Si la ciudad física está deteriorándose a marchas forzadas por el mal estado de la disciplina arquitectónica y urbanística, la ciudad política está hecha polvo por el lamentable estado del periodismo. Y mientras es un tópico referirse a la corrupción urbanística sin mencionar apenas a los arquitectos (unos mandaos) tampoco nadie habla de los periodistas cuando se repite una y otra vez lo mal que lo hacen nuestros políticos.
Hoy toca hablar un poco de la ciudad política porque la crisis de ELPAIS, ese diario que nos acompañó en la construcción de la democracia, parece imparable.
El fin de semana nos pudimos enterar por los blogs y diarios digitales que el artículo de Fernando Savater, “Casa Tomada” (que muchos ya habíamos leído en la red), llevaba diez días en la mesa del jefe de Opinión de ElPaís, Lluis Bassets, esperando su “aprobación”. El mismo domingo entré en el blog de Bassets para ver la indignación de los lectores y comprobar la incapacidad de ese funcionario en contestar.
La reparación a esta nueva vía de agua del gran periódico se produjo el martes con una edición en la que publicaban en portada un primer plano de Rafael Sánchez Ferlosio y un nuevo artículo de Savater en el interior. Y de ese modo, toda la inteligencia progre, tan contenta.
Savater se hundirá con ElPaís porque le debe tanto como un hijo a sus padres, así que, con lo buena persona que es, era de esperar que con cualquier componenda se arreglaría la cosa. Lo de Ferlosio ha sido una jugada de astucia porque le han pillado haciendo publicidad de un nuevo libro, y desde que le dieron el Cervantes empezó a bajar la guardia ante las entrevistas. Cosas de la edad y los premios.
En fin, que el periódico es una ruina política y cultural, pero tontos no son.
Ahora bien, el lustre dura poco, porque hoy vuelven a la carga panfletaria y demagógica con una foto de portada impactante y un reportaje interior no menos amarillo sobre el tema favorito del periódico, y por ende, de todo el país, es decir, la llamada “corrupción urbanística”; de la que son culpables, por supuesto, la derecha, el capitalismo, y por asociación inmediata, los gobiernos autonómicos y los ediles del PP. Es decir, que hoy vuelven a la publicidad descarada de una denuncia global y mal razonada hecha por una izquierda trasnochada.
Lo curioso es que el autor del reportaje es tan hábil o más que los artífices de la jugada con que han resuelto la crisis del artículo de Savater: y es que hay que ser un verdadero "artista" de la propaganda para endosar a la derecha todo ese manifiesto desastre de la costa andaluza cuando la Junta de Andalucía, máxima autoridad urbanística de la Comunidad Autónoma, lleva casi desde sus orígenes gobernada por los socialistas, y el Gobierno de la Nación, hacedor y ejecutor de las leyes urbanísticas españolas resulta que también es socialista ahora, y ha sido socialista durante quince de los últimos veintitrés años. Y aunque desconozco el color político de los municipios fotografiados, sabiendo la tendencia general del voto en Andalucía, raro es que no sean también socialistas.
¿Estamos ante la corrupción política, ante la corrupción urbanística, o más bien ante la corrupción generalizada del gran periódico de la transición?
No sé vosotros, pero cada vez que abro ElPaís y leo sus titulares y contenidos tengo exactamente la misma sensación que la que me produce mirar esas fotos que traía hoy.