jueves, mayo 31, 2007

DE LA MUERTE DE LOS EDIFICIOS


(Aprovechando este tiempo de receso voy a colgar algunos artículos viejos que fueron escritos para periódicos y revistas varios. Éste, en concreto, lo redacté para la página de arquitectura que se creó por acuerdo del Colegio de Arquitectos y el periódico La Rioja hacia el año 2000. Meses después lo encontré publicado en una página inmobiliaria de Internet que nunca me pidió permiso para ello ni se dignó notificármelo. Se ve que gracias a Internet cada cual lee, entiende y copia lo que quiere. Tendrá que ser así. Para mí que todo el artículo es sólo es un pretexto para reproducir un impresionante párrafo sobre el arte, la vida, y la muerte, de Ernst Jünger . Ilustro el sepelio con uno de los cadáveres de nuestro Casco Antiguo.)


A semejanza de sus hacedores, los edificios nacen, viven, envejecen y mueren. Pero la vida de los edificios, a diferencia de la vida de quienes los hacen, los usan, o los destruyen, es por lo general (o era) bastante más larga. Si la vida media de los hombres está entre los 50 y los 90 años, la de los edificios, por poner una cifras orientativas, podría situarse entre los 100 y los 500 años.

En los tiempos en que las aspiraciones humanas de eternidad estaban administradas única y exclusivamente por las religiones y sus iglesias, la diferencia del ciclo vital entre los hombres y los edificios no parecía tener gran relevancia. Era un conocimiento similar al de que la vida de los perros es más corta, y la de las tortugas, mucho más larga.

Pero a partir del siglo XVIII en que los hombres dejaron de depositar su confianza de eternidad en una vida ultraterrena ofrecida por un Dios en duda, la mayor duración de los edificios empezó a tener para la humanidad el significado de un conjuro contra la muerte. La experiencia de vivir entre edificios construidos por generaciones que habían desaparecido por completo de la faz de la tierra, prometía así mismo que los edificios construidos por nosotros prolongarían la huella de nuestra existencia por los siglos de los siglos.

La Historia se erigió entonces en una nueva administradora de la eternidad, juzgando ella (o sus ministros, más bien) qué es lo bueno y qué es lo malo, y separando en consecuencia lo que debe perdurar y lo que debe perecer. A partir de la institución de la Historia, la vida de algunos edificios se alarga mucho más allá del más largo de sus ciclos vitales, alcanzando así visos de auténtica eternidad.
Ahora bien, la manera en que procede la Historia con los edificios que declara eternos no deja de ser similar a aquellas momificaciones que se les hacía a los faraones egipcios: se les quitaban las vísceras, se les embalsamaba y se les guardaba en conserva. Los antiguos egipcios debieron pensar que con ese tipo de operaciones los faraones seguían viviendo eternamente, pero nosotros descreemos igualmente de ese tipo de fantasías y sabemos que el embalsamado está tan muerto como el griego enterrado o el hindú incinerado. Cuando el corazón ha dejado de palpitar y el electroencefalograma está plano, la vida se ha ido para siempre por mucho que queramos guardar los huesos, los pelos o la piel cerúlea.

Claro que, en el caso de los edificios la línea de separación entre la vida y la muerte no está tan clara. Es más, en los edificios puede darse más fácilmente la muy imaginativa solución al problema de la muerte y de la eternidad que entendemos como reencarnación, esto es, que una nueva vida surja en los restos materiales de lo que albergó una vida anterior. En materia de reencarnaciones hay dos teorías, la de los animistas, que consideran que la vida está en un alma que puede transmigrar por diferentes soportes; y la de los materialistas, que consideran que las moléculas que ahora están mi hígado, el día de mañana formarán parte de la corteza de un cangrejo. En materia de edificios caben también las dos teorías, pero de momento me referiré a la segunda por ser mucho más conocida y accesible al entendimiento.

Dentro de la teoría de reencarnación materialista hay a su vez otras dos posibilidades: 1) las partículas del edificio muerto se desmontan y pasan a formar parte de nuevos organismos (con el bronce del techo del Panteón de Roma se construye el baldaquino de San Pedro y así sucesivamente); y 2) el edificio muerto vuelve a la vida con un uso distinto.

Para esta segunda opción hay numerosos ejemplos. Tomemos para empezar el del ya citado Panteón de Roma. Podríamos certificar su primera muerte cuando deja de ser la casa de representación de todos los dioses del Imperio Romano, y su primera reencarnación cuando se convierte en iglesia católica del único Dios cristiano. La Historia se lo arranca luego al Dios cristiano (segunda muerte) y lo convierte en templo de sí mismo (del Arte o de la Historia), para que posteriormente (cuarta y última reencarnación), la poderosa Industria Romana del Turismo lo convierta a su vez en materia prima de una espectacular producción de divisas.

Tomemos otro ejemplo mucho más cercano: la torre y castillo de Logroño fue una edificación defensiva que se quedó obsoleta ante el progreso de las armas y las mayores facilidades burocráticas de la movilidad de las gentes. Según Pedro Alvarez Clavijo, fue utilizada posteriormente como prisión, uso muy funcional en verdad, dado lo sólido de sus muros, y finalmente fue dada por muerta y enterrada bajo una carretera moderna en el siglo diecinueve. Sus huesos han salido a la luz el pasado año en las desafortunadas obras de un cruce de carreteras a distintos niveles y han sido objeto de una polémica breve pero interesante entre quienes lo veían resucitado, quienes no lo consideraban digno de figurar en la historia, y quienes daban por buena su movilidad de aquí para allá.

Cerremos por último esta lista con una mención a la dudosa reencarnación de la Bene de Logroño como edificio contenedor apto para cualquier uso, sea Conservatorio de Música, Consejería de Urbanismo o lo que le vaya llegando.

Según parece, si los edificios son los cuerpos, los usos son su vida. Entre uno y otro hay una conexión de signos - la que se resume en el acertado refrán de que “la cara es el espejo del alma”- que los hace enteramente vivos. Cuando esa unidad entre forma y contenido se rompe, los edificios se vuelven algo así como muertos vivientes: una especie de zombis. Así que el empeño actual de que los edificios sean nuestra referencia o nuestro acceso a la eternidad está provocando un aumento espectacular de zombis en nuestras ciudades.

Pero dejemos el tema de las reencarnaciones y volvamos a afrontar el tema de la muerte desde otras perspectivas. Veamos en primer lugar cómo se altera la percepción de la muerte a partir del fenómeno de la clonación de objetos. La conviviencia de los hombres con los utensilios que construye (y los edificios no dejan de ser un tipo más entre ellos) sufre una gran alteración cuando los objetos dejan de ser producidos uno a uno y pasan a clonarse, o sea, a producirse en serie. El carácter único e irrepetible del objeto artesanal desaparece y con ello la importancia de su nacimiento y de su muerte. Los objetos pasan a ser un número más de una serie indefinida, sólo limitada por las necesidades del mercado. En la era de la industrializacion, la presencia de un objeto clónico o su desaparición no sólo carecen de la menor importancia sino que para que la serie pueda seguir reproduciéndose es preciso que los objetos tengan una vida lo más corta posible. Si el coche nos durara más de diez años, no sólo le podríamos empezar a coger cariño sino que paralizaría la producción de la fábrica que los hace.
El desarrollo industrial y tecnológico permite igualmente la clonación de cualquier tipo de edificio. Por si alguien dudara de la falta de escrúpulos de esta nueva forma de conducta, ahí está el caso ejemplar de la reproducción de las Cuevas de Altamira. Hasta ahora habíamos asistido a la restitución más o menos fidedigna de las distintas partes de un edificio dañado (según la teoría de restauración de Viollet le Duc puesta en entredicho por nuestra vigente Ley del Patrimonio), como si de implantes o de cirujía estética se tratara. Los parques temáticos o los hoteles de La Vegas habían hecho clonaciones anecdóticas o caricaturescas. Pero a partir de la exacta clonación de la capilla sixtina de la prehistoria ahora ya podemos empezar a reproducir todo aquello que interese. Que se cae una catedral de Burgos, pues hacemos tres más (por cierto que los apóstoles de su fachada ya han sido recientemente clonados y sustituidos por unos de plástico sin que nadie proteste lo más mínimo).

Hubo un tiempo en que la muerte era un gran tema de reflexión. Lichtenberg dice en uno de sus famosos aforismos que era uno de sus pensamientos predilectos. La muerte en nuestro tiempo ha llegado a ser, sin embargo, un tema desagradable y de mala educación; casi un tema tabú. La muerte es ya sólo, ó un accidente, ó la fecha de caducidad de un producto; y en la materia que nos ocupa, nadie ha puesto aún esa fatídica fecha a los edificios. Se genera con ello una vana ilusión de eternidad, un nuevo infantilismo, entre tantos como invaden a nuestra cultura.

Por eso, contra el falso escándalo cotidiano de la muerte de los edificios (que no es otro que el mismo y lamentable escándalo de nuestra propia muerte) y contra la estupidez de la indefinida prolongación de su vida yo propongo una vez más la fórmula que Jünger escribió en Radiaciones, volumen 1 pag. 295 de la edición castellana de Tusquets: “Es preciso que el “opus” alcance un nivel en el que se torne superfluo –por cuanto transparenta eternidad. A medida que el “opus” se acerca a la belleza más alta, a la verdad más honda, va ganando también rango invisible; y el pensamiento de que perecerá en cuanto obra de arte, en sus símbolos fugaces, es un pensamiento que causa cada vez menos dolor. Lo mismo cabe decir de la vida en general. Es preciso que en ella alcancemos un nivel en el que sea posible realizar de un modo fácil, osmótico, el tránsito –un nivel en el que la vida merezca la muerte”.

martes, mayo 29, 2007

ESTADISTICAS Y FIN DE CURSO




Como hoy es lunes postelectoral y anda todo el mundo haciendo cuentas con los votos, voy a hacer yo también las mías con los lectores del blog. A mediados de febrero me enteré de que podía poner un contador de entradas y en un par de días logré aprender cómo se conseguía ponerlo en funcionamiento. El índice de audiencia es un asunto que poco importa a un librepensador pero siendo un dato real no hay porqué ignorarlo. El problema es el de su interpretación.

Los cuadros estadísticos que gratuitamente me proporciona el contador (gracias servicont/arsys) son los que se pueden ver arriba. En los tres meses y medio que lleva el contador en activo, los datos son muy regulares: mi página es abierta unas mil veces al mes, es decir, unas 33 entradas diarias. En los días de máxima afluencia se ha llegado a cerca de 60 entradas, mientras que los sábados y domingos, en que habitualmente no escribo, baja a poco más de 10. Ya los viernes suele bajar la cifra de aperturas, pero eso no quiere decir que no se lea el último artículo de la semana, porque si se suman las entradas del viernes, el sábado y el domingo, a veces salen más de 60 visitas.

El mayor problema de interpretación consiste en relacionar el número de entradas con las lecturas. La estructura del blog es la de un diario, pero eso no quiere decir que cada apertura coincida con la lectura de un solo artículo. Es de suponer que habrá quien lo abra de ciento en viento y que en una apertura pueda uno leer o echar un vistazo a más de un post.

En cualquier caso, lo cierto es que el blog tiene vida. Pequeña, pero vida. Se escribe, se abre y se lee. Otra cosa es saber qué tipo de vida es esa. Yo os la cuento tal y como la veo, y los lectores contarán la suya.

Ayer escribía que la defensa de la buena arquitectura y de la ciudad no tiene cabida en los Colegios de Arquitectos ni en los medios de difusión públicos, y que poco se podía hacer más allá del trabajo cotidiano de cada uno.

Así pensado, el blog es la expresión de ese “poco”, porque en realidad yo lo hago como parte de mi trabajo docente, es decir, de mi trabajo teórico y crítico. Al principio escribía por las noches, los fines de semana o en cualquier momento libre, pero poco a poco me he ido disciplinando y he acabado escribiendo mayormente en esas horas libres diarias que tienes que permanecer en la Escuela para estudio o investigación. Como escribí en el Manual, a medida que uno va sumando conocimientos, la distancia con el alumnado (siempre con la misma edad y conocimientos, -o incluso al alza en edad y a la baja en conocimientos…) se hace mayor, y si uno no enseña todo lo que aprende y reflexiona diariamente como profesor, o estallaría como una olla o todo lo reflexionado se perdería en el olvido.

Visto así, el blog es para mí como una válvula de escape, o como también suele decirse, un cuaderno de bitácora, porque eso me permite ir guardando más o menos ordenadamente y a mi alcance los datos y pensamientos por los que van transitando mis reflexiones arquitectónicas.

Durante muchos años de docencia había pensado poner por escrito buena parte del material que recopilo para las clases, pero el trabajo académico es muy aburrido y nadie te lo paga o te lo agradece. La única ventaja es que en el curso siguiente ya tienes preparada la clase; pero el inconveniente inmediato es que eso te anquilosa. Preparar libros es tarea de profesores, pero hacer libros como quien hace méritos para el currículo, me horroriza.

En fin, el asunto no era hoy hablar tanto de la perspectiva del autor sino de la estadística de los lectores. Tal y como puse en el encabezamiento, prefiero que los comentarios sean directos y personales, y parece que lo he conseguido. Me interesa el eco y el debate de lo que pienso y digo, pero no el gallinero anónimo que suele formarse en la mayoría de los blogs (sólo hay que abrir el de Azúa para darse cuenta de la estupidez del invento/y otro caso: con buen criterio el más famoso de los blogs hispanos, el de Arcadi Espada, lo ha cambiado por la correspondencia directa). Por lo general, en relación con el número de entradas son muy pocos los comentarios que recibo, pero muy gratificantes. Algunos me aportan datos, otros son de agradecimiento y otros, más distantes y críticos. Pero todos son bienvenidos y, a poder ser, contestados en correspondencia personal.

Poco más que decir de este modestísimo blog y de su pequeño alcance público.
Hecho el balance y expuesta mi perspectiva como autor, solo queda comunicar que el curso se acaba y con ello mi disciplina. En el nuevo periodo que ahora se abre es más que posible que esta bitácora deje de ser diaria y siga el anárquico ritmo de de las búsquedas y aventuras intelectuales de esos amplios periodos de estudio y reflexión que la enseñanza nos concede a los profesores. En consecuencia, es de esperar que las estadísticas veraniegas también se alterarán. Cuando vuelva octubre y si es que retorno a la misma disciplina, volveremos a echar un vistazo al contador.

lunes, mayo 28, 2007

FUNDACION COAR


Hace unos días pasé por el COAR a interesarme por la marcha de la FUNDACION COAR y a preguntar sobre mi adscripción o pertenencia a la misma ahora que ya no soy colegiado. Como es de suponer, ni la “directora técnica” ni el “letrado asesor” me supieron responder. Después de dos años y medio desde que se creó no se ha hecho nada y tampoco hay nada redactado sobre quiénes forman parte de la Fundación… (!). Por supuesto les pedí que no le fueran con la pregunta a la actual Junta de Gobierno porque entonces, no es que ya sabría la respuesta, sino que, a lo peor, acomodaban la Fundación a la misma.

Vayamos por orden. La idea de crear una FUNDACION CULTURAL en el seno del Colegio la planteé yo durante mi gestión como Decano, y encontró tal oposición en mi vicedecano José Miguel León y en sus colegas ideológicos que desistí. No es momento de resucitar aquel debate porque, años después, la Junta de Gobierno de García Pozuelo aprobó la creación de una FUNDACION en el seno del COAR con la loable intención de que si el Gobierno fuera a cerrar el Colegio de Arquitectos (como ya había hecho con algunas de las Cámaras), los arquitectos que habíamos creado su patrimonio pudiéramos salvar los muebles. El asunto está documentado en mi anterior artículo del mismo título (v elhalln75 p4) y en el chiste que hizo Jesús López Araquistain para la ocasión. Según el abogado Luis Beltrán, que fue quien hizo los estatutos de la Fundación, esa intención no se puede decir (y no consta en los estatutos), pero es lo que efectivamente se dijo en la Asamblea en que se aprobó. Convendría aclarar esta cuestión. ¿O es que las instituciones se van a fundar y relacionar sobre un cúmulo de mentiras?

A la vista de cómo están los Colegios de Arquitectos y la Arquitectura por la que velan (téngase en cuenta, por ejemplo, que todos esos planes y edificios que denunciaba ElPaís el otro día, han pasado por sus respectivos Colegios y tienen el preceptivo visado, etc, etc.), es hora de pedir públicamente al Gobierno, sea al de la Nación o al Autonómico, que los cierre y que mande a los arquitectos a asociarse como PYMES en la Federación de Empresarios. Y para ocuparse de la Arquitectura, que se pongan en marcha las Fundaciones. Tenemos la mejor biblioteca de arquitectura de la Comunidad (que de momento es lo que más me interesa de ese patrimonio que yo he ayudado a construir en los años en que he sido colegiado y del que me siento partícipe como miembro de la Fundación heredera), una sala de exposiciones, un archivo histórico, un par de edificios, un gran historial de actividades y hasta la humilde cabecera de una publicación periódica actualmente mancillada por la actual Junta y un par de oportunistas. No es poco para empezar.

Aunque algunos procesos pueden acelerarse de la noche a la mañana, supongo que pasarán años y habrá muchas resistencias a cambiar el actual estado de las cosas, pero lo cierto es que los Colegios ya sólo se sostienen por inercia. A poco que se mire lo que está pasando, solo dan pena y vergüenza. a la vista de lo que hacen es obvio que la defensa de la Arquitectura no es asunto suyo. No sé si será tarea de Fundaciones o de Academias, pero desde luego, de los Colegios no.

Y de francotiradores en internet tampoco, ya lo sé. Pero mientras no haya nada mejor organizado, y los periódicos sean meras plataformas de intereses publicitarios, no se me ocurre qué otra cosa se puede hacer como arquitectos a nivel público por la Arquitectura y la Ciudad más allá de lo poco que honestamente podamos hacer en nuestro trabajo personal y cotidiano.

Bueno, si, se me ocurre una: que los arquitectos colegiados den sentido a la Fundación que se creó en su seno. Y que si sólo va a servir para salvar los muebles y repartir el patrimonio entre algunos aprovechados, que se entere todo el mundo y le den el finiquito.

viernes, mayo 25, 2007

CARTELISMO Y SEÑALÉCTICA


Ya vale de penas. Vamos a acabar la semana con humor. Y para eso nada mejor que un poco de cartelismo.

Ayer me llegaron dos correos con material muy diferente pero ironía parecida. Uno me llegó del mismo Logroño (de la calle de al lado), y el otro desde Elche, de nuestro amigo y experto en seguridad vial Luis Xumini.

El diseño de carteles, indicaciones y demás “señaléctica” o señalética, (palabros de la jerga profesional que aún no están en el diccionario de la RAE pero sí en el google, que va mucho más avanzado) es un asunto que mayormente me causa cabreos, porque cuando dependes de ellos para llegar a un sitio desconocido, te das cuenta de la inteligencia de sus hacedores. Sin ir más lejos, el sábado pasado intenté llegar desde Vitoria al Santuario de Estíbaliz (cosa tan fácil, diréis) y me perdí tres veces. Con lo listos que siempre hemos pensado que eran, en Vitoria no saben ni colocar las placas de las calles. ¡Las ponen al revés que en todo el mundo! Bueno, como estaba de paseo no me enfadé mucho, pero ahora que lo pienso, donde mejor se lo pasa uno con el cartelismo y la señaléctica es en México. Otro día pondré alguna foto del impresionante álbum que me traje de allí.
Hablando de cartelismo y de risas, he llegado a la conclusión de que la campaña electoral de Izquierda Unida, Iniciativa Ciudadana y los Verdes se ha centrado en el daño irreparable que se está haciendo a los monumentos riojanos con los carteles de la exposición La Rioja Tierra Abierta. Qué tema tan impactante ¿verdad? Casi me convencen de ir a votarles…

Bueno, vale de coña, y demos paso a las fotos y comentarios de los corresponsales. Empezamos por el de casa:




Juan, mira lo que han colocado en los soportales de la calle Portales. Es un auténtico record de diseño, desde la elección del tamaño de la lona impresa, pasando por la bonita sujeción de brida de camionero a los pilares con un cuidado detalle de almohadillado, hasta el atado inferior con cuerda y un sencillo (minimal) nudo doble con cuerda de nylon para que no levante el vuelo (ni el Desafío Español 2007).
Solo me queda felicitar a los responsables de tan increíble diseño. ¡Viva el Diseño! ¡Viva el CEDIR! ¡Viva La Rioja Calidad! ¡Viva la Escuela Superior de Diseño! ¡Viva el enodiseño!
Ah, y por cierto, que me digan como se pasan por el forro de los cojones la normativa municipal (v art 3.6.5 de las normas urbanísticas del PGOU de Logroño), ¡porque a mí no me perdonan ni una!


Artº 3.6.5. Soportales.
Los soportales existentes entre el nº 17 de la calle Portales y la Plaza de San Agustín se pueden dividir en dos tramos en los que predomina un estilo determinado. Un primer tramo es el comprendido entre el nº 17 y la Calle del Capitán Gallarza, y el segundo tramo el comprendido entre ésta y la Plaza de San Agustín. Se permiten entreplantas sólo en el tramo primero.
En ambos tramos, la política a seguir ha de ser la de conservación estricta de los existentes conforme al tipo dominante y adaptación de los que se apartan del mismo, en caso de construcción, al tipo unificado de la manzana en que está ubicado.
Las embocaduras laterales de los soportales deben cubrirse asimismo con arco del mismo modelo que la manzana a que pertenezcan, coincidiendo con su eje el eje vertical correspondiente al inicio de esa fachada lateral, debiéndose aplicar al resto de la fachada lateral los mismos criterios definidos para la calle Portales, y siendo el número de ejes verticales el resultado de la aplicación del cuadro descrito en el apartado 2.
Quedan absolutamente prohibidos los rótulos, anuncios, marquesinas, toldos, etc. sobre cualquiera de las caras de los arcos y pilastras.



(Algunos párrafos de esta norma, como el primero de ellos, son como para rescribirlos al modo que hice el otro día con la iglesia de Fuenmayor: lo que nos podemos reír escribiendo eso de “dos tramos en los que predomina un estilo determinado” ja, ja, ja)

Pero vamos con el segundo de los temas, el remitido por Xumini, que el post se alarga demasiado.



¿Os acordáis meses atrás, cuando os envié algunas muestras de la"técnica compresiva" para la señalización de obras en carretera y enzona urbana?Pues eso no se ha detenido (el I+D+I es imparable), en este tiempo sehan avistado muchos experimentos intentando mejorar la compresión,observando que se viene produciendo una evolución. Está muy claro quede la "técnica compresiva" original vamos de cabeza hacia la"nanoseñalización".Ahí va una muestra de su antecesora, la "técnica recompresiva"... consus señales nuevas, con sus cintitas, y muy simétricamente espaciadas.¡Una pasada!Por cierto, parece que (el artista) estaba tan concentrado en la "recompresión", quese le olvidó balizar los obstáculos (la zanja y las vallas tubularespuestas de perfil), que pasaron la noche de esa guisa sin una puñeteraluz, y las señales tampoco son reflectantes (son más caras y lospresupuestos para I+D+I en esta bendita España son de vergüenza).No me extrañaría que también se produzcan fugas de cerebros en estecampo, y que este tío acabe fichao por la NASA (NAnoseñalizaciones deprimera especial con pedigrí y marchamo S.A.).

Bueno, ya sé que me he pasado, pero hoy es viernes y empieza el finde y no hay prisa, así que voy a hacer también mi aportación gráfica al tema de hoy. Lo que aquí traigo está a un paso de la calle Portales y tiene que ver con la nanocompresión de Xumini. Aunque por aquello de estar en la Rioja quedaría mejor llamarlo “racimo de señales”. Lo de las barras delante de las señales es por si alguien es capaz de leerlas todas mientras baja por la rampa del garaje. Para añadirle dificultad, vamos.

jueves, mayo 24, 2007

CORRUPCIÓN





Si la ciudad física está deteriorándose a marchas forzadas por el mal estado de la disciplina arquitectónica y urbanística, la ciudad política está hecha polvo por el lamentable estado del periodismo. Y mientras es un tópico referirse a la corrupción urbanística sin mencionar apenas a los arquitectos (unos mandaos) tampoco nadie habla de los periodistas cuando se repite una y otra vez lo mal que lo hacen nuestros políticos.

Hoy toca hablar un poco de la ciudad política porque la crisis de ELPAIS, ese diario que nos acompañó en la construcción de la democracia, parece imparable.

El fin de semana nos pudimos enterar por los blogs y diarios digitales que el artículo de Fernando Savater, “Casa Tomada” (que muchos ya habíamos leído en la red), llevaba diez días en la mesa del jefe de Opinión de ElPaís, Lluis Bassets, esperando su “aprobación”. El mismo domingo entré en el blog de Bassets para ver la indignación de los lectores y comprobar la incapacidad de ese funcionario en contestar.

La reparación a esta nueva vía de agua del gran periódico se produjo el martes con una edición en la que publicaban en portada un primer plano de Rafael Sánchez Ferlosio y un nuevo artículo de Savater en el interior. Y de ese modo, toda la inteligencia progre, tan contenta.

Savater se hundirá con ElPaís porque le debe tanto como un hijo a sus padres, así que, con lo buena persona que es, era de esperar que con cualquier componenda se arreglaría la cosa. Lo de Ferlosio ha sido una jugada de astucia porque le han pillado haciendo publicidad de un nuevo libro, y desde que le dieron el Cervantes empezó a bajar la guardia ante las entrevistas. Cosas de la edad y los premios.
En fin, que el periódico es una ruina política y cultural, pero tontos no son.

Ahora bien, el lustre dura poco, porque hoy vuelven a la carga panfletaria y demagógica con una foto de portada impactante y un reportaje interior no menos amarillo sobre el tema favorito del periódico, y por ende, de todo el país, es decir, la llamada “corrupción urbanística”; de la que son culpables, por supuesto, la derecha, el capitalismo, y por asociación inmediata, los gobiernos autonómicos y los ediles del PP. Es decir, que hoy vuelven a la publicidad descarada de una denuncia global y mal razonada hecha por una izquierda trasnochada.

Lo curioso es que el autor del reportaje es tan hábil o más que los artífices de la jugada con que han resuelto la crisis del artículo de Savater: y es que hay que ser un verdadero "artista" de la propaganda para endosar a la derecha todo ese manifiesto desastre de la costa andaluza cuando la Junta de Andalucía, máxima autoridad urbanística de la Comunidad Autónoma, lleva casi desde sus orígenes gobernada por los socialistas, y el Gobierno de la Nación, hacedor y ejecutor de las leyes urbanísticas españolas resulta que también es socialista ahora, y ha sido socialista durante quince de los últimos veintitrés años. Y aunque desconozco el color político de los municipios fotografiados, sabiendo la tendencia general del voto en Andalucía, raro es que no sean también socialistas.

¿Estamos ante la corrupción política, ante la corrupción urbanística, o más bien ante la corrupción generalizada del gran periódico de la transición?

No sé vosotros, pero cada vez que abro ElPaís y leo sus titulares y contenidos tengo exactamente la misma sensación que la que me produce mirar esas fotos que traía hoy.

miércoles, mayo 23, 2007

IGLESIA DE FUENMAYOR






“Edificio construido en sillería de tres naves a igual altura de cuatro tramos y cabecera ochavada de cinco paños. Arcos apuntados sobre pilares cilíndricos y octogonales y ménsulas soportan crucería de terceletes en naves laterales y estrellada con combados rectos en la central. A los pies coro alto sobre crucería estrellada. En el primer tramo se abren capillas cubiertas con crucería. En el segundo tramo, al sur, se adosa una capilla cubierta con cúpula. A ese mismo lado, en el último tramo, se adosa una sala capitular. La sacristía se sitúa al sur de la cabecera con tres tramos de lunetos y antesacristía. La torre está al norte de la cabecera con tres cuerpos y chapitel, el último en ladrillo. Portadas a norte y sur en el penúltimo tramo. La del Evangelio es de ingreso adintelado, enmarcado en arco triunfal con frontón redondo roto e imagen de la Asunción, obra de Juan de Beitia hacia 1603, en segundo cuerpo. La de la Epístola es de medio punto moldurado entre pilastras y entablamento, con relieve de Asunción en segundo cuerpo; se cobija por pórtico de medio cañón”.

Parece edificio construido a partir de comienzos del XVI y terminado para 1560. En la obra interviene Juan Martínez de Mutio al menos desde 1540. El coro alto es de Juan de Olate desde 1584. Las capillas del primer tramo parecen de mediados del XVI; pórtico y sala capitular de fines de siglo; capilla del segundo tramo y portada norte de comienzos del XVII. La sacristía y torre son barrocas del XVII-XVIII, la primera de Miguel Gutierrez hacia 1691”

(Inventario Artístico de Logroño y su Provincia, vol II pag 139. MEC, Madrid 1975)

JUAN MARTINEZ DE MUTIO

Llamado también Amutio. Nacido hacia 1499. probablemente en Aulestia, de familia adinerada. En 1935 contrata con Juan de Acha el coro alto de Santa María la Real de Nájera. Antes y después de esa fecha es probable que interviniese en el claustro de dicho monasterio. En 1536 o 1537 de traza y condiciones para la iglesia de Santa Coloma. Por esas fechas debió ir a Vizcaya, quizá con motivo de la muerte de sus padres, cediendo a su hermano Martín la obra de la iglesia de Huérfanos. A fines de 1538 contrata el abovedado de la iglesia de San Millán de la Cogolla de Yuso, terminado en julio de 1540. Quizá luego interviene en el coro alto, pues sigue en activo en el monasterio en 1541. Para entonces quizá hubiese intervenido en la iglesia de Arenzana de Abajo. Al menos desde 1546 debe intervenir en la de Fuenmayor y en ese año contrata la terminación de la de Briones. Había contratado la colegiata de Soria en compañía de San Juan de Obieta pero, al no dar fiadores, el cabildo se la encarga en 28 de febrero de 1549 a Rodrigo Ezquerra, aunque en mayo vuelve a sus manos, traspasándola en enero de 1550 a San Juan de Obieta y Juan Martínez de Goicoa. En noviembre de 1551 vuelve a contratar esa obra, dejando a su frente a Francisco de Marquina, que se la devuelve en 1555. En esa obra trabajó con él Juan Pérez de Obieta. En 1557 todavía cobra a cuenta de San Pedro de Soria. Por esas fechas reside fundamentalmente en Briones y Fuenmayor, teniendo taller en ambas localidades, aunque en 1551 hace un viaje a Aulestia y también va a Soria. No debe terminar la iglesia de Fuenmayor. La de Briones la acaban sus herederos y San Pedro de Soria los Pérez de Villabiad a partir de 1558, aunque parece que él y sus cesionarios hiceron cerca de la mitad. Muere a fines de 1557 o comienzos de 1558. Era hermano de Martín Ibañez de Mutio y de María Ibáñez de Mutio, casada con Juan Pérez Solarte padre. Estuvo casado con María de Vitoria, muerta probablemente antes que él, hija de de Pedro de Vitoria, vecino de Logroño, y Juana Carpintero, vecina de Fuenmayor. Hijos de este matrimonio fueron Juan, Miguel, Rodrigo y Martín, los tres primeros muertos ya en 1574, mientras el último era soldado en Flandes, siendo su apoderado Martín de Arenzana, vecino de Camprovín, casado con otra hermana de Juan Martínez. Quizá fuese de un matrimonio anterior doña Juana de Mutio, casada en Guernica con el escribano Sancho Martínez de Larrinoa.

Fueron oficiales suyos su hermano Martín Ibáñez de Mutio, su cuñado Juan Pérez de Solarte padre, Pedro Martínez de Zurbano, maestre Sancho, Marcos de Astiasio, Aguirre, Juan de Garray, y, probablemente, Rodrigo de Oyarbide, Domingo de Goicoa, Juan Pérez de Obieta y Francisco de Marquina.

(Arquitectura religiosa del siglo XVI en La Rioja Alta. José Gabriel Moya Valgañón. Tomo I p98. IER Logroño 1981)

Comprendo que leer estos textos para visitar la iglesia de Fuenmayor y tratar con ellos de aproximarse a su arquitectura y a uno de sus autores no es plato de buen gusto. Pero yo he hecho algo mucho más divertido: los he rescrito palabra por palabra (incluidas las erratas) y la experiencia es completamente distinta. En vez de aburrirme me he partido de risa. Probad a hacerlo cuando tengáis tiempo.

Pongo también la planta para quien quiera jugar a los errores durante la visita: ¿dónde está la torre? ¿está alineada la sacristía tal como viene en el plano? ¿qué pasó en la cabecera del lado del evangelio?¿y dónde están esos muros de debajo del coro?¿y la sala capitular de no se sabe qué siglo? etc. y quedo a la espera de que algún arquitecto que haya trabajado en la iglesia en los últimos años (sé que Enrique Aranzubía reconstruyó el chapitel de la torre) haga públicos unos planos más fiables de esta estupenda hallenkirche riojana.

martes, mayo 22, 2007

CRÍTICOS





Si la arquitectura va mal no es sólo por culpa de los arquitectos que la hacen sino por la pésima crítica tiene. Mientras que el calificativo más apropiado para la arquitectura de nuestro tiempo es “desnortada”, el que más le cuadra a la crítica de arquitectura es el de “cursi”. O sea, pretenciosa, hueca, banal, y hasta boba.
Como las revistas de arquitectura son minoritarias y se dedican a la mera exposición de proyectos y obras, y los periódicos sólo dan noticias de arquitectura cuando se parecen a los sucesos, el lugar de los comentarios de arquitectura con amplia repercusión social y profesional parece ser el de los “suplementos culturales” de los grandes periódicos.

Luis Fernández-Galiano es un clásico desde hace años en las páginas del Babelia de ElPaís; tanto es así que la cursilería de la crítica de arquitectura parece ser un invento suyo. No me cebaré más con él pues ya lo hice en bastantes páginas del Manual de Crítica. Cuando sus muchas ocupaciones internacionales no le permiten acaramelar una nueva entrega, deja el hueco a Anatxu Zabalbeascoa, cuyo oficio es menos cursi, pero más servil. Echa incienso como un monaguillo. De vez en cuando el Babelia nos da una sorpresa con la inclusión de un nombre nuevo, aunque parecido contenido. El pasado 12 de mayo, por ejemplo, Iñaki Abalos reseñaba un museo que Diller y Scofidio (debe escribirse Diller+Scofidio para quedar más pijo) han construido en Boston, y escribía:

“… han sido siempre suficientemente inteligentes como para elegir sujetos arquitectónicos tratados críticamente, desde una actitud que bien podría referirse a la “filosofía de la sospecha” foucaltiana, poniendo énfasis en la reconstrucción de los mecanismos de control y poder con los que las distintas instituciones construyen sus miradas”.

Lo que hay que saber para escribir eso, ¿eh? ¡qué tío!

Yo no sé mucho de la filosofía de la sospecha, pero El Mundo siempre me ha parecido un periódico sospechoso. Siempre amenaza y nunca da para que compres el ejemplar del día siguiente. El otro día leí en un blog una crítica muy acertada de ese periódico: “en materia política se puede leer pues acoge tendencias variadas, pero en el resto, -decía el post- y en especial en materia cultural, es tan progre e infumable como los demás”. El “crítico” de arquitectura (por llamarlo de alguna manera benevolente) de El Cultural de el Mundo, que sale los jueves, es un tal Antón García-Abril sobre el que aún tengo dudas si es más cursi que incompetente o más monaguillo que Anatxu. Hace unas semanas posaba junto a Moneo visitando… a solas…, el Museo del Prado, y casi me da un pasmo al verle. Es tan mono como sus críticas.




Las únicas esperanzas que me quedaban las deposité en el suplemento ABCD del ABC que como el Babelia, sale los sábados, y que como lo regalan con La Rioja, pues se lo puede uno permitir. (Por supuesto, los sábados siempre compro La Rioja para no perderme la “crítica” de nuestro experto local en arquitectura Pablo Alvarez). El ABCD me ha sorprendido más de una vez con comentarios ligeramente desviados de la línea cursi, aunque claro, eso no es fácil en estos tiempos, y las más de las veces acabe cayendo en la línea banal de la publicidad en que lo mismo se puede decir una cosa que la contraria, que con colonia todo queda bien. Un tal Fredy Massad, por ejemplo, escribía el 12 de mayo:

El chileno Mathias Klotz desarrolla una labor que tiene muy presente el entorno y la manera de experimentarlo. Sus proyectos participan de la sencillez y del deseo de transformar lo arquitectónico en un acto vital. La arquitectura de Mathias Klotz trasciende cuestiones acerca del lenguaje y el reconocimiento de adscripciones o herencias estilísticas sobre las que a menudo se interpela. Su obra está imbuída de un carácter personal que tiene que ver con el paisaje y la posición geográfica, pero sobrepasa estos factores.

Y así hasta el infinito… Qué bonito ¿verdad?
Cuánto nos orientan estos críticos. Sobre todo si tenemos en cuenta los edificios que se comentan. He puesto arriba las dos fotos que se corresponden con las críticas que he citado para que se vea su relación con los textos y su semejanza entre sí.
Y acabo con la misma letanía: con una historia escrita en estilo historia, huérfanos de teoría, y con esta crítica ¿qué vamos esperar de la arquitectura?

domingo, mayo 20, 2007

AGUSTÍN Y LA SAGA DE LOS CADARSO







En las últimas décadas muchos arquitectos de Logroño hemos animado a nuestros hijos a estudiar arquitectura (ay) así que los comentaristas de las próximas décadas van a estar muy entretenidos con las sagas. No es un tema que me apasione, pero para hacer una pequeña introducción de Agustín Cadarso García de Jalón (AgCGdJ), “el cuarto arquitecto logroñés” (véanse en los índices de este blog las presentaciones de Maximiano Hijón, Francisco de Luis y Tomás y Luis Barrón), hay que desbrozar la larga saga a la que pertenece.

El primer arquitecto Cadarso que menciona Inmaculada Cerrillo en su libro es Angel Cadarso Greño (AnCG), y la única información interesante que da es que se tituló en 1877. Menciona como suyas dos casas de 1882 y no da la relación que pudo tener con Agustín Cadarso García de Jalón, pero por las fechas de titulación podría muy bien ser su padre: Agustín se tituló en 1909.

Hermano de éste (y por lo tanto probable hijo del anterior) fue Gonzalo Cadarso García de Jalón (GCGdJ), que es sin lugar a duda el arquitecto más prolífico de la saga y el que más huella dejó en nuestra ciudad. García-Pozuelo le negó la existencia en su “Guía de Arquitectura”. Gorka le saca en dos páginas de su publiguía, pero a juzgar por la importancia de su obra, estoy seguro que se merece mucho más (¿un libro? ¡ah!, ja, ja, ja, ja… un libro…, qué risas hacíamos el otro día con el asunto ¿verdad?). Bueno, quizás un libro no, pero espero traerle a este blog más de una vez.

Hijo de Agustín es Angel Cadarso del Pueyo (ACdP) que se tituló en 1946 y cuyas únicas obras en Logroño que conozco son dos: la interesante casa de la esquina de Bretón con Víctor Pradera, un edificio que había proyectado previamente su tío Gonzalo y que él reforma dándole otro aire; y la casa “creciente” de Avda de la Paz 26 y DVictoria 29. Gorka dice que ACdP es hijo de Gonzalo, pero que yo sepa, Gonzalo fue soltero toda su vida… (finura de historiador).

Por último, hijo de Angel Cadarso del Pueyo es Angel Cadarso Santillán, titulado en 1981 y colaborador habitual de Eduardo Moscoso del Prado. Su aportación más notoria a la fisonomía de nuestra ciudad es el edificio esquina de Avda Portugal con la Plaza Murrieta de 1988.

Aclarada la saga (con tres Angel, un Agustín y un Gonzalo), ya podemos pasar a presentar a Agustín y los edificios en Logroño que conozco. Los pongo en orden cronológico:

1910 Esquina Canalejas con Murrieta (donde estuvo la Muñeca de Trapo).
1910 Casa de viviendas en Avd Portugal 19 (con un ladrillo prensado muy bonito)
1910 Casa en Bretón de los Herreros 16 (donde está Foto Pisón)
1911 Casa de viviendas en Avd Portugal 11 (la del mirador de esquina en púlpito)
1912 Frontón Beti Jai (desaparecido).
1912 Chalet en Vara de Rey (reutilizado por la comunidad de las Escolapias)
1915 Casa de viviendas en Portales 12 (donde tuve yo mi despacho, ¡qué tiempos!)
1916 Casa de Viviendas en Calvo Sotelo 12 (donde tiene el estudio Navaridas)
1916 Círculo Logroñés (actualmente en proceso de reforma interior)

Tengo también anotado que trabajó en la dirección de obra (1911-1925) de la Escuela de Artes y Oficios (de Rubio y Mosteiro) junto con su hermano Gonzalo. Y Gorka da también el dato (pag 53 de su guía) de que fue arquitecto provincial de Logroño entre 1909 y 1922 aproximadamente (je, je…, otra finura histórica), es decir, después de Francisco de Luis y Tomás… aproximádamente.

La corta carrera profesional en Logroño de Agustín (13 años si las cuentas no me fallan) debe de tener su explicación en la tendencia general en esta saga de tener un pié aquí y otro en Madrid (aproximádamente…).

Las valoraciones de García-Pozuelo y las adscripciones estilísticas que hace Gorka para “explicarnos” su arquitectura, mejor ignorarlas para no coger más cabreos.
Como ilustraciones pongo fotos de los planos de tres de sus proyectos (corresponden a las marcadas en negrita) y dos fotos del desaparecido Beti Jai, obviando las más conocidas y divulgadas; y creo que con todo ello, con los datos ordenados y los comentarios a los errores e imprecisiones de los demás “historiadores” ya vale como presentación, ¿verdad?

viernes, mayo 18, 2007

TRANSICION EN LA ENTRADA



Cuando hablo del bien en vez del mal, buena parte de mis lectores se alegran mucho y me felicitan por correo o por la calle. Cuando ataco a la Junta de Gobierno del Colegio, a los traidores, a los envidiosos, a los ignorantes y presuntuosos, o a la ruina de nuestra profesión, es decir, a la maldad, ya no me felicitan tanto, y hasta me llaman pesado. Pero yo nunca me he fiado de los que sólo hablan para decir parabienes de los otros (como tampoco de los que sólo hablan para hablar mal, claro). Si estoy desgraciadamente escorado hacia la opción de los que he puesto entre paréntesis, seguramente es por hacer contrapeso de esa gran mayoría de gente que confunde el comentario crítico con la alabanza.
Pero bueno, a lo que vamos: observo que he retrasado un poco la segunda entrega de los patrones de Alexander, y seguramente es porque cuando publiqué LUGAR VENTANA recibí muchas felicitaciones, y eso me dejó preocupado. Tomad nota: es en la pelea contra el mal cuando necesito apoyos. En post como el de hoy ya me felicito yo mismo.

TRANSICION EN LA ENTRADA es otro de los grandes “patterns” del libro de Alexander. Su definición dice así:

“Los edificios, y especialmente las casas, con una transición graciosa entre la calle y el interior son más tranquilos que aquellos que dan directamente a la calle”.

Y el consejo, así:

“Cree un espacio de transición entre la calle y la puerta delantera. Lleve el camino que conecta la calle con la entrada a través de ese espacio de transición y márquelo con un cambio de luz, un cambio de sonido, un cambio de dirección, un cambio de superficie y un cambio de nivel, quizá mediante portones que alteren el recinto y, sobre todo, mediante un cambio de panorama”.
Las dudas que podía haber en la definición con eso de “graciosa” quedan resueltas en el consejo. La foto que pone Alexander para ilustrar este pattern no es muy clara, pero la reproduzco también arriba por respeto al autor y por lo que pueda sugerir.
Por hacerle una broma a Alexander, que siempre usa la arquitectura de Mies como adversaria a sus teorías, voy a poner como ilustración la planta de la casa Fansworth, pues como puede verse en esta pequeña reproducción que adjunto, la mitad de su superficie está dedicada a una impresionante “transición en la entrada”.




Alguno de los que me felicitaron por LUGAR VENTANA me dijeron que con el material que yo tenía podría hacer un libro (ja, ja, hacer libros…, ya les contaré yo, ya), así que aviso que con el material que he ido acumulando en estos últimos años sobre TRANSICION EN LA ENTRADA hay para otro (ja, ja, ja). Pero como no creo que los vaya a hacer (ja, ja, ja, ja, ja…, me entra la risa tonta con esto de los libros…) he escogido una muestra muy maja para ilustrar esta nota de blog. Se trata de una casa que Secundino Zuazo hizo en 1928 para el escultor Sebastián Miranda en la zona de la Moncloa a las afueras de Madrid. Mi fuente documental fue el n 150 de la revista Quaderns del año (creo) 1981 (digo creo, porque por esa época alguna de las revistas de arquitectura, como la del COAC, empezaron a omitir la fecha de edición para darse más importancia). La planta no coincide con las fotografías, y es obvio que los de Quaderns pusieron una de ellas al revés (¡qué tíos!); pero en el libraco que publicó el COAM sobre Zuazo, también en 1981, la autora Lilia Maure Rubio cuenta que la solución de ingreso fue alterada posteriormente, así que no os volváis locos como yo intentando que case la planta con las fotos.
Sea como fuere, las imágenes de esa llegada a la casa me cautivaron mucho antes de que descubriera el patrón TRANSICION EN LA ENTRADA y me siguen pareciendo un recorrido maravilloso. Un lugar en donde aprender mucha arquitectura.
Que os sea útil para vuestros proyectos y que lo disfrutéis.



jueves, mayo 17, 2007

VILLAMEDIANA Y RIBAFRECHA



A los amigos más íntimos, es decir, aquellos con los que me relaciono mediante la escritura, suelo llevarlos a Villamediana o a Ribafrecha cuando vienen a verme y quieren conocer La Rioja.

Villamediana y Ribafrecha son dos de los pueblos más feos de La Rioja, así que es un consuelo para mí que los vean y un baño de realidad para ellos. A mis amigos íntimos jamás se me ocurriría llevarles por los lugares virtualizados del turismo.

Cuando me instalé en Logroño, a comienzos de los ochenta, visité Villamediana y Ribafrecha (y también otros que no vienen hoy al caso) y me parecieron feísimos, así que sólo he ido en contadas ocasiones (en esas breves visitas de mis amigos íntimos en que… enseguida me piden que les saque de allí). Eso sí, con lo que he ido viendo, sospecho que en estos veinticinco últimos años el grado de fealdad se ha debido disparar hasta límites de verdadero escándalo, por lo que es posible que algún día me dé una vuelta en solitario con la cámara en la mano, para hacer un amplio y documentado reportaje.

Como anticipo de ese álbum futuro muestro hoy la foto de una casa situada junto a la circunvalación de Villamediana que me tenía bastante intrigado. El escultor Félix Reyes, que pasa habitualmente por la misma carretera camino de su casa, compartió conmigo durante mucho tiempo la sorpresa de ver el arco de herradura que ha estado luciendo como puerta durante la larga ejecución de sus obras (no menos de cinco años). Será de alguien que ha estado de vacaciones en Córdoba, -me solía decir con sorna. Y aún me preguntaba incrédulo: ¿lo dejarán así cuando la terminen?

Tanto o más que la puerta, a mí me llamaban mucho la atención los tres picos de la cubierta. A mediados de los ochenta, un conocido (y ahora “prestigioso”) arquitecto local dio en hacer cubiertas con cumbreros perpendiculares a la fachada, más o menos a la holandesa (supongo que después de alguna visita turística a Ámsterdam). Hizo bastantes de ellas, y algunas han pasado desapercibidas bajo la coartada de la postmodernidad, pero otras, como las que pueden aún contemplarse a la entrada de Alcanadre (otro de nuestros pueblos gloriosos) no tienen disimulo alguno, y son verdaderos monumentos de nuestra arquitectura más desnortada.

Por aquello de fijar nuestra “identidad regional”, los gobiernos autonómicos se han afanado en repetirnos en la prensa dos o tres eslóganes publicitarios. El último de ellos es el de la Rioja Tierra Abierta y antes de él, la Rioja Calidad. Olvidado queda el eslogan que le gustaba repetir al presidente socialista José María de Miguel de que nuestra tierra es un Cruce de Culturas. Pues bien, puestos a elegir uno de los tres para identificar esta casa de Villamediana, yo diría que el tercero es el que le va a pelo. Ahí es nada esa puerta africana y ese sombrero holandés de tres picos. Por entre medio hay arcos, recercados de huecos, un escultural juego de bajantes y un buen número de otros interesantes detalles que enriquecen una composición que no se sabe (nunca se sabrá) si es fruto del cruce de culturas de nuestra identidad regional o del cruce de ideas entre el promotor y el arquitecto.

Pero dejémoslo aquí en espera de muchos otros compañeros de álbum, porque la otra razón que me ha movido a escribir esta nota es que, hace unos días, descubrí entre periódicos viejos de los años ochenta esta otra foto de Ribafrecha que casi me hace saltar las lágrimas. (Se puede clickar sobre ella para ampliar).




¡Santo Cielo! Antes de ser “Cruce de Culturas”, “Rioja Calidad” y “Tierra Abierta” ¡Ribafrecha fue un pueblo digno y hasta hermoso! Miro y remiro la foto una y mil veces y casi no me lo puedo creer, pero el documento es fidedigno y no hay trucaje alguno. Lo único que puede suceder es que el periódico en que aparece hubiera puesto una “foto de archivo” bastante anterior a la fecha de edición, es decir, antes de aquellos años en que Ribafrecha me causó una primera y lamentable impresión. Pero el caso es que este pueblo alguna vez fue así, y eso es algo que me conmueve profundamente y que quisiera compartir también no sólo con mis amigos íntimos sino con todos los lectores de este blog (que, en cierto modo, son mis amigos íntimos).

miércoles, mayo 16, 2007

LA HABANA / 1984





En los primeros párrafos no me hacía una idea precisa del lugar en que el autor estaba tratando de ambientar la novela:

“Era un día luminoso y frío de abril y los relojes daban las trece. Winston Smith, con la barbilla clavada en el pecho en su esfuerzo por burlar el molestísimo viento, se deslizó rápidamente por entre las puertas de cristal de las Casas de la Victoria, aunque no con la suficiente rapidez como para evitar que una ráfaga polvorienta se colara con él.

El vestíbulo olía a legumbres cocidas y a esteras viejas. Al fondo, un cartel de colores, demasiado grande para hallarse en un interior, estaba pegado a la pared. Representaba sólo un enorme rostro de más de un metro de anchura: la cara de un hombre de unos cuarenta y cinco años con un gran bigote negro y facciones hermosas y endurecidas. Winston se dirigió hacia las escaleras. Era inútil intentar subir en el ascensor. No funcionaba con frecuencia y en esta época la corriente se cortaba durante las horas del día. Esto era parte de las restricciones con que se preparaba la Semana de Odio”.


Pero cuando el protagonista se dirige a arreglar el desagüe del fregadero de su vecina, me di cuenta de que yo había estado en un lugar muy semejante:

“Estas reparaciones de aficionado constituían un fastidio casi diario. Las Casas de la Victoria eran unos antiguos pisos construidos hacia 1930 aproximadamente y se hallaban en un estado ruinoso. Caían constantemente trozos de yeso del techo y de la pared, las tuberías se estropeaban con cada helada, había innumerables goteras y la calefacción funcionaba sólo a medias, cuando funcionaba, porque casi siempre la cerraban por economía. Las reparaciones, excepto las que podía hacer uno por sí mismo, tenían que ser autorizadas por remotos comités que solían retrasar dos años incluso la compostura de un cristal roto”.

En abril del 2002 estuve en La Habana y estas descripciones de los comienzos de la novela 1984 de George Orwell que he leído este último fin de semana me han devuelto directamente al edificio López-Serrano. Eran más de siete pisos los de este famoso edificio que señalaban las guías de arquitectura y los subimos andando, claro. Los ascensores no funcionaban. Se construyó en 1932, fue proyectado por los arquitectos Mira y Rosich, y en su hall aún conservaba alguno de los tics art decó que se pueden ver también en muchos de los edificios neoyorkinos de su época. Pero el estado general de conservación era lamentable.

Invadido por la tristeza del contraste entre el aparente buen estado exterior y el abandono interior, sólo le hice tres fotos: una parcial de la fachada, y dos de la reparación de las lámparas del hall.
Viéndolas ahora me pregunto si las repararía algún Winston Smith de la casa o si la colocación del fluorescente en una, y la bombilla en la otra, fueron decisiones tomadas en remotos comités del Partido. En ambos casos, y seguramente por economía, se optó por no perder tiempo en desmontar la lámpara anterior. Intentamos encenderlas para que salieran mejor en las fotos pero no había electricidad. Es posible que estuvieran de restricciones para la siguiente Semana del Odio contra el vecino del norte.

martes, mayo 15, 2007

CUEVAS URBANAS




CUEVAS URBANAS

Al hablar de que mi apoyo cultural en asunto de cuevas es el de los amigos de la Piedra de Rayo (v nLHD039) decía que yo era un completo ignorante en la materia, pero no es verdad. Sé mucho de cuevas; aunque no rupestres, claro, pero sí urbanas.

Os enseño una como muestra en el post de hoy. Encontré cientos de ellas al hacer la Guía de Logroño pero, como todo en la vida, siempre hay una primera que te conmociona y que despierta tu interés por el tema. Pongo la planta, la fachada y su localización. Está en la calle Valcuerna 2, es decir, en pleno centro de Logroño.

El proyecto es de Jaime Carceller en 1955 y lleva por título “12 viviendas para Jesús Torralba”. Poco se sabe de Carceller en Logroño y nada serio hay publicado. En la extinta Guía de Arquitectura del COAR ni siquiera existía este arquitecto, así que alguna vez llegué a pensar en corregir este olvido con un artículo elogioso sobre alguna de sus obras más vistosas (que las tiene). Por suerte para mí, esa labor ya la hecho Gorka Pérez de la Peña en su publiguía (Brico Depot /Diario La Rioja) diciendo de él (pag. 82) que “practicó la lectura más original de la modernidad de los cincuenta en la arquitectura riojana…”. Pues sí; tendrá razón: no hay más que ver la cueva que aquí muestro para ver hasta donde llegó su originalidad.

La fachada ya es moderna de por sí. Para solucionar la oblicuidad de la parcela adelantó un balcón más que otro sin girarlos respecto (con respeto) a la calle, así que el encuentro compositivo de la planta baja con los pisos superiores produce más vértigos de modernidad que los de un Gerhy o una Hadid.

Pero lo que a mí me acongojó cuando la encontré, fue imaginar la luz y ventilación que deben de tener las habitaciones de las viviendas de los pisos interiores, especialmente, las del primero o el segundo.

Cierto es que las calles han dejado de ser un lugar de vida e interés, pero por su propia urbanidad siempre tiene uno esperanza de encontrar algo en ellas. Por ello, un piso sin vistas a la calle, -una vida sin esperanza-, es algo muy duro de soportar. Lo digo por experiencia porque he vivido más de tres años en uno de ellos. Eso sí, en aquella vivienda interior que no daba ni tan siquiera a un patio de manzana, por lo menos había luz y sol, pues estaba en el último piso; pero en éstos de Carceller (arquitecto) y Torralba (promotor) de la calle Valcuerna 2, no deben entrar ni las moscas.

Cucarachas sí, seguro. Con lo tenebrosos que me los imagino, estarán en su habitat natural. Así que sólo de pensar que pueda vivir ahí una familia, con la que seguramente me cruzo de vez en cuando por la calle, me hace sentir nauseas de la colaboración de mi profesión en la creación de semejante habitat, es decir: en la ordenación racional de tan singular, original, y moderna, cueva urbana.







domingo, mayo 13, 2007

NACIONAL 111


La Rioja traía el pasado 4 de mayo esta “noticia” titulada y firmada por M. Casado:

El PR considera «un atropello al medio natural» las obras de la N-111

Cuando apenas quedan unos días para que se concluyan las obras de adaptación de la carretera N-111 entre Lardero y Albelda, el diputado del Partido Riojano, José Toledo, consideró ayer que todas las instituciones deben «avergonzarse» por haber «partido» el valle del Iregua. Entre ellas, reprochó al PP haberlo proyectado y al PSOE, quien lo paralizó a su llegada, haberlo continuado «por miedo a las críticas».

En opinión de Toledo, con esta solución de la vía nacional, que se prolongará dentro de unos meses hasta Nalda, «se ha producido uno de los mayores atropellos al medio natural, a la ecología, a la ordenación del territorio y al sentido común».«La razón de todo ello -recordó el regionalista- fue evitar accidentes, cuestión en la que estamos de acuerdo, pero este principio no justifica cualquier despropósito para llevarlo a su fin». En este sentido denunció que se haya acabado con monumentos naturales en especies arbóreas.«Creará problemas»Además, Toledo aprovechó para invitar a los ciudadanos a comprobar «las groseras terminaciones y el aislamiento en largos tramos que creará problemas en caso de necesitarse una evacuación». Por otra parte, aclaró que «no se ha realizado una autovía, sino una vía rápida que lo único que hace es impedir accesos laterales, lo que evita colisiones de este tipo, pero no frontales».Entre las críticas del Partido Riojano al proyecto, que ya denunciaron hace tres años, hubo un espacio para «el silencio de desconocimiento o cómplice de la Consejería de Ordenación del Territorio».Con estos ingredientes, Toledo concluyó que «toda la obra es para llegar más rápido a las grandes urbanizaciones que se están levantando a ambos lados de la N-111 con el gancho de que es lo mismo que vivir en Logroño».


El texto de esta “noticia” es un pequeño barullo entre política, periodismo y diseño que convendría desenmadejar mínimamente para ponerle a cada uno su sambenito. El periodista titula “atropello al medio natural” a una obra de mejora de una carretera, lo que ya de por sí es un “atropello al entendimiento”. Por otro lado, la voluntad del político regionalista parece clara: utilizar el “atropello” (los atropellos) para ganar votos en los caladeros de los dos partidos que la han gestionado. Y finalmente, la noticia roza lo que es más evidente para todos los que hemos transitado por las obras de esa carretera: que es un desastre de diseño. Pero sólo lo roza. Ni siquiera se menciona quién ha diseñado esa carretera (¿o piensa Toledo que la carretera la han diseñado los políticos del PP y del PSOE?), aunque, y eso es lo más interesante, se inicia una argumentación: “aislamiento en largos tramos que provocará problemas de evacuación” “vía rápida que impide accesos laterales” etc. Y como en este sentido, alude a una “denuncia” que ya hicieron hace tres años al proyecto, me gustaría que la documentasen porque si no, mucho me temo que esa “denuncia” fuera sólo otra llamada al periodista para decir que “aquí estamos nosotros”. Las críticas hay que escribirlas, argumentarlas y hacerlas públicas. Y así luego se puede decir aquello de “yo ya lo dije”. Por cierto, en los apuntes críticos no parecen haber reparado en los mamotretos de los cruces a distintos niveles, ¡con lo que se ven!

El único consuelo para los arquitectos de esta lamentable obra es saber que los ingenieros aún diseñan peor que nosotros, y que los periodistas y los políticos nos ignoran a ambos echándose la culpa entre ellos. Pero es muy poco consuelo ante el llanto que van a provocar otros atropellos mucho más graves: porque cruzar esa carretera de un lado a otro, va a suponer jugarse la vida a quien lo intente. Y dada la densidad agrícola y semiurbana de la zona, es seguro que lo intentarán muchos.

(sobre el diseño del primer tramo de esta misma carretera ya se dijo también algo aquí: v. LHDn 28: TRES CARRILES)

jueves, mayo 10, 2007

ROMA



Buscas en Roma a Roma, ¡oh peregrino!
y en Roma misma a Roma no la hallas.


Me había propuesto escribir una nota sobre Roma para los alumnos y profesores de mi Escuela que viajan este año a Roma (y para el ex profesor Javier Dulín, que me ha dicho que viaja por su cuenta en breve), y he repasado la ingente cantidad de material que reuní como preparación del viaje que hice hace diez años. Me reencuentro con lo mucho que publicó sobre Roma Leonardo Benévolo (en Diseño de la Ciudad e Historia del Renacimiento), y confirmo que los relatos de Braunfels (Urbanismo Occidental) o de Spiro Kostoff (Historia de la Arquitectura) sobre las varias ciudades de la “ciudad eterna” son magníficos. En aquel viaje también me acompañó Rudolf Wittkower y sus detallados capítulos de “La Arquitectura en la Edad del Humanismo” sobre Miguel Angel, Rafael y Borromini. Y por supuesto no me libré de las inevitables guías turísticas y los recortes de periódico. La información que preparé entonces sobre Roma era tan abigarrada como la propia Roma.

Fue también un viaje de muchas fotos y a la hora de colocarlas en el álbum las organicé en cuatro capítulos: La Roma Romana (o sea, la de la antigüedad: República e Imperio); la Roma Paleocristiana de las grandes basílicas; la Roma Papal (1450-1650); y la Roma Barroca. (Aunque también hubo “una experiencia no fotográfica” cuyo relato he colgado hace unos días en este mismo blog). Es un esquema muy pedagógico para poder ver los distintos “estratos” de la ciudad.

Al repasar ahora todo ello y releer también las notas de mis diarios, me doy cuenta de que me falta todo un gran capítulo: la Roma Moderna o Contemporánea. De momento y mientras no me organice yo un viaje con ese fin, les voy a pedir a los viajeros que me traigan, a poder ser, una Guía de Arquitectura de Roma del siglo XX. Pero vayan como anticipo algunas notas.

En el siglo XVIII Roma se “interrumpe”. Es el momento en que la dibuja el veneciano Piranesi. A Roma hay que ir a dibujar, y seguramente el estilo Piranesi sea el más apropiado para capturar esa ciudad. Es un estilo que a Javier Dulín se le dará bien.


De 1748 es el famoso plano de Nolli en el que deja constancia de todo el legado de las “cuatro” Romas que yo recogía en mi álbum. Conviene llevarlo. Luego volveré sobre él.

Las intervenciones posteriores no han dejado de ser polémicas: de finales del XIX es el monumento a Víctor Manuel (la máquina de escribir, como la llamaban los romanos) que descalabra la espalda del Capitolio; y capítulo aparte merecen las reformas del Duce inspiradas en las obras de Berlín.

Del mismísimo 1941 tengo un libro de fotos de Roma editado en 1941 que compré en un mercadillo de antiguo en Turín, en el que llega a salir il Duce en su despacho del Palazzo Venecia, pero en el que no hay ninguna foto de las obras del Foro Itálico o de las obras del EUR (se anunciaban para el volumen II). Es un libro precioso porque las fotos en blanco y negro, con las calles de Roma sin coches y apenas sin gente, parece que muestran una ciudad congelada. Tampoco sale la polémica “Via de la Conziliacione” que tanto cabreara a Benévolo, pero sí la Vía “Imperial” y la del “Triunfo” que segaron por medio las ruinas del Foro.


Para documentar las intervenciones del Duce he encontrado un par de artículos perfectos: están en el número 8 de la Revista Nacional de Arquitectura del mismo año 1941. El primero lleva por título “Visión de la Roma Futura” de Marcello Piacentini, y su título lo dice todo. El segundo, de V. Ballio, cuenta las importantes intervenciones de limpieza en el Mausoleo de Augusto y la construcción de las casas “speernianas” del propio V. Ballio que lo rodearon (en mi viaje visité el Mausoleo pero no me fijé en las casas, así que prestadles también algo de atención).

También sería de recorrer la zona de “i Parioli” para ver que se siente en el barrio por antonomasia de las palazzinas, esas que tan de moda se han puesto en Logroño a partir de 1998 (v elhalln43). Y uno no sabe muy bien dónde habría que ir a buscar la Roma neorrealista, si en los barrios de los cincuenta, que estarán ya irreconocibles, o en los estudios de Cinecitta. También espero, Javier, que hayas encontrado algo del siglo XX en las separatas del DOMUS.

En 1978 unos cuantos pioneros del “movimiento de los arquitectos estrella” (Sitrling, Venturi, Rossi, los Krier, Portoghesi, Graves o Colin Rowe) se repartieron el plano de Nolly para poner sus dibujitos personalísimos sobre Roma y organizaron una exposición llamada “Roma Interrota” pero la cosa no pasó de ahí (se pueden ver en el número 245 de la revista Arquitectura de sep. de 1978). Sin embargo, en los últimos años he oído que el superestrella Richard Meier ha construido una funda para el Ara Pacis y me han dicho que la supernova Zaha Hadid ha hecho alguna de las suyas por el extrarradio. Qué atrevidos que son algunos de nuestros arquitectos estelares (y qué decadente tiene que estar otra vez Roma para permitirlo).

Una ciudad que se ha reinventado tantas veces llega a provocar mareos. Y ya no digamos si entramos en los debates que se han producido tras cada una de las intervenciones que se han hecho sobre su monumental organismo (recuerdo que Fellini ironizaba sobre ello en alguna de sus películas).

Soy un mediocre dibujante porque no acabo de quitarme de encima la necesidad de que los dibujos queden bonitos, pero para completar las ilustraciones de este post he preferido poner un par de dibujillos de mi cuaderno de viaje. Creo que la única manera de sosegarse ante el aluvión de información que despide cada piedra y cada rincón de Roma es refugiarse en la tranquilidad de un dibujo. El primero es de la fachada de San Pedro que estaba semicubierta por dos andamios. Y con el segundo, que es muy malo pero me gusta bastante más por su contenido personal, quería recordar los momentos en que mi hija Elena pasaba por la noche a la mesa de nuestra habitación para escribir su diario. ¡Qué maravilla tener un diario de Roma escrito a los doce años!



En todo caso, acabo esta nota con los últimos e impresionantes tres versos del soneto con que Francisco de Quevedo nos contó la “eternidad” de Roma, y cuyos primeros dos versos la abrieron.
Que tengáis todos buen viaje y que Piranesi y Quevedo os inspiren y acompañen.

¡Oh Roma! En tu grandeza, en tu hermosura,
huyó lo que era firme y solamente
lo fugitivo permanece y dura.

miércoles, mayo 09, 2007

PIJOPARQUES






Un “parquetorpe” es una obra de jardinería de un arquitecto no muy ilustrado o que no ha puesto mucho interés en su diseño. Un “pijoparque”, sin embargo, es un lugar en el que la mano “sensible” del arquitecto despliega todas sus “sutilezas” y “exquisiteces” desde su particular visión “poliédrica” hasta el punto de convertirse “casi” en una experiencia de “land art”.

A excepción de algunos detallitos pijos, la mayoría de los parques de Logroño entrarían en la primera categoría, y aunque no es que debamos felicitarnos por ello, yo los prefiero a los otros porque me da que el tiempo (y hasta algún otro proyecto posterior) los puede ir mejorando. Los pijoparques, sin embargo, además de cursis no pueden sino empeorar, así que: ¡líbranos de ellos, señor!.

El jueves 3 de mayo el Colegio de Arquitectos de La Rioja invitó al arquitecto paisajista catalán Jordi Bellmunt a dar una conferencia sobre las Bienales de Paisajismo que se celebran desde hace unos cuantos años en Barcelona y que consisten en dar premios internacionales a los proyectos de jardinería, recuperación de espacios naturales, degradados, etc.

El decano actual, que además de oficiar de presentador suele aprovechar la ocasión para dar su visión particular sobre el tema que se vaya a tratar y para apostillar al final de la conferencia sobre su contenido, ya nos advirtió que este tipo de “intervenciones” son un tanto ajenas por estos pagos, pero que gracias a este tipo de divulgación (la conferencia iba acompañada de una exposición/mayormente de fotos) todo puede llegar.

Bellmunt señaló a la desaparecida Rosa Barba como pionera del movimiento pro Bienal y, en general, del impulso a la arquitectura del paisaje sobre el soporte previo de un master y el “logro” de una carrera de “graduados superiores en paisajismo”. La evolución ha llegado ya a la fase de hacer leyes, algo a lo que en Cataluña parecen especialmente aficionados (Ley del Paisaje, Proyectos Municipales de Paisaje, Catálogos de Paisajes, etc.)

Arrancó su exposición diciendo que en el pasado ya hubo arquitectos paisajistas pero que el actual “movimiento” es cosa los años ochenta y de la “recuperación de las ciudades” iniciadas esos años (¡glup!).

Las Bienales que vienen organizando consisten en dar premios y montar exposiciones itinerantes con los proyectos seleccionados y el “movimiento” ha alcanzado rápidamente cotas de internacionalismo muy importantes, si bien preferentemente en el ámbito europeo.

La jerga empleada en este tipo de eventos es del tipo publicitario y para que no se me olvidara su vacuidad apunté los nombres: la primera bienal se tituló discretamente REHACER PAISAJES, pero la segunda ya se soltó el pelo y se llamó JARDINES INSURGENTES (Gardens in arms). En la tercera se propuso un “acercamiento a la ecología” y optó por titularse SOLO O CON LA NATURALEZA (?) y al parecer se vio algo afectada por el “forro de las culturas” de aquel mismo año. Del nombre de la última no me enteré así que he mirado en la web de la bienal (http://www.coac.net/landscape/default.html) a ver si daba con él pero no lo he encontrado. En todo caso, según Bellmunt, lo importante es que en el mundo del paisaje “están ocurriendo cosas” y “se ha logrado la “internacionalidad absoluta del certamen”.

La conferencia estuvo ilustrada con un buen número de proyectos y realizaciones de las cuatro bienales y el repertorio de calificativos que empleaba Bellmunt para ellos es el que he entrecomillado en el primer párrafo de esta nota para tratar de definir el concepto de pijoparque.

¿Llegarán a Logroño gracias a la divulgación del COAR? En el salón de actos había poco más que cuatro arquitectas jovencitas, Julio Sabrás, Gaspar Aragón (que me vino a saludar amablemente después de un año sin vernos) y yo, así que por ahora parece que el peligro no es muy serio. Pero no hay que bajar la guardia que este decano es muy tozudo.

(las ilustraciones las he tomado malamente de la página de la web de la Bienal, que anda muy escasa de ellas; como se les da mejor poner los manifiestos, corto y pego la primera frase de la presentación de la primera Bienal que me gusta mucho para un anuncio: “El paisaje es hoy una cuestión emergente. Un reto y una oportunidad”).

martes, mayo 08, 2007

SOS SAGASTA (DE NUEVO)



Me paran por la calle en mi condición de arquitecto para contarme un asunto bastante escandaloso relacionado con mi profesión, o mejor dicho, con la ausencia de mi profesión. La Asociación de Padres de Alumnos del Instituto Sagasta (ese edificio-institución del que un periodista diría que ha sido durante un siglo el buque insignia de la educación en Logroño) ha puesto el grito en el cielo ante el mal estado del edificio y la necesidad de una rehabilitación integral. Y como los profes del Instituto dicen que ellos están allí como de prestado, pues los padres se han tenido que mover hacia más altas instancias a ver quién se hace cargo de la reforma.

El Director General y el Consejero recibieron bien la propuesta popular (que para eso estamos en campaña electoral/ por cierto ¿cuándo no lo estamos?) y entrambos se pusieron en contacto con el arquitecto de la Oficina de Obras de la Consejería, supongo que el joven y voluntarioso Miguel Fernández Rueda, quien esta vez dijo que con el trabajo que día a día tiene sobre la mesa, un proyecto así le desbordaba, y que habría que contratarlo en la calle. Hasta ahí todo bien, pero…, en vez de encargar un proyecto (¿a quién?¿con qué presupuesto?¿con qué idea?) lo que han hecho para “ganar tiempo” es sacar a concurso por doce mil euros un estudio general del estado del edificio, y… (ahora viene lo peor) las empresas invitadas al concurso han sido… ¡tres ingenierías!

Se lo han adjudicado a una de ellas y en esas estamos. Y de ahí viene el abordarme en la calle: “teníamos pensado ir al Colegio de Arquitectos a plantear el asunto –me explican- pero ya que te hemos visto te lo preguntamos a ti: ¿no tenéis nada que decir los arquitectos ante este olvido de vuestra profesión? Una ingeniería podrá hacer un estudio del estado de las instalaciones eléctricas o de la calefacción a las órdenes y servicio del arquitecto que tenga que tomar las decisiones sobre la reorganización general del edificio, pero ¿tiene sentido gastar el dinero en esos informes sin dirección y sentido alguno?”

La respuesta es tan evidente que me da vergüenza decirla, sobre todo por lo repetida que es aquí: la arquitectura está que da pena; y tratar con arquitectos mediante las múltiples trabas que la administración se pone a sí misma es todo menos sencillo. A falta de crítica y cultura general sobre la calidad de los edificios y la ciudad, todo es sortear trabas administrativas, y dar contento a los periodistas de vez en cuando con encargos estrella, así que hasta tomar la decisión final sobre el edificio, es lógico que los responsables den largas al asunto. Quién sabe, igual ya no están en el sillón después de las siguientes elecciones y un muerto que se quitan de encima por doce mil euros.
Pero al margen de ese comentario decepcionante, también tengo que decir que el hecho de que haya gente como la de esa Asociación de Padres del Instituto Sagasta, que demandan arquitectura, es un rayo de esperanza.

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Pensándolo luego, me doy cuenta que el asunto no me es tan ajeno como yo creía pues a mediados de los ochenta tuve yo un encargo similar pero al revés. Como el arquitecto de la Oficina de Obras de la entonces Delegación Provincial de Educación estaba de baja, recibí el encargo de proyectar y dirigir unas obras menores en la Escuela de Artes y Oficios, edificio de una envergadura similar o superior al del Instituto, y como detecté que con obras menores cada año, estos edificios acaban arruinándose a parches, por el precio de una obra menor me atreví a realizar propuestas generales en las que las pequeñas obras que tenía que realizar tuvieran alguna coherencia. Hay que ser muy joven y muy ingenuo para hacer esas cosas, pero es que veinte años atrás aún tenía fe en la arquitectura y en los organismos públicos.

(El título de este post obedece a que a comienzos del 2004 publiqué un par de artículos, titulados SOS SAGASTA, uno en elhall (n 77 de enero del 2004) y otro en Piedra del Rayo (n 12). La amenaza de entonces era otra, pero el peligro parecido).

lunes, mayo 07, 2007

DEL HITO





La propuesta de revitalización del barrio de la Judería (o Villanueva) que el Ayuntamiento encargó a los arquitectos Alvaro Siza y Juan Miguel Hernández de León y que los medios de comunicación riojanos recibieron con el boato acostumbrado, ha estado expuesta, como de tapadillo, en la planta baja de la Universidad Popular, y que yo sepa, no ha recibido comentario alguno. Yo me enteré de casualidad por un pequeño cartelito en la calle y fui a verla justo cuando la cerraban. De no haber ido a verla hubiera desperdiciado un interesante filón de crítica fácil.

Ya el encargo pareció bastante disparatado. No lo comenté con mucha gente porque apenas hago vida social, pero los pocos arquitectos con quienes intercambié opinión, mostraron el mismo escepticismo que el mío: ¿arquitectos de relumbrón para salvar la Judería? Difícil, difícil. No he podido saber la cifra por la cual se les fichó a Siza y Hernández de León pero no ha dejado de sorprenderme la “liberalidad”, el “antisectarismo” (o la “inopia”) del Partido Popular que gobierna en el Ayuntamiento a la hora de dar a dedo un encargo al presidente (HdLeón) de la institución (Círculo de Bellas Artes de Madrid) que da brillo y esplendor a la plataforma de “intelectuales” que proclama el cordón sanitario contra dicho partido político. Hay que ver qué sacrificios hay que hacer por traer a Logroño “arquitectura de prestigio”.

Pero dejemos la política que no es tema nuclear de este blog y vayamos con la arquitectura. De entre las tres o cuatro ideas que contiene la propuesta de Siza-HdLeón la más importante y vistosa es la que muestro más arriba en la foto que abre este blog y que ellos mismos definen así:

“Aparcamiento público en altura. En el solar existente entre las calles Horno y Brava, se propone un aparcamiento robotizado que, al elevarse del plano de acceso, libere un ámbito público, ofreciendo la posibilidad de un diseño que confía en el carácter tecnológico del nuevo edificio, y en las posibilidades que brinda una intencionalidad transparencia de su interior, para conseguir un icono urbano. Una imagen de modernidad en un punto de transición entre el tejido edilicio tradicional y los nuevos espacios urbanos.”

Excepto esa planta baja liberada y el posible pasaje de un hipotético edificio cultural donde está la residencia de estudiantes Valvanera que según parece ha comprado el Ayuntamiento, los “nuevos espacios urbanos” no se ven por ninguna parte, y respecto al “tejido edilicio tradicional” toda su propuesta es esta:

"Se entiende también como totalmente prioritario, un Plan de Rehabilitación de la edificación existente, mediante un sistema de financiación y ayudas que recuperen los valores patrimoniales y ambientales existentes en el conjunto".

Como no hay ninguna otra cosa donde rascar, los periodistas han puesto en titulares la genialidad del diseño de urbanización de la Avenida de Navarra como “nuevo boulevard”. Dada la limitada anchura de esta calle, convertirla en boulevard no sería una genialidad sino un milagro así que como puede verse en la foto 3, el tal boulevard no es más que una fila de árboles en la mediana de la calle, o sea, justo donde imaginamos que irá su colector de aguas.

Ya me vais a perdonar, pero la ausencia de una propuesta arquitectónica es de tal calibre que he de volver a la política para pensar sobre alguna cosa. Y la cosa es que tras tanto acusar a las derechas de agujerearnos toda la ciudad para hacer parkings no deja de sorprenderme que los arquitectos de la progresía propongan como icono urbano para revitalizar el barrio, un parking, en altura, y robotizado. Puestos a buscar un hito para el barrio no me esperaba una iglesia o una sinagoga (por aquello de estar en la Judería) pero ¿un parking…?

Así que cuando les comenté a unos amigos lo del hito me hicieron el juego de palabras que da título al post. Y ahora a ver si nos enteramos de la cifra del contrato del “del-hito” que a la postre será lo único interesante de esta historia.

(Sobre el tandem Siza - Hernández de León puede también verse en este blog el LHDn6: CONCEPTO, CONCEPTO)