Estaba coleccionando yo las frases que traían los periódicos de lo que dijeron los ponentes y políticos en las recientes jornadas del “Foro Internacional Territorios 21” para admirarme de su sabiduría y digerirlas pacientemente, cuando leí el artículo de Savater en El País sobre el debate del Parlamento de Estrasburgo acerca del apoyo al Gobierno español en su negociación con “eta” y vi que me había pisado la idea. Las grandes frases (frasezones) que dijeron los políticos europeos sobre nuestro país y el terrorismo vasco eran de parecido calibre que las de los sabios arquitectos y urbanistas que pasaron por nuestro Foro (forro), pero para hacerse eco y dar respuesta uno a uno se necesitaba más paciencia que la mía. Savater, que es un santo, hacía bien su trabajo, pero enseguida vi que yo sería incapaz.
Y es que, a diferencia de las manifestaciones de circunstancias de esos parlamentarios de Estrasburgo con siglas pero sin ideologías, uno de los ponentes de estas jornadas, el doctor en arquitectura (y creo que académico) Sr. Don Antonio Lamela, traía bajo el brazo nada menos que un par de teorías novedosas sobre el urbanismo mundial: el geoísmo y el cosmoísmo; anda que… cómo para responder a eso desde estas modestas paginillas. Transcribo tan sólo las definiciones que da el coautor de la Terminal 4 para hacernos una idea de dónde me iba yo a haber metido: “El Geoísmo es el tratado del conocimiento de todas las cosas que van a influir y definir la planificación de todo nuestro globo terráqueo. El Cosmoísmo se refiere más al conocimiento del conjunto de elementos que recibimos del cosmos y sin los cuales no podríamos vivir. Ambos conceptos –concluía el inventor-, los desarrollo en un libro de próxima aparición en el que colaboran 20 catedráticos y profesores”. Ahí es nada.
Desorientado por no dar con la fórmula para abordar tan importante acontecimiento teórico sobre el que todos los periódicos locales (de pago y gratuitos) coincidían al decir que La Rioja estaba siendo esos días “referencia mundial del urbanismo”, me acordé que en la inauguración del Palacio de Congresos donde se impartieron tan interesantes lecciones magistrales, seguidas seguramente de calurosos debates, mesas de trabajo, seminarios, etc., nuestra consejera de Ordenación Territorial y Turismo dijo que con ese brillante edificio La Rioja se incorporaba definitivamente al “turismo congresual”. Y gracias a ese recuerdo las cosas se me empezaron a aclarar: los grandes cerebros que piensan sobre la ordenación del territorio necesitan airearse de vez en cuando y qué mejor forma de hacerlo que la de aceptar las invitaciones a congresos para seguir impartiendo doctrina y hacer un poco de turismo (enoturismo, ecoturismo) a la vez.
En esas estaba cuando llegaron las noticias de las “conclusiones” del foro, y la impagable foto que las ilustraba (La Rioja 4 de noviembre del 2006). Salían en ella nuestra simpática Consejera de Ordenación del Territorio y Turismo, doña Aranzazu Vallejo, y nuestro prestigioso decano del Colegio de Arquitectos de La Rioja, don Domingo García-Pozuelo, dándose la mano y sonriendo felizmente por la cosecha de frasezones obtenida. En todo el texto de las dos páginas que nuestro ilustre periódico local dedicaba al cierre del evento no aparecía por ninguna parte la aportación de nuestro máximo representante profesional al Congreso, pero la foto ya era más que suficiente para mí porque hace unos meses me quedé con muchas las ganas de haberla hecho cuando los dos protagonistas, en la mismísima posición y con parecidas sonrisas presidían la comida anual del Colegio de Arquitectos de La Rioja. Tenía entonces la cámara en el bolsillo pero un elemental pudor y respeto hacia las personas me lo impidió. Y eso que el decano entre bocado al solomillo y sonrisa a su vecina no paraba de hacer fotos al resto de la gente.
Hace tiempo que he perdido el rastro de hacia dónde lleva el destino a nuestro territorio y a la arquitectura, pero si los máximos responsables locales de tales materias sonríen y se felicitan tanto, es que vamos bien. Ahora, además, el Colegio se ha hecho cargo también de las competencias turísticas de la profesión, y según parece el viaje a Berlín para el puente de la Constitución promete ser un exitazo. No es de extrañar que la sintonía con la Consejera del ramo se refuerce.
Para el año que viene tenemos nuevas Jornadas del Patrimonio, nos visitarán los cerebros turísticos y volveremos a ser referencia mundial. Digo yo, o propongo (modestamente, y sin querer importunar) si no se podrían organizar, directamente, unas Jornadas sobre el Turismo Congresual. Sería un acontecimiento redondo. Un verdadero pelotazo. Y además, ¡sostenible!