tan importantes como el calado de la modernidad en nuestros arquitectos locales y el giro estilístico que se produce tras la guerra civil.

Empezaré por decir que aún no he dado con los datos de la pieza central, es decir, el proyecto del Gobierno Civil, -así que esta historia tiene un punto de suspense y tendrá una segunda entrega-, pero con lo encontrado hasta la fecha ya da para un primer capítulo.

Quizás les sorprenda a muchos saber que el proyecto más antiguo de las cinco casas es justamente el que pensábamos más tardío, es decir, el de Seguros Aurora de Agapito del Valle, pues lleva fecha de marzo del 1936. Véase el dibujo de este proyecto y léase lo que nuestro tridecano decía en la actual Guía de Arquitectura del COAR (felizmente agotada en existencias): "La fachada, vista la trayectoria del arquitecto Agapito del Valle, entronca más con la política oficial de postguerra que abortó toda la arquitectura del momento, que con una poética personal del autor".

Por los tristes acontecimientos que sucedieron en los meses y años siguientes, el edificio no se construyó, así que cuando el promotor y el arquitecto lo retomaron en 1945, lo hicieron con un nuevo proyecto mucho mejor elaborado en sus dibujos y detalles pero bastante similar en su "estilo". En todo caso, lo más interesante del proyecto de marzo de 1936 es lo que escribe AdValle en la memoria: "en cuanto a fachadas, se ha procurado seguir las indicaciones del Sr Arquitecto Municipal (es decir, el "racionalista" Fermín Alamo), para obtener un frente armónico en las distintas construcciones que den al Paseo del Espolón, tomando como base el Proyecto de Alzado para el Gobierno Civil y el Anteproyecto de Casa para la Caja de Ahorros de Zaragoza, y componiendo con este último el Torreón del ángulo de las dos calles".

A falta del dibujo de ese Alzado para el Gobierno Civil, lo que está claro es que el Proyecto que desarrolla ese anteproyecto, es decir, el número 1 esquina con Sagasta para la Caja de Ahorros de Zaragoza, tiene fecha de junio de 1936. Es del arquitecto zaragozano Teodoro Ríos y amén de un planta muy limpia y unos pisos espléndidos, ofrece unas fachadas muy clásicas, adornadas, eso sí, con uno de los pocos repertorios de detalles Art Decó que pueden verse en nuestra ciudad.

Entre esas dos piezas rematadas con torreones y el Gobierno Civil, también es Agapito del Valle quien proyecta en 1938 ese par de casas intermedias, virtuosas en discreción, sobre las que dice en la memoria: "en cuanto a la fachada principal, y con objeto de conseguir cierta armonía en las distintas construcciones de esta manzana especialmente en las que dan frente al Espolón se ha compuesto a la vista de los proyectos en ejecución, en estilo clásico, modernizado, empleando materiales pétreos, imitación en guarniciones de huecos y cornisas, y ladrillo prensado al descubierto". Resulta muy gracioso eso de "en estilo clásico, modernizado" porque en el mismo expediente se adjuntan unas ordenanzas de mayo de 1938 para todo el frente de casas de que venimos hablando en las que, en su artículo sexto, se especifica rotundamente que "Se prohíbe proyectar fachadas en estilo de las llamadas de vanguardia o modernista". Lo curioso del caso es que según los datos de personal del ayuntamiento de Logroño que me ha pasado la archivera municipal Isabel Murillo, el arquitecto municipal en el año 38 era Rafael Fontán, es decir, "el arquitecto más destacado sin ningún género de dudas de la arquitectura del Movimiento Moderno en La Rioja" al decir de Gorka Pérez de la Peña, historiador bilbaíno al que la Junta de Gobierno del COAR ha concedido recientemente una subvención de 6.000 euros para la publicación de un libro sobre Fontán. O no leyeron el anticipo con el que Gorka Pérez de la Peña nos regaló en Elhall 82 p3 (del que he extraído esta cita) o definitivamente están por mantenerse en la línea historiográfica de la extinta Guía de García Pozuelo.
 
(continuará)

martes, mayo 09, 2006

4. LHD


Desde que la Junta de Gobierno del COAR tomó en febrero del año pasado aquel larguísimo y vergonzante acuerdo sobre elhAll con el que se cerraba una feliz etapa de animación y debate arquitectónico en nuestra comunidad (elhall n 89), he pasado unos cuantos meses con la sensación de que me faltaba algo, y por lo tanto, buscando, aunque de un modo vago e indefinido, lo que pudiera llenar ese hueco.

Con la costumbre de comentar o escribir alguna cosilla de cada dato, noticia o pensamiento sobre arquitectura que diariamente pasaba por mi mente, me veía una y otra vez ante la ausencia de un medio que hiciera llegar esa noticia o esa pequeña reflexión escrita a los demás arquitectos y amigos interesados en la arquitectura. En algunas ocasiones lo he sustituido por la correspondencia personal, y en otras (muy escasas) por volver a los medios de difusión tradicionales, pero en ambos casos he sentido que no acababan de funcionar. Que no me gustaban.

Con las nuevas tecnologías que nos proporciona internet pensé en crear una web e ir y colgando allí los artículos que fuera escribiendo; y con la reciente aparición de los blogs, se me ocurrió también la idea de abrir uno. Pero ni lo uno ni lo otro me convencían tampoco.

Ha tenido que pasar un año y pocos meses para que al fin diera con la fórmula. Y como suele ser habitual en todos los inventos, la casualidad ha tenido mucho que ver con ello. Yo ya sabía que el correo electrónico permite enviar un montón de cartas con la misma rapidez que una sola, pero era un invento que asociaba a la publicidad y no me había interesado apenas. Tanto es así que ni siquiera sabía cómo hacerlo. Pero al cambiar de cuenta de correo electrónico y al tener que aplicarlo para circular todas las noticias del Viaje a Brasil a los posibles viajeros primero, y a los resultantes después, he aprendido cómo se hace. Finalmente, al escribir un par de notas sobre las elecciones colegiales y el derribo de La Ideal a unos amigos arquitectos muy próximos a mí, me he dado cuenta que su utilidad no es exclusiva de la publicidad comercial. Había nacido el LHD.

Con el subidón que te da todo hallazgo, en las siguientes horas improvisé el número 1 con lo primero que tenía en las manos: la recepción del número 33 de la Revista Proyectar La Rioja; y en cuanto me levanté al día siguiente ya estaba pensando en el número 2 (Canes en Diente de Sierra), y con los acontecimientos del día vino el 3.

Con las prisas de toda entrega, lo llamé "el hall digital" pues de algún modo este nuevo invento es hijo de aquel; pero al intentar una especie de marca o de acróstico, las letras L H y D crecieron hasta formar ese simpática abreviatura con que designamos a una de las piezas más queridas y más universales de nuestra edificación: el Ladrillo Hueco Doble. Abundando en el juego nominal, la afinidad con el nombre de ese acidillo que proporcionaba placeres psicodélicos también me gusta mucho (sobre todo porque a su inventor le ha ido tan bien que hace unos meses conmemoraba su cien cumpleaños).

Con la idea en efervescencia, ya sabéis que las demás decisiones salen a borbotones: Formato electrónico: PDF; para poder introducir color y fotos y que pese poco en el envío. Formato analógico: DINA4; para que lo pueda imprimir fácilmente quien lo quiera coleccionar y usar como referencia cultural. Producción: variable; para escribir cuando se tenga ganas de contar algo y no por obligación. Difusión..., ah, eso merece un párrafo aparte.

La mayor novedad de esta nueva experiencia en comunicación, creo yo que es la forma de envío, porque abre una vía a mitad de camino entre la carta y la publicación tradicional. Es carta porque se envía selectivamente a quien quiera el autor del único artículo que tendrá cada LHD, y es publicación (publica) porque cada cual puede reenviarla a quien lo desee. No es carta porque no exige respuesta (correspondencia), pero tampoco es publicación porque no hay gastos de edición, ni ISBN, ni OJD ni el sunsum corda. Un simple envío al editor, o sea, a jdcorral@reterioja.com con la indicación de a quién poner o a quién quitar de la lista y…., listo.

Con el tiempo es posible que, de acuerdo con los colaboradores (si los hay) y a petición de alguien que lo descubra en el futuro, vaya colgando los ejemplares en una web, pero de momento lo importante es echar a andar el invento; pues lo cierto es que anda: sin darme cuenta ya está en el número 4.

lunes, mayo 08, 2006

3. DEMOCRACIA Y ARQUITECTURA





Hubo tiempos difíciles en que los Colegios Profesionales conservaron en este país la llama encendida de la democracia. No podía ser de otro modo porque las profesiones liberales, igual que la propia democracia, nacieron de la razón ilustrada. Sería exagerado llamarlas hermanas gemelas, pero la metáfora puede valer. Atravesar las duras décadas del despotismo y de las dictaduras de los dos siglos pasados, fueran éstas las del dinero o las de las ideologías no debió ser fácil, pero por suerte llegaron juntas hasta nosotros, y hemos heredado sus valores al obtener nuestro título y al ingresar en el Colegio.

Exactamente igual que en arquitectura, la democracia es asunto en el que forma y contenido están tan íntimamente unidos que en cuanto flojea una, el otro se resiente. Lo aprendí del talante de los colegiados más mayores y de los errores que pude ir cometiendo cuando fui decano. Y es quizás por ese aprendizaje y ese bagaje por el que puedo decir que el pasado viernes me escandalicé al leer la circular en la que la actual Junta de Gobierno anuncia su candidatura a la reelección.

Pero antes de entrar en la forma en que lo hace contaré algo de los contenidos de esta candidatura. Desde comienzos de este año electoral empezó a correr el rumor de que Javier Solozábal iba a presentarse a Decano impulsado por un potente grupo del sector inmobiliario. Como los rumores nunca se saben de dónde salen, lo mejor es preguntarle directamente al afectado por la verdad que pudieran contener. Así que un día en que me encontré por casualidad con la mujer de Javier le pregunté por ello y me contestó indignada que no sólo el rumor era falso, sino que si podía enterarme de su procedencia, que por favor se lo dijera. Luego lo hablé con Javier y además de manifestarme la misma indignación me dio más datos: cuando Domingo organizó su primera candidatura le pidió a Javier su colaboración y éste le dijo que ya había estado en todos los cargos posibles de una Junta y que si volvía a trabajar para el Colegio sólo lo haría como Decano. El caso es que tanto le tocó el rumor en las narices, que pensó en la posibilidad de presentarse, hizo gestiones, salió en el periódico, y buscó adhesiones entre los colegiados. A pesar de haber obtenido ciertos apoyos, no le han parecido suficientes, así que la renuncia final a concurrir a las elecciones, de la que también tuvimos noticia oficial el pasado viernes (yo ya la tenía desde un par de días antes porque me lo había comunicado él mismo por teléfono), deja en evidencia que el rumor de que fuera el candidato de un influyente sector no era sino un bulo interesado.

Por el otro lado, el miedo a un Colegio influenciado por el sector empresarial e inmobiliario hizo que algunos colegiados le pidieran a Domingo que se volviera a presentar para cerrarle el paso a Javier, o por lo menos para competir lealmente; y por lo que hemos podido leer en la circular, es cierto que ha aceptado. Claro que, si lo ha hecho para competir con Javier o para cerrarle el paso, ya puede irse a casa a descansar, cancelar su candidatura y convocar nuevas elecciones porque los hechos han alumbrado una triste verdad: que el rumor era falso e intencionado.

Y ahora vamos con la forma. El respeto al adversario no es fácil cuando un candidato quiere repetir, porque para garantizar la igualdad y limpieza en el proceso ha de hacer todo lo posible para ponerse a la altura de un colegiado de a pié que se quiera presentar. En ese sentido, no cabe mayor despropósito y desfachatez que anunciar su candidatura como un Acuerdo de Junta, es decir, desde arriba y en el uso y abuso del aparato colegial. El desprecio a la equidad en la contienda electoral que ello significa es una grave ofensa para nuestro colectivo y sus valores democráticos por lo que la nueva Junta que ha salido de estas no-elecciones ya huele mal en contenido y forma, y no se merece el respeto y el apoyo de quien tenga unas mínimas convicciones democráticas y un poco de dignidad por su profesión.

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Item más: El periódico La Rioja del sábado 6 de mayo publica en la página 8 unas declaraciones de Domingo García Pozuelo en las que dice confesar que se presentó a la reelección “ante la posibilidad de que cuajara una candidatura que, en su opinión, no representaría adecuadamente los intereses del colectivo”. Una declaración pública de esa índole es por sí merecedora de una sanción deontológica porque implica una grave falta de respeto ante los compañeros que pudieran formar cualquier otra candidatura. El primer principio que debería acatar cualquier colegiado que se presenta a Decano es que todos los arquitectos colegiados estamos capacitados para representar a nuestra profesión. Decir lo contrario es una ofensa inaceptable a los compañeros y a la democracia.

Y una adenda para ver cómo es el percal periodístico de nuestra región: en la noticia citada y a continuación de la “confesión” de Domingo, el periodista J.A.L. de La Rioja que la firma, señala el nombre de Javier Solozábal como el otro posible candidato. Pues bien, también Javier me contó que tras animarse a presentarse a Decano quiso que ello fuera noticia en La Rioja y en Noticias de La Rioja, pero el primero de los diarios optó por ningunearle descaradamente y así se lo hizo saber. Ahora sin embargo publica su nombre.

viernes, mayo 05, 2006

2. CANES EN DIENTE DE SIERRA





Hace unas semanas me llamó Fede Soldevilla, el presidente de Amigos de La Rioja, para pedirme un poco de vocabulario sobre los aleros. Me explicó que quería hacer uno de sus habituales itinerarios dominicales por el Casco Viejo de Logroño para dar a conocer la variedad de canes, molduras o detalles constructivos que aún pueden verse en los aleros de sus casas, así que yo eché mano del Diccionario de Paricio Ansuategui y le expliqué lo que era un can, un sofito, un lacunario, un alabe, o un lambrequín; y de paso, la babel que nos armamos al explicar las molduras de las cornisas.

Como el recorrido lo ha fijado para este domingo día 7 de mayo, el martes pasado me enseñó el resultado de su trabajo previo: un estupendo dossier de fotos de aleros y notas históricas de cada una de las casas que los lucen, que a poco que se complementase con un entretenido texto –en la línea de lo que seguramente será la exposición oral de su paseito-, sería merecedor de publicación.

Iba yo echando un vistazo superficial a cada una de las páginas del dossier cuando me quedé clavado en la foto de unos extraños canes denticulados que no había visto en mi vida. Observé entonces que Fede echaba una pícara sonrisilla, al paso que me decía con sorna: ¿no sabes dónde están eh? pues hombre, los tienes muy próximos a tí porque son de la fachada de la casa de tu jefe. No me encajaba con Domingo García Pozuelo que vive en la casa de Pepe Sáenz de Jubera en Pío XII, por lo que, de inmediato, ¡zas! se me encajaron las piezas con la alegría de la resolución de un fácil jeroglífico: ¡ándale! pero si es la mismísima firma del escultor Ricardo González, director de mi Escuela.

La escultura humanizó la arquitectura desde la antigüedad clásica hasta nuestro siglo porque hizo de mediadora entre la masa tectónica y el hombre que iba a habitar o percibir sus espacios y volúmenes. Los arquitectos de la segunda mitad del siglo XX, sin embargo, perdimos ese importante mediador cuando, subyugados por las soflamas modernas, nos negamos a hacer molduras desde las mismísimas clases de dibujo en primero de carrera.

Unas décadas después vemos que las estrellas de la arquitectura y sus imitadores (¡ay ay ay! que ya los tenemos entre nosotros…) retuercen las masas de sus edificios con la intención de recuperar los valores escultóricos perdidos, pero sus esfuerzos son baldíos, y sobre todo ridículos, porque están fuera de la tradicional escala de la escultura.

Es por ello que la modernidad de los canes de la casa del director de la Escuela de Arte (y ahora ya Superior de Diseño) representan en Logroño toda una modesta, pero a su vez oportuna, lección de arquitectura.

La obra de rehabilitación de su casa, sita en la Plaza de San Bartolomé n 11, la proyectó y dirigió José Luis Acedo a comienzos de los noventa; pero la firma de los aleros es inequívoca.

jueves, mayo 04, 2006

1. PROYECTAR LA RIOJA 33. FALSA, INÚTIL Y FALSA OTRA VEZ


En el trabajo de elaboración de mi Guía de Arquitectura de la Ciudad de Logroño que, como ya se empieza a saber por ahí, no se pretende hacer selección de mejores y peores edificios, sino dejar constancia de sus promotores y artífices y del valor de cada lugar, vengo usando la revista Proyectar La Rioja como una importante fuente documental, pues me proporciona una información, sobre todo gráfica, que de otro modo es complicado obtener.

Este uso meramente documental me estaba haciendo perder el juicio crítico sobre ella, y hasta confieso que con la familiaridad de su manejo estaba empezando a cogerle cariño. Y me temo, que ante la ausencia absoluta de crítica de arquitectura en esta ciudad y en este país, también otros arquitectos quizás estuviesen empezando a verla como revista de referencia o como documentación imprescindible.

Pero la lectura del editorial del número 33, con el que conmemoran el décimo aniversario de su existencia, me ha despertado del ensueño y me ha hecho coger el ordenador para tratar de decir un par de verdades, e inaugurar así esta nueva experiencia de comunicación llamada LHD.

Dice el mencionado editorial que "fieles al espíritu que desde un inicio ha marcado nuestra labor", lo que se pretende con PLR es "mostrar aquello que se proyecta y construye con el objetivo de que sean ustedes, nuestros lectores, quienes juzguen"; para señalar justo a continuación, que lo que esta edición presenta son los "hitos que han marcado la evolución de la arquitectura y la construcción en La Rioja" en estos diez años de existencia de la revista.

Ah ah ah, ¿pero presentar los "hitos" de estos diez años de una manera seleccionada, es decir, unos sí y otros no, ponerlos unos antes y otros después, etc., no es juzgar? ¡Qué cara más dura tienen algunos! ¡Qué fácilmente se miente en estos tiempos! ¡Y qué barata es la falsedad cuando se sabe que nadie la va a denunciar públicamente!

Abundando en el titular de esta nota, si PLR era una revista útil en tanto que documental, este número 33 es el más inútil de todos pues no hace sino reproducir y repetir lo ya publicado. Y en tanto que sólo repite, se hace más patente su labor de selección y por tanto la falsedad de su mensaje. PLR juzga y selecciona, y ese juicio y selección acrítica que hace, y que encima trata de ocultar diciendo que no es más que una revista documental, hace daño a la verdad y a la arquitectura.

CODA FINAL:

Por suerte aún queda gente sensata e inteligente que te consuela de tu propia estupidez. Como PLR me castigó a no recibir la revista de forma gratuita durante unos cuantos números (no sé muy bien si por aquel artículo titulado "Hablando claro de Proyectar La Rioja", v elhall40p2, o porque el propio Colegio me retiró de sus listas de colegiados, v elhalln60p2), y ahora las necesitaba para la correcta documentación de algunas obras de la Guía, hace unas semanas me pasé por el despacho de Javier Dulín para que por favor me las dejara; y cuál no sería mi sorpresa, cuando me dijo que las había tirado casi todas.

En ese momento me sentí algo contrariado por su desdén documental, pero qué alivio me da ahora saber que hay gente más sensata e inteligente que yo, que se da cuenta del valor de las cosas sin necesidad de tener que andar elucubrando sobre ello.