viernes, noviembre 09, 2007

MONTPELLIER EN UN MAPA Y CATORCE FOTOS


Dentro del magma difuso y confuso en que se ha convertido todo extrarradio de una ciudad moderna, los elementos claves del núcleo de Montpellier se entienden con cierta facilidad haciendo una lectura de Oeste a Este. Para ser todo lo breve que se precisa en un blog, éste el recorrido que aquí voy a proponer.


(1) A mediados del siglo XVIII se construye en su extremo occidental un largo acueducto de abastecimiento de aguas que como toda gran infraestructura de ingeniería marca y da personalidad a la ciudad.


(2) Para redondear la operación de un modo iconológico, el depósito para las aguas del acueducto se adornó/ocultó con un templete singular que funciona como punto de observación de todo el paisaje circundante de la ciudad.


(3) Y desde el templete hasta el provinciano arco triunfal de entrada al casco urbano, una amplia arboleda con estatua ecuestre en el centro, remató la operación. Las tres piezas me trajeron a la memoria la obsesión del catedrático Javier Unzurrunzaga por dotar a las ciudades de espacios y articulaciones que la hicieran entendible. Dan casi siempre un gran resultado. Y digo casi siempre… por lo que vendrá luego.


(4) Traspasado el arco triunfal y unos cuantos estupendos edificios “marca grandeur republicana”, el casco antiguo nos sorprende por su trazado irregular, la estrechez de las calles y la piedra blanca y limpia de sus casas.


(5) Unas pocas plazas llenas de terrazas en torno al mercado le dan aire y mucha vida urbana. En verano y al caer la tarde, el glamour de las jovencitas que van de compras luciendo su bronceado es una delicia para la vista.



(6) (7) Siguiendo hacia el Este el casco viejo desemboca en un par de salones urbanos: uno de ellos lamentablemente peatonalizado y convertido en un paramal de baldosas con un tranvía; y otro arbolado, más amable, aunque también peatonalizado en sus antiguas calzadas laterales, que apunta hacia el norte.


(8) La charnela de esos dos salones marca y conduce a un feísimo embudo con un no menos espantoso edificio en medio que parece tragarse tres cuartas partes de la población pues en él se ubica un gigantesco centro comercial "urbano" detrás del cual se sitúa el gran eje creado por Ricardo Bofill para “ordenar” la brutal operación urbanística “Quartier Antigona” realizada en los años ochenta sobre antiguos espacios militares.


(9) Urbanísticamente hablando lo más curioso de ese embudo es que es a la vez un tapón pues el único modo que encontramos para pasar de los dos salones anteriores al eje de Bofill es a través del centro comercial, perdiéndonos entre los pasajes de tiendas, y siendo escupido por unas estrechas escaleras mecánicas envueltas en gigantes molduras prefabricadas. Me quedé con la duda de saber cómo se pasa por la noche de un lado a otro.




(10) (11) y (12) La arquitectura postmoderna y bofilliana del eje del Quartier es tan ramplona y desescalada que a pesar de los lógicos esfuerzos de limpieza y decoración de la tradicional urbanidad francesa, su pretendida monumentalidad ahoga cualquier asomo de vida. Lo mejor que se me ocurre decir de esa arquitectura es que es como un gran cementerio urbano donde molduras falsas y enormes masas esperan la hora del juicio final. La poca vida callejera corre a cargo de unas tristes terrazas envueltas en jardineras.



(13) y (14) Las traseras del centro comercial y los límites del Quatier Antigona con el resto de la ciudad son desoladoras y chirrían en cada encuentro. La última invención de los ingenieros y urbanistas municipales ha sido colocar por allí dos líneas de tranvía de calzada exclusiva, lo que hará imposible curar semejantes heridas.

Viajar y ver ciudades nos pone cada día ante el terrible espectáculo de una Arquitectura y un Urbanismo ya no en decadencia sino absolutamente demoledores para las viejas ciudades. Duele un montón ver que una ciudad tan bonita y prometedora como Montpellier no sólo no se salva de las técnicas de los ingenieros y arquitectos del siglo XX sino que ha sido duramente maltratada y condenada por la crisis de sus disciplinas y, por supuesto, por el coro de políticos y medios de comunicación que no sólo lo ignoran sino que parecen encantados con ello.

(todas las fotos se pueden ampliar un poco clickando sobre ellas)