lunes, febrero 05, 2007

121. FRANCISCO DE LUIS Y TOMAS







Treinta años más joven que Maximiano Hijón (v LHDn47), -al que llegué a llamar “primer arquitecto” de Logroño”-, Francisco de Luis y Tomás es, sin lugar a dudas, el “segundo gran arquitecto” de la ciudad, “reinando” en ella (como arquitecto, se entiende) en los setenta y ochenta del siglo XIX. Tanto reinaba o reinó tanto, que hasta se permitió vivir en lo que hoy es el palacete de gobierno de la plaza de El Espolón; aunque antes de instalarse en tan digna mansión, se apañó la casa del número 9 del Muro del Carmen, que había sido antigua “Posada del Cristo” (foto 1).

Pero vayamos con orden, que intentar una biografía a saltos en poco más de un folio puede ser un caos. Según el libro de Inmaculada Cerrillo, nació en Burgos en 1847, obtuvo su título de arquitecto en 1869 (con veintidós años, pues), y en ese mismo año ya figura como arquitecto municipal de Logroño. Ocho años más tarde, es decir, en 1877, hace un proyecto para modificar las fachadas de la Posada del Cristo (actual Muro del Carmen 9) y firma la solicitud de licencia como propietario de la misma (foto 2). En 1884, o sea, siete años después, solicita, como inquilino del piso principal de dicha casa, colocar un mirador de madera, y en 1893 pide un nuevo permiso sin planos para restaurar la fachada y hacer reformas, que se lo informa favorablemente como municipal el “tercer gran arquitecto” de la ciudad, o sea, Luis Barrón (al que dedicaré cuanto antes su propio LHD).
Francisco de Luis proyectó un montón de reformas de casas y de fachadas del casco antiguo y de las primeras calles exteriores a sus murallas, pero en los expedientes rara vez se encuentran plantas. Casi todo son fachadas. La arquitectura parecía ser por entonces, un asunto básicamente vertical. En el proyecto de su misma casa en Muro del Carmen 9, tampoco hay plantas de las viviendas.
Según parece, Francisco de Luis se reservaba el diseño en planta para los importantes trabajos urbanísticos que hizo en la ciudad justo en los años previos y posteriores a las obras de su casa. En 1875 hizo el plano de la apertura del callejón de los Abades, es decir, la calle Sagasta entre el Espolón y Portales, construyendo en 1876 todo el frente de la manzana que va desde Hnos Moroy hasta esta última calle. De ese mismo año1876 es el plano de la nueva ordenación de toda la arquería de la calle que luego acabará llamándose, precisamente, “Portales”. En 1878 hace el plano de ordenación del segundo tramo de la calle Sagasta, desde Portales hasta el Puente, y como podrá verse en la Guía, construye unas cuantas casas más en la misma. Y finalmente, en 1879 realiza el plano de ordenación y ensanchamiento de la calle de San Blas (actual Capitán Gallarza) con la intención de continuarla hasta la Iglesia de Santiago.

Desconozco el momento en que se traslada a vivir al palacete central del Espolón (foto 3), y sólo sé de oídas que fue por matrimonio con su dueña o heredera. Sobre esta importante casa Francisco de Luis hizo una ampliación en 1910, cuya documentación tampoco he llegado a ver, pero que se aprecia en la foto aérea de 1917, y que corresponde al añadido norte. Cabe recordar que no fue hasta 1932 cuando la Diputación Provincial la compró para su sede.

Aunque Francisco de Luis sigue construyendo casas prácticamente hasta el final de sus días (en el LHDn106 vimos la que le hizo a Rodríguez Paterna), lo cierto es que en los años noventa la hegemonía arquitectónica de la ciudad ya no estuvo en sus manos sino en las de Luis Barrón. Es de suponer que para entonces ya estuviese cómodamente instalado en su palacete y que la arquitectura no fuera su ocupación prioritaria. Esto es sólo una conjetura, claro, porque no tengo el más mínimo dato biográfico suyo. Desde hace unos meses vago por la ciudad esperando encontrarme con mi antiguo adversario en la cancha de tenis, Ricardo de Luis (de “Transportes de Luis”), para preguntarle si por casualidad es descendiente del gran don Francisco, y él o sus parientes mayores pudieran saber algo de su vida. En el archivo municipal hay un retrato al óleo de un personaje con atributos de arquitecto que quizás fuera el de él, pero no se puede asegurar.

Su última casa sí que es fácil de encontrar porque a diferencia de la de Hijón tiene la placa de mármol bien conservada (foto 4). Está en el ala sur del cementerio, en la zona de mayor empaque, y muy cerca de ella hay otra tumba que dice ser también de su propiedad (se ve que fue un hombre de posibles incluso bajo tierra). La fecha de su muerte es tan clara, 24 de abril de 1918, que pone en entredicho la fiabilidad de algunos datos de Concha Cerrillo, quien en su libro dice que murió “h. 1910” (p 127 y p 222).

Post morten:
En la casa del Muro del Carmen n 9 el arquitecto Gonzalo Cadarso proyectó un mirador de obra en 1931 (foto 5) para el entonces propietario Rodrigo Cendra cuyo expediente, curiosamente, fue informado favorablemente por el arquitecto Fermín Alamo (al que llamaré “el quinto o sexto gran arquitecto de Logroño”, Agustín Cadarso y Quintín Bello mediante). Como puede comprobarse mirando el plano y el estado actual, o no se hizo, o se rehizo el existente. En algún momento de su larga vida, la gran puerta de entrada en arco de la calle del Cristo fue eliminada y convertida en tienda, pero aún pueden verse los sillares de los ángulos por encima de la entrada a la colchonería que ocupa la que fuera su portal. En 1996 la comunidad de propietarios de la casa encargó al aparejador Fernando Martínez Romero la rehabilitación de su fachada. Se ve que ya no la consideraban digna de la intervención de un arquitecto.