miércoles, septiembre 12, 2007

EMILIO


Como muchos ya sabéis, cuando me desengañé de la arquitectura de mi tiempo (hace de eso más de quince años) puse mi interés en la música. Aunque sólo fuera de forma amateur, busqué en el ejercicio de la música las alegrías y las bellezas que me negaba la arquitectura. Empecé con el jazz, luego el solfeo, la dulzaina popular, las charangas, la banda municipal, el conservatorio, el dixieland, los grupos de cámara de música del renacimiento, y finalmente la Orquesta Sinfónica de La Rioja donde acabé mi corta pero intensa carrera musical. Hace un par de años, cansado de la constancia y de la cantidad de tiempo que exige el ejercicio instrumental y bastante harto de la poca y mala organización de grupos y eventos musicales, decidí dejar los instrumentos y dedicarme tan sólo a escuchar música.

Pero contra lo que la mayor parte de la gente se cree, escuchar música no es un ejercicio pasivo, sino que exige una atención acaso mayor que la propia interpretación musical. Demanda selección y crítica; orden y buenas lecturas.

Con la dedicación que durante estos dos últimos años le he prestado a mi ciudad y dado que no me he topado con buenas guías y consejos, tengo que decir que mi cosecha musical en estos últimos dos años ha sido prácticamente nula. He ido a algún concierto de música antigua y he descubierto a algún que otro grupo de música “ligera”, pero poco más.

Este otoño, sin embargo, se ha encendido una luz en el gris panorama musical de Logroño. Qué digo una luz, una estrella. Y cómo no, en estos tiempos de miseria periodística y editorial, esa estrella tiene nombre de blog: se llama Emilio, o en lenguaje informático: http://bdeeferna35log.blogspot.com/ (escrito así parece como el localizador de una estrella para el telescopio…).

Del gran capital humano que he acumulado en las diferentes etapas musicales por las que he pasado, la coincidencia en la Orquesta Sinfónica con el violista Emilio Fernández Moral, seguramente sea mi valor más preciado. En un grupo humano tan confuso y mal organizado nos unió la misma edad y la misma forma de diagnosticar sus problemas. De haber estado solo, no hubiera durado más de un año en esa orquesta, pero el saber que me iba a encontrar con Emilio en los ensayos, o antes y después de cada concierto, era un cebo en el que siempre caía. Su formación musical era (es) muy superior a la mía, y con sus comentarios siempre aprendía algo nuevo. Sentí por ello abandonar definitivamente la orquesta (algo que también hicimos juntos, aunque él luego regresaría otra vez) y sólo me quedó el consuelo que de vez en cuando le iba a ver en los ciclos de conciertos de música antigua de Sajazarra o Logroño.

A la salida de esos conciertos volvía a escuchar los siempre incisivos y divertidos (¿heterodoxos?) comentarios musicales de Emilio, y más de una vez mi mujer y yo le animamos a que los pusiera por escrito. Los folletos que reparten en los conciertos y las críticas de nuestro periódico local están tan mal redactados y tienen tan poca enjundia que a poco que Emilio pusiera por escrito lo que nos decía, la comparación iba a ser como pasar del agua al vino.

¿Pero dónde iba a escribir Emilio? ¿en algún otro medio de comunicación que nunca llega?¿en octavillas para los amigos? ¿en diarios personales? ¿en cartas que se pierden en el olvido?

Cuando descubrí el invento de los blogs y me puse a escribir éste, le animé a hacer lo propio en su materia, y cuando este LHD aún no ha cumplido un año (por cierto, su primera entrada fue un post sobre música y arquitectura), Emilio ya ha abierto el suyo con un estupendo comentario y una exhaustiva documentación del concierto que vimos juntos en Sajazarra el pasado mes de agosto.
No sé con qué frecuencia escribirá ni cuáles van a ser sus derroteros. Después del comentario del concierto de Sajazarra nos ha sorprendido con el retrato y recuperación de la figura de sus dos singulares profesores de instrumento en Logroño y con los enlaces a piezas muy selectas del youtube. Así de variados y creativos pueden ser los blogs.

Parece que en materia musical la red tiene tanta cosa que lo que más se echa en falta es un poco de orden. Yo de momento estoy feliz de haber encontrado mi guía en el blog de Emilio. Y dado que en este curso que ahora empieza, este blog de arquitectura no creo que sea tan ameno y entretenido como lo fue en el año pasado, lo mejor que puedo hacer en él es señalar las estrellas que me van a guiar en los próximos meses. Por si os pueden servir también a vosotros.