martes, febrero 26, 2008

MI TIO


A Christopher Alexander le tendría que gustar mucho esta película.

En las argumentaciones de El Modo Intemporal de Construir o el Lenguaje de Patrones, esos dos libros magníficos de los años ochenta que en la Escuela de Arte y Superior de Diseño de Logroño venimos usando para enseñar arquitectura y decoración, Alexander se apoya en las fotografías, pero no lo hace con el cine. Sin embargo el método es el mismo: para desenmascarar la arquitectura moderna, la arquitectura de autor, la arquitectura de las revistas y los libros de historia, Alexander contrapone fotografías de lugares anónimos pero vivos, frente a fotografías de lugares de autor pero desolados. Justo lo que hace Jacques Tati en su célebre película “Mi tío”: contraponer el viejo barrio del Sr. Hulot y el modernísimo chalet de su hermana para denunciar el corte brutal que parecía haberse producido justo en aquellos años al perderse “el modo intemporal” de hacer y vivir la ciudad.

En referencia a Gattaca, la anterior película que vimos en este Ciclo de Cine y Diseño de la Escuela de Arte y Superior de Diseño de Logroño, es curioso hacer notar la coincidencia de fechas: mientras el Centro Cívico de San Rafael en North California de Frank Lloyd Wright, construido en 1957, era utilizado como escenario para una historia de ciencia ficción, la película de Jacques Tati, estrenada justamente en 1958, planteaba el desazonador futuro que nos esperaba de seguir por la línea de la modernidad arquitectónica y urbana triunfante.

Cincuenta años después (buena ocasión la de celebrar su cincuentenario para haber programado esta película) el problema sigue siendo el mismo pero la perspectiva ya es otra: los viejos barrios como el que habita Mr Hulot están ya mucho más decrépitos y exhaustos, o aún peor, “rehabilitados” desde la falsedad escenográfica de una arquitectura de apariencias.

Por ello, la única esperanza que nos queda, la única esperanza que nos trae esta película y que definitivamente nos engancha, es la del humor tierno del personaje de Mr Hulot y la admiración que el niño, nacido y criado en este nuevo mundo moderno y desolado, siente por él; por su “tío”. A falta de una ciudad viva que mostrar a los alumnos, quizás lo más sensato que podemos hacer los profesores de arquitectura y diseño es imitar o seguir a “mi tío”, es decir, hacer mofa continua y amable, pero demoledora, de la tontería del diseño moderno. Otra cosa es que consigamos con ello la admiración y el cariño de los alumnos…, mas no hacia nosotros, claro, sino hacia el modo intemporal de construir lugares llenos de gracia y vida.

Quien quiera ampliar datos sobre Jacques Tati y esta película puede ver:
http://architettura.supereva.com/movies/19990601/index.htm
donde el arquitecto tinerfeño Jorge Gorostiza (buen amigo mío) llega incluso a realizar los dibujos contrapuestos de los dos escenarios: la vieja casa de Hulot (en alzado) y la casa moderna de su hermana (en planta).