Una de las pocas cosas que leo ya en nuestro periódico local es la columna que escribe el traumatólogo Fernando Sáez Aldana en la edición de los jueves, y no porque me gusten especialmente. Creo que lo hago más bien por tener una referencia de otro profesional de la no escritura, y por ver a dónde le puede llevar a uno el vicio de la escritura. Conozco a Sáez Aldana desde hace muchos años y recuerdo que, en origen, en una noche en su casa de Haro, ya vi que íbamos por distintos caminos: él prefería a Tchaikovsky que a Brahms.
Aldana probó en la prensa como yo, con cartas al director, pero luego le dio por escribir ficción. Novelas, creo. También salió mucho en los papeles por escribir para el PP algo así como un “manual de estilo de las relaciones médico – paciente” que tuvo la virtud de unir en la chanza, al menos durante algún café, a los peperos y antipeperos. Pero desde hace algo más de un año (creo) tiene una columna semanal en La Rioja y le va cogiendo gusto al periodismo columnario de la ocurrencia y el buen humor.
Ayer escribió acerca de un tema de actualidad arquitectónica-urbanística local, las seiscientas viviendas que el ayuntamiento ha sacado a concurso de promoción y arquitecto (http://www.larioja.com/prensa/20061116/tribuna/toyoitos_20061116.html
), sobre el que también me hubiera apetecido a mí decir algunas cosas. Aunque no como las suyas.
De todos modos, y por haberle leído antes a él, no me es fácil escapar a la influencia de ese bonito palabro “toyitos” ni del tono de coña con que plantea el asunto. Y se me ocurre a botepronto que de toyotas a toyitos, hemos empeorado un poquito, y que por seguir con la guasa automovilística inmobiliaria no estaría mal hacer un balance entre aquella época del seiscientos y la que vendrá con las seiscientas.
La noticia de “las seiscientas” es de hace unas semanas. A falta de edificios emblemáticos con los que traer estrellas de la arquitectura y llenar titulares de periódicos para impresionar a la población, a los munícipes se les ha ocurrido agrupar todo un gran paquete de viviendas sociales situadas no se sabe muy bien donde, pero más o menos allá por donde cagó cristo (esto me viene de leer también la columna de Félix Cariñanos), para tentar a los astros del oficio. Y de un golpe se han traído nada menos que a Chipperfield (el del cartón pluma del LHDn81) a Perrault (el de la biblioteca de Miterrand) y a Toyo Ito, (el de la famosa mediateca de Sendai). Ah! y con ellos, y a su altura (faltaría más) a nuestros “prestigiosos” arquitectos locales, -que así van subiendo de prestigio.
Como según Aldana va a ganar Toyo Ito, creo que nos vamos a divertir mucho en los próximos meses, porque lo mejor que nos podía ocurrir a los espectadores de la ciudad del espectáculo es contratar a un artista japonés para instalar convenientemente en la periferia a una significativa muestra de los pakis, moros, latinos, rumanos y demás etnias que vagan sin rumbo desde hace tiempo por la ciudad sin saber a ciencia cierta cual es el trozo que mejor les puede convenir para desplegar esa multiculturalidad que les atribuyen los sociatas.
Yo le vi a Toyo Ito en directo hace unos años en el salón de actos del Colegio de Arquitectos de Barcelona. Presentó su famosa mediateca, y me quedé impresionado del culto que le tributaron los arquitectos y alumnos de arquitectura allí congregados. Emocionada escucha, admiración contenida y cerrada ovación con petición de autógrafos. No tengo el placer de conocer en vivo y en directo a los otros dos artistas, pero estoy seguro de que no impresionan tanto.
Otro día que no esté tan influenciado por la lectura del periódico trataré de hablar un poco más en serio de lo dañino que es hacer ciudad de seiscientas en seiscientas viviendas. Hoy ya me vale con decir, que a pesar de todas nuestras diferencias pasadas, me uno a la apuesta de Aldana: toyito ganador. Claro que sí.