viernes, marzo 16, 2007

150. FIN DE ETAPA



Perdonadme que en estos días no tenga imaginación para otro tipo de metáfora que la maratoniana y que por ello os diga que el final agónico de esta etapa del LHD se me antoja similar a la del otro día en los cuarenta y dos kilómetros de Barcelona.

Aunque para un corredor aficionado y viejo el único objetivo en una maratón sólo es llegar a meta, siempre te tienes que poner un ritmo en los primeros kilómetros y eso, a la postre, resulta decisivo: si te pasas al principio, lo pagas al final. Como el año pasado escribí cien LHDs casi sin darme cuenta, para este año me había propuesto hacer otros cien de ellos en dos etapas de cincuenta y con un descanso veraniego de por medio. Pero el caso es que como en enero empecé con un ritmo de uno al día, ya veis, estamos a quince de marzo y ya he llegado a meta. Eso sí, con la lengua fuera y con la sensación de haber hecho una mala carrera.

La primera de esas malas sensaciones me la proporcionó la sospecha de que los LHDs pudieran estar configurando algo así como una “obra” personal. Eso envara mucho. Te pasa como cuando en la maratón crees que por lo bien que vas en los primeros kilómetros vas a hacer tu mejor marca. Te entra una responsabilidad que te amarga la carrera.

Como las malas sensaciones van encadenadas, la siguiente fue la de plantearme cada LHD como un encargo, y el método, hacerme un listado de temas sobre los que tienes que documentarte primero y ponerte a darles forma después. Más angustias innecesarias.

Empiezas a pensar que esto ya no es un divertimento sino un trabajo, y encima un trabajo no retribuido y mal visto por la gente (ya os contaré algunas cosas que me han escrito). En las maratones también pasa: muchos de los conductores de los coches parados en las calles adyacentes suelen pitar histéricos o gritarte con rabia por el atasco en que se han metido a causa de los cortes de tráfico de la carrera. Uno sale a correr alegremente para animar las calles de la ciudad y se encuentra con una bronca en cada cruce de calles.

Bueno, sea como fuere, ya están hechos los primeros cincuenta del 2007 y en los próximos días voy a tumbarme a la bartola y a repensarme un poco toda esta historia. Voy a preparar un índice como el de los cien primeros, voy a acabar de colgar de una vez por todas los artículos de Una Voz en un Lugar, que algunos amigos lectores ya me han agradecido, y voy a hacer otro tipo de experimentos y divertimentos con el blog. Algún LHD de vez en cuando pero nada de una “obra” que me pudiera “trascender” y me convierta en su esclavo.

En el asfalto nos vemos.