lunes, marzo 12, 2007

147. LOGROÑO EN BLUE









En efecto, tal como suponía en el LHDn136, el interior de los balcones de la nueva fachada al Espolón de la casa del Muro del Carmen 1, estaban pintados de azulito. A los pocos días de haber escrito aquello encontré unas fotos analógicas de hace unos años, así que para que se vea bien pongo arriba una de ellas.

Los lectores asiduos del LHD recordarán que en el número 44, titulado “Cagalera”, comenté la triste desaparición del gresite azul que lucía otra casa de El Espolón, situada en el lado opuesto a la anterior, la de Miguel Villanueva 10 (foto 2).

Esa coincidencia de desapariciones y colores ha hecho que me ocupara por un momento en hilvanar la media docena de fachadas de edificios de viviendas que se construyeron a comienzos de los años sesenta en Logroño y que por la singularidad de introducir en ellas ese azulito celeste, dejaron boquiabierto a más de un logroñés.

La arquitectura había sido desde siempre un asunto bastante serio, un asunto urbano en el que cualquier frivolidad o excentricidad podría pagarse cara. Es curioso por tanto que una de esas frivolidades se produzca precisamente en aquellos años que todo pichi pata que escriba ahora dos líneas en el periódico pinta obligadamente de oscuro y hasta de negro.

Además, la alegría marinera (o celeste) del azulito no fue cosa de un solo “artista” sino que casi todos los arquitectos en activo participaron de ella. Y algunos lo hicieron con el mayor descaro del mundo en los edificios mas visibles, es decir, en las esquinas. ¿Se fueron todos al mar de vacaciones en 1959? ¿o tomaron el azulito de las piscinas como nuevo símbolo del desarrollismo?

También es muy curioso que esa fiebre duró poquísimo. Cuatro años apenas. De la muestra de imágenes seleccionada y puesta arriba se me escapa algún edificio menor y algún otro arquitecto, pero creo que es suficientemente representativa. Veamos.

(1) la primera foto corresponde a la fachada hecha por Luis González Gutierrez para Muro del Carmen 1 en 1960, cuyo azulito de los balcones ya ha desaparecido y que ya conocemos por el LHDn136.
(2) la segunda foto es la de la casa del LHDn44, es decir, la de Miguel Villanueva 10, que es de José María Carreras, también en 1960, y con el azul igualmente aniquilado.
(3) De un año antes, 1959, es la casa de Rafael Gil Albarellos en Jorge Vigón 25, con un azul más subido incluso que los demás.
(4) La casa de Avda Colón 11 esquina con Calvo Sotelo es de Luis González y Jaime Carceller, está fechada en 1962 y es la más descarada de todas; la de Duquesa de la Victoria 8, esquina con Capitán Cortés es de Jaime Carceller en 1963, y reserva los azulitos sólo para los antepechos de las ventanas de la esquina.
(5) Dos casas más en Avda de Colón con azulitos: Jorge Vigón 34 esquina con Colón es de Antonio Fernández Ruiz-Navarro en 1962; y Avda de Colón 55, esquina con Villamediana es de 1960, del entonces jovencito arquitecto Rubén San Pedro.

Me consta que el tandem padre e hijo, Agapito y Félix del Valle, también tiene alguna casa de aquellos años con antepechos celestes en calles menos vistosas, y que Fidel Ruiz, con lo atrevido que fue en sus años mozos, también lo puso en alguna de sus obras primerizas, así que prácticamente todos los arquitectos logroñeses padecieron la “fiebre azul”. Me quedan dudas de si Gonzalo Cadarso fue el único que resistió al virus. Ya lo investigaré.

Para gustos hay colores, dice el refrán, y las modas son así, pero yo elaboré una teoría algo diferente del color que el interesado puede encontrar en el capítulo tercero del Manual de Crítica. No me ocupa ahora una valoración sino más bien un registro histórico: es un hecho arquitectónico que sucedió y que gracias a este pequeño LHD queda de él constancia. Y ello es doblemente importante porque como vemos, ya empiezan a desaparecer. La frivolidad va ahora por otros derroteros.