viernes, junio 15, 2007

GUIA DE ARQUITECTURA DE LOGROÑO



Nunca hubiera podido imaginar que el parto de este libro podría durar seis largos e interminables meses. Desde que lo acabé ya paginado y maquetado a finales de diciembre hasta el día de hoy, 15 de junio, en que lo he visto al fin encuadernado, cinco meses y medio para ser exacto. De haberlo sabido antes hubiera abortado seguro. Pero lo bueno de todas esas cosas que hacemos los hombres desde la inocencia, el amor, la ingenuidad y la generosidad (casarse, tener hijos, crear en general…) es que no sabemos lo que nos van a costar. En fin, ahí está la Guía de Arquitectura de Logroño/ La Ciudad de Calles y Casas.

Hace tan sólo un rato y en su último día en el cargo, el alcalde Julio Revuelta lo ha presentado oficialmente a la ciudad a través de los medios de comunicación. Tras todos los padecimientos del parto no podría haber tenido el niño un alumbramiento más feliz, pues el hecho de que me lo presentara un perdedor me ha hecho sentir una especial afinidad con la promoción. Bueno, es obvio que el libro es del Ayuntamiento y no del alcalde, pero ya veremos cómo lo gestionan y difunden los pactadores que toman su puesto mañana. Lo mismo se pasa la vida metido en las cajas de una dependencia municipal, igualito que como viven (o que en paz descansan…, esperando que alguna mano abra las cajas…) esos otros dos hijos míos que, promovió y apadrinó respectivamente, el Colegio de Arquitectos: El Retablo de Ambasaguas y el Manual de Crítica de la Arquitectura.
¿Se entiende ahora porqué me reía hace unas semanas de la tarea de hacer libros en estos tiempos? Antes me pongo a criar cerdos…

Di que el blog me despresuriza la olla y que de algún modo es como un libro interminable que se va haciendo a la vista del lector. Mientras no haya un apagón informático e internetero, parece el refugio más seguro para ese tipo de comunicación humana que se produce mediante la escritura y la lectura.
Pero dejemos el blog aparte, que hoy no es su día, y echemos un vistazo a esta hermosa criatura antes de que vaya a una bodega municipal.

La portada es una preciosidad (aunque bastante pasada de color, hay que decirlo) y de veras que lo celebro porque es de un antiguo alumno mío, Javier Euba. Bueno, toda de él no, porque en la prueba que me pasó los rótulos estaban bastante mal compuestos y… tuve que echarle una mano.
Pero, ay, en la primera página, veo ya una chapuza monumental. Junto al título y la autoría aparecen repetidas la dedicatoria y el estadillo de la autoría, depósito legal, etc. Es reflejo de lo bien que trabajan y que se han portado conmigo los que dicen “producirlo” en esa entradilla, o sea, ICE Comunicación. No podían haber sido más elocuentes. Me alegro de no tener que explicar más cosas de esa relación. Esa página lo dice todo. “Nunca mais”.

En el primer párrafo de la Introducción (por cierto, la página o rótulo en que decía Introducción también ha desaparecido), hay una errata sintáctica monumental, y ésta me duele más porque el corrector del texto, José Ignacio Foronda es una persona maravillosa y se ha portado inmejorablemente conmigo. Voy a comparar lo que yo escribí con lo que ha salido porque me parece increíble que se me colara un párrafo tan mal redactado nada más empezar el texto. Pero en fin…, mejor no sigo porque ya sabía que en un trabajo de tal dimensión y con tan pocos apoyos, iba a haber un montón de errores. Sí, mejor no sigo mirando el libro, digo, y me dedico a los agradecimientos con que se celebran las fiestas, sobre todo porque van a ser muy breves; qué digo breves, brevísimos.
Los agradecimientos sobre la fase de redacción ya están en la Introducción del libro y no es cosa repetirlos, así que no me queda sino dar las gracias a los tres únicos apoyos que he tenido durante la fase del parto. El más importante de todos ellos proviene de la persona a quien le he dedicado el libro, Rosalía Areta, así que me alegra un montón decir que no sólo fui justo en la dedicatoria sino que merece la pena que la reduplique (ah, bueno, ja, ja, ja, sólo tuvo un pequeño fallo un día en un acto social en que se dejó plantar un par de besos por uno de los traidores al libro, pero en fin, un fallo de esos lo tiene cualquiera, especialmente cuando la alegría interior y la natural simpatía hacia los demás nos hacen ser tan descuidados). En estos desagradables meses de idas y venidas a ICE y de un despacho a otro del Ayuntamiento en los que volvía hundido y decepcionado (ni os cuento la de visitas y gestiones que he tenido que hacer para que el libro se editase al fin), ella ha sido mi consuelo constante.

Los otros únicos apoyos que es justo mencionar hoy, son los de dos arquitectos que también me acompañaron en la redacción de Elhall: Javier Dulín y Jesús Ramos. El primero de ellos lo ha hecho mediante constantes mensajes de afecto a mi buzón de correo y con algunos alegres cafés matinales. El segundo, lo ha hecho también con unos cuantos mails pero sobre todo, con el envío del duplicado de una carta que le escribió al Decano del Colegio de Arquitectos y que a mí me llegó al corazón (a los de la Junta se ve que no). Creo que no puede haber mejor broche para esta fiesta. Dice así la carta:

6 de febrero del 2007

Hola Domingo.

Hace tiempo que no coincidimos y no sabemos nada el uno del otro. Bueno yo de ti sí se algo por la prensa y por las circulares.

Es verdad que yo estoy muy "pasota" respecto de los asuntos colegiales, pasotismo al que han contribuido distintas circunstancias. Entre otras, diversas de tus actuaciones como decano.

Todavía recuerdo la 1ª Comisión de Cultura a la que asististe como tal, y en la que estuve presente. Recuerdo el total desprecio con el que trataste al entonces coordinador (Giovanni Muzio), y recuerdo como zanjaste el tema del encargo de la restauración del palacio del Marqués de Monesterio, tema en el que se había planteado a través del anterior decano la exigencia de una rectificación del método de encargo. Me dio entonces la sensación de que valorabas las situaciones no por ellas mismas sino por sus protagonistas, y con eso nunca podré estar de acuerdo.

A lo largo de este tiempo ha seguido habiendo muchas decisiones tuyas que no he entendido ni compartido, pero he, digamos, respetado porque al fin y al cabo tú eres el que estás en ese puesto de decano con todo lo que ello conlleva. Sin duda no me han animado a sentirme más identificado con el colegio.

Sin embargo en el tema de tus actuaciones con Juan Diez del Corral sí que no he podido sentir nada más que estupor. Sé que Juan en ocasiones se sale de madre, yo también lo he sufrido directamente y así se lo he manifestado, pero no por ello deja de ser una persona con grandes virtudes y una innegable capacidad de trabajo, trabajo de calidad y muy beneficioso para el colectivo en muchos momentos. Me pareció tremendamente fuera de lugar vuestra actuación como Junta en el asunto de El Hall, pues hicisteis con él exactamente lo que le reprochabais que él hacía con otros. Creo que una Junta de Gobierno jamás debió actuar de esa manera. Pero todavía puedo entender menos vuestra actuación en lo que respecta a la guía que está elaborando, o ya finalizado como expone en su LHD122 que supongo conoces
http://www.lhdjuandiezdelcorral.blogspot.com/ . Se añade a mi estupor ver que a la vez que se desprecia el ingente trabajo de Juan, se avale la recién publicada Guía de Arquitectura Urbana de Logroño que no quiero entrar ni a calificar, a pesar de que en ella colabore una buena amiga mía como es MT Álvarez, porque como te decía antes, cuando se representa a una institución creo que hay que valorar las obras por sí mismas no por quien las realiza. En resumen que dentro de un tiempo cuando alguien vea que el COAR avaló ésta GAUL y no apoyó la de Juan (no sé su título exacto), realmente no lo podrá comprender, porque ya nadie sabrá de esas relaciones personales que ahora tanto pesan.

Bueno no quiero echarte más discursos, que tu conoces la situación mejor que yo. Sólo quería mostrarte mi desacuerdo y sobre todo pedirte que recapacitéis si todavía ha lugar. Olvidad quien escribe la guía, es un colegido (no sé si ya excolegiado), en todo caso un arquitecto, valorad el trabajo, no a su autor, y actuad conforme a ello, pero desde una perspectiva institucional nunca personal.

Envío una copia a Juan, ofreciéndoos a ambos mi disposición a ayudar para encontrar una salida a esta situación, creo que no deseable para ninguno y en especial no deseable para el Colegio.

Un saludo

Jesús Ramos